Nuestro mundo es una sombra repugnante y maltrecha de otros mundos con sus propias generaciones que vivìan como personas, ocupando todos el lugar que les pertenecìa dentro de sus propios grupos familiares.
En aquellos mundos, se trataba de tener una percepciòn de la vida de manera estricta y hasta quizàs poco justa pero en la cual existìan guìas equilibradas que fomentaban y proponìan visiones claras acerca del porvenir...Sus bases estaban sustentadas en la figura materna y en el padre, imàgenes que trataban a toda costa de armonizar y atenuar los conflictos existenciales de las nuevas generaciones. El padre era un sìmbolo de fuerza y sabidurìa. La madre la figura de la transformaciòn y del amor. Entre ambos, otorgaban confianza hacia la vida e integraban a todos rumbo a lo profundo del alma humana.
Lo injusto, estaba relacionado con una adulaciòn, quizàs, servil a esas imagenes que infantilizaban a los jòvenes y les exigìan responsabilidades extremas, rechazàndo su sensualidad y la sexualidad como actividades sospechozas y de alto riesgo....Se trataba de sociedades de rechazo, de sospecha, de nulificaciòn de los afectos, inclusive de impedir las amistades con gente desconocida. Los adultos vivìan bloqueando y desviando la energìa y vitalidad que los jòvenes tenìan necesidad de liberar. Asi es como se vivìa, esa era la forma generalizada de percibir y entender la vida, en aquellos otros mundos, en nuestro planeta.
¿Que cosa se podìa hacer?
Surgiò una mutaciòn: Muchos falsos criterios pasaron a covertirse en francas y aberrantes mentiras y la conciencia avanzò dentro del conjunto del mundo y la energìa de un interior humano se convirtiò en una pujanza profunda aflorando una personalidad autèntica que fue limpiando la espesa niebla del mundo castrado, excluyente y minimizado repleto de apariencias...
Los valores antiguos se tambalearon de sus pedestales y el desplome fue inevitable: Las figuras de antaño fueron incapaces de transmitir luz: Tuvieron que aceptar que educaron a sus generaciones juveniles al revès. Surgieron las protestas y las propuestas, apareciò la gran Revoluciòn Interior. Esos valores y esas nuevas posturas, involucraròn a muchos adultos que a causa de sus mentiras habìan perdido la religiosidad y sus sensaciones y se sumaron al rechazo de la lògica frìa y de la personalidad rìgida y analìtica que ya estaba a punto de agonizar...
Los movimientos de cambio llegaron muy ràpido: Los Hippies y sus flores en los fusiles con su lema de amor y paz, aniquilaron a la vieja generaciòn que trataba de encontrar su alma en un mundo de fatiga, miedo, mentiras y de grandes alteraciones emocionales...
Sin embargo, los Hippies, tambièn morirìan muy prontamente aplastados: Ocuparon su lugar, pero su gran movimiento nunca llegò: Las flores se marchitaron y los fusiles del mundo volvieron a repiquetear. Los greñudos crecieron y se convirtieron en vagos, drogadictos y alucinados. Nunca tuvieron una visiòn global del mundo que tanto refutaron y combatieron, fueron vencidos por la Revoluciòn de la informàtica, por la fuerza de los medios de comunicaciòn, por los adelantos tecnològicos. Los tecnòcratas y los cientìficos los señalaron como resentidos, vagabundos, pordioseros y delincuentes.
La gran Revoluciòn actual, la de los fractales, la de los rayos lasser, la de las clonaciones, la de los adelantos cuànticos y geneticos, hacen soñar que el combate pròximo serà virtual e irà dirigido a terminar con los bribones pseudodirigentes, como ya ha pasado y està pasando en varias partes del mundo y los verdaderos hèroes revolucionarios seràn los que apoyen y fomenten el espìritu creador porque el mundo que viene serà el de tener mucho tiempo libre para alcanzar el pleno desarrollo de si mismos y eso conducirà a la vagancia poètica a millones de habitantes inteligentes que seràn muy capaces de cambiar y modificar el mundo, sacàndolo de las sombras de la desintegraciòn, el canibalismo y la ignorancia en la que hemos estado instalados desde hace ya un buen tiempo...
-Me pareciò oir algo...
saltò de su cama, se pusò la bata y corriò hacia la ventana que daba hacia el jardìn. Sonò el timbre de la casa y de pronto una persona desconocida estaba delante de èl:
-Buenas noches- saludò.
-¡Un cuerno! Què es lo que desea usted a estas horas de la noche?
-Mi auto se descompuso...
Tras proferir gritos y amenazas, finalmente se sintiò avergonzado y decidiò pasarlo a la casa, era un extraño pero su apariencia no era mala.
-¿Què desea? ¿ En què puedo auxiliarlo?
-Necesito hacer una llamada telefònica, si usted me lo permite...
-Sì, tome el telèfono de ahì encima-señalò un mueble cercano-. Hàgala ràpido porque me pienso volver a dormir...
Tenìa razòn, su falta de tacto lo hacia ver como un hombre osco y mal humorado. Todo lo contrario al buen cristiano que se decia ser.
El personaje concluyò la llamada y se despidiò cortesmente.
-Le debo algo? Estoy en deuda con usted...Muchas gracias.
Para nada. No diga eso, No fue nada. Sòlo que ya es muy noche-lo despidiò amablemente...A lo lejos se escuchò que un auto arrancaba y se alejaba... Cuando regresò al mueble donde se encontraba el telèfono, se percatò de que la llamada habìa quedado grabada en la cinta de la contestadora. Su estomago se agitò. Apretò el botòn y la llamada se repitiò:
-Alò
-Buenas noches, señor...
-Ah! es usted, ¿ Què se le ofrece?-preguntò en tono cansado.
-Tengo algunas noticias. Pero no quiero que me vaya a suceder nada. Me enterè de lo peor que haya sucedido hasta ahora. Asì que prepàrese, mi amigo...
-Tranquilo, no haga ninguna estupidez-dijo la voz casì suplicante-. No me diga nada por telèfono.
-¿Puedo mencionarle algo corto?
-¡Diga ràpido!- le ordenò.
-Estoy muy cerca del establo ese, el que està casì junto a la iglesia del pueblo.
-¡Ya veo! ¿y què con eso?-le dijo malhumorado.
-Pronto va a suceder lo peor, en menos de una hora...
Se escuchò un sonido metàlico y la comunicaciòn quedò interrumpida. El dueño de la casa, se quedò sentado con el auricular en la mano, mirando la grabadora con un gran temor. Què serìa lo peor que estaba por suceder, pensò sintièndose invadido de impotencia. Dirigiò la vista hacia el reloj de pared. Eran pasadas la media noche. Buscò las llaves de su auto, se cambiò de ropa rapidamente, se cubriò con un buen abrigo y de inmediato partiò rumbo a la Iglesia. Esa llamada telefònica ponìa en riesgo a la comunidad de su condado. A pesar de que su mente era un torbellino, logrò calmarse mientras conducìa su automovil a gran velocidad. ¿Què iba a suceder?- se preguntaba con desesperaciòn-. ¿ Quièn habrìa hecho algo terrible en su vecindario?. Tratò de pensar en todas las personas quienes pudiesen hacer una mala acciòn o cometer alguna canallada. Su cabeza se empezò a llenar de nombres y rostros, mismos que se multiplicaban con la misma rapidez con que pensaba. La lista parecìa interminable. Estaba cayendò en la cuenta de que en su condado habìa mucha gente malvada que vivìan hacièndo daño directa e indirectamente a otros. La localidad estaba repleta de rufianes. Mientras conducìa, mirò el reloj, ya habìan transcurrido 30 minutos. Al fin, llegò a la Iglesia, se aproximò en su auto a vuelta de rueda, al establo abandonado. Este se encontraba en terreno al descubierto. A esas horas reinaba el silencio. Ya era Domingo. No habìa señales de gente en la calle, sino sòlo humo saliendo de algunas chimeneas. Detuvo el auto. Bajò con una linterna en la mano alumbrando el camino. Los perros emepezaron a ladrar en los porches de las casas que se encontraban cerca del lugar. Empujò la vieja puerta y entrò al establo, que se encontraba pròximo a una ancha vereda. Gradualmente y por la luz de la linterna, sus ojos distinguieron varios enceres de labranza, apoyados contra una pared. En un rincòn, habìa tubos de chimenas oxidados y varios montìculos de chatarra, palas, llaves, pinzas viejas, braseros rotos, puertas, ollas, sartenes retorcidos. Màs al fondo, ruedas de hule, llantas y herraduras. Todo era silencio y quietud. Enfocò la linterna màs adentro, y de repente se escuchò un extraño sonido. De entre las vigas, pendìa una gran jaula afianzada por una fuerte cuerda atada a una gran abrazadera. El sonido se volviò a escuchar con mucha màs claridad. Alumbrò la jaula y se topò con una mujer desnuda de piel blanca, sentada dentro del enrrejado profiriendo palabras incomprensibles y miràndolo indefensa con grandes ojos oscuros muy irritados. Ella se hallaba totalmente indefensa. Se veìa que habìa sido abusada. El cayò de rodillas al suelo, pàlido y muy tembloroso y se doblò en llanto con mucho dolor...Hizò un esfuerzo supremo para sacar su celular y marcò el nùmero de la central de policìa.
-Me...llamo...-dijo balbuceando-mande una...am...bulancia y una patrulla urgentemente...
Transcurrieron varias semanas y el reporte policiàco fue el siguiente:
-Se trata de una loca, de raza blanca, sin familia que nadie quizo ayudarla en el pueblo. Nadie se hizo responsable de ella, ni dieron parte a las autoridades y por eso la tenìan en ese establo enjaulada...Era una mujer que no tenìa conciencia del mundo en que vivìa. Era una mujer maldita, loca y enferma. Caso terminado. No hay culpables a quiènes castigar...
¿Quièn podrìa creer en esas mentiras?
¿ No acudìan los hombres del pueblo al establo a cada rato a buscar herramientas?
¿ A caso las mujeres denunciaròn algo?
¿No estaba la iglesia cerca del establo?
¿Por què nadie abriò la jaula para sacar a esa pobre mujer de allì?
En aquellos mundos, se trataba de tener una percepciòn de la vida de manera estricta y hasta quizàs poco justa pero en la cual existìan guìas equilibradas que fomentaban y proponìan visiones claras acerca del porvenir...Sus bases estaban sustentadas en la figura materna y en el padre, imàgenes que trataban a toda costa de armonizar y atenuar los conflictos existenciales de las nuevas generaciones. El padre era un sìmbolo de fuerza y sabidurìa. La madre la figura de la transformaciòn y del amor. Entre ambos, otorgaban confianza hacia la vida e integraban a todos rumbo a lo profundo del alma humana.
Lo injusto, estaba relacionado con una adulaciòn, quizàs, servil a esas imagenes que infantilizaban a los jòvenes y les exigìan responsabilidades extremas, rechazàndo su sensualidad y la sexualidad como actividades sospechozas y de alto riesgo....Se trataba de sociedades de rechazo, de sospecha, de nulificaciòn de los afectos, inclusive de impedir las amistades con gente desconocida. Los adultos vivìan bloqueando y desviando la energìa y vitalidad que los jòvenes tenìan necesidad de liberar. Asi es como se vivìa, esa era la forma generalizada de percibir y entender la vida, en aquellos otros mundos, en nuestro planeta.
¿Que cosa se podìa hacer?
Surgiò una mutaciòn: Muchos falsos criterios pasaron a covertirse en francas y aberrantes mentiras y la conciencia avanzò dentro del conjunto del mundo y la energìa de un interior humano se convirtiò en una pujanza profunda aflorando una personalidad autèntica que fue limpiando la espesa niebla del mundo castrado, excluyente y minimizado repleto de apariencias...
Los valores antiguos se tambalearon de sus pedestales y el desplome fue inevitable: Las figuras de antaño fueron incapaces de transmitir luz: Tuvieron que aceptar que educaron a sus generaciones juveniles al revès. Surgieron las protestas y las propuestas, apareciò la gran Revoluciòn Interior. Esos valores y esas nuevas posturas, involucraròn a muchos adultos que a causa de sus mentiras habìan perdido la religiosidad y sus sensaciones y se sumaron al rechazo de la lògica frìa y de la personalidad rìgida y analìtica que ya estaba a punto de agonizar...
Los movimientos de cambio llegaron muy ràpido: Los Hippies y sus flores en los fusiles con su lema de amor y paz, aniquilaron a la vieja generaciòn que trataba de encontrar su alma en un mundo de fatiga, miedo, mentiras y de grandes alteraciones emocionales...
Sin embargo, los Hippies, tambièn morirìan muy prontamente aplastados: Ocuparon su lugar, pero su gran movimiento nunca llegò: Las flores se marchitaron y los fusiles del mundo volvieron a repiquetear. Los greñudos crecieron y se convirtieron en vagos, drogadictos y alucinados. Nunca tuvieron una visiòn global del mundo que tanto refutaron y combatieron, fueron vencidos por la Revoluciòn de la informàtica, por la fuerza de los medios de comunicaciòn, por los adelantos tecnològicos. Los tecnòcratas y los cientìficos los señalaron como resentidos, vagabundos, pordioseros y delincuentes.
La gran Revoluciòn actual, la de los fractales, la de los rayos lasser, la de las clonaciones, la de los adelantos cuànticos y geneticos, hacen soñar que el combate pròximo serà virtual e irà dirigido a terminar con los bribones pseudodirigentes, como ya ha pasado y està pasando en varias partes del mundo y los verdaderos hèroes revolucionarios seràn los que apoyen y fomenten el espìritu creador porque el mundo que viene serà el de tener mucho tiempo libre para alcanzar el pleno desarrollo de si mismos y eso conducirà a la vagancia poètica a millones de habitantes inteligentes que seràn muy capaces de cambiar y modificar el mundo, sacàndolo de las sombras de la desintegraciòn, el canibalismo y la ignorancia en la que hemos estado instalados desde hace ya un buen tiempo...
-Me pareciò oir algo...
saltò de su cama, se pusò la bata y corriò hacia la ventana que daba hacia el jardìn. Sonò el timbre de la casa y de pronto una persona desconocida estaba delante de èl:
-Buenas noches- saludò.
-¡Un cuerno! Què es lo que desea usted a estas horas de la noche?
-Mi auto se descompuso...
Tras proferir gritos y amenazas, finalmente se sintiò avergonzado y decidiò pasarlo a la casa, era un extraño pero su apariencia no era mala.
-¿Què desea? ¿ En què puedo auxiliarlo?
-Necesito hacer una llamada telefònica, si usted me lo permite...
-Sì, tome el telèfono de ahì encima-señalò un mueble cercano-. Hàgala ràpido porque me pienso volver a dormir...
Tenìa razòn, su falta de tacto lo hacia ver como un hombre osco y mal humorado. Todo lo contrario al buen cristiano que se decia ser.
El personaje concluyò la llamada y se despidiò cortesmente.
-Le debo algo? Estoy en deuda con usted...Muchas gracias.
Para nada. No diga eso, No fue nada. Sòlo que ya es muy noche-lo despidiò amablemente...A lo lejos se escuchò que un auto arrancaba y se alejaba... Cuando regresò al mueble donde se encontraba el telèfono, se percatò de que la llamada habìa quedado grabada en la cinta de la contestadora. Su estomago se agitò. Apretò el botòn y la llamada se repitiò:
-Alò
-Buenas noches, señor...
-Ah! es usted, ¿ Què se le ofrece?-preguntò en tono cansado.
-Tengo algunas noticias. Pero no quiero que me vaya a suceder nada. Me enterè de lo peor que haya sucedido hasta ahora. Asì que prepàrese, mi amigo...
-Tranquilo, no haga ninguna estupidez-dijo la voz casì suplicante-. No me diga nada por telèfono.
-¿Puedo mencionarle algo corto?
-¡Diga ràpido!- le ordenò.
-Estoy muy cerca del establo ese, el que està casì junto a la iglesia del pueblo.
-¡Ya veo! ¿y què con eso?-le dijo malhumorado.
-Pronto va a suceder lo peor, en menos de una hora...
Se escuchò un sonido metàlico y la comunicaciòn quedò interrumpida. El dueño de la casa, se quedò sentado con el auricular en la mano, mirando la grabadora con un gran temor. Què serìa lo peor que estaba por suceder, pensò sintièndose invadido de impotencia. Dirigiò la vista hacia el reloj de pared. Eran pasadas la media noche. Buscò las llaves de su auto, se cambiò de ropa rapidamente, se cubriò con un buen abrigo y de inmediato partiò rumbo a la Iglesia. Esa llamada telefònica ponìa en riesgo a la comunidad de su condado. A pesar de que su mente era un torbellino, logrò calmarse mientras conducìa su automovil a gran velocidad. ¿Què iba a suceder?- se preguntaba con desesperaciòn-. ¿ Quièn habrìa hecho algo terrible en su vecindario?. Tratò de pensar en todas las personas quienes pudiesen hacer una mala acciòn o cometer alguna canallada. Su cabeza se empezò a llenar de nombres y rostros, mismos que se multiplicaban con la misma rapidez con que pensaba. La lista parecìa interminable. Estaba cayendò en la cuenta de que en su condado habìa mucha gente malvada que vivìan hacièndo daño directa e indirectamente a otros. La localidad estaba repleta de rufianes. Mientras conducìa, mirò el reloj, ya habìan transcurrido 30 minutos. Al fin, llegò a la Iglesia, se aproximò en su auto a vuelta de rueda, al establo abandonado. Este se encontraba en terreno al descubierto. A esas horas reinaba el silencio. Ya era Domingo. No habìa señales de gente en la calle, sino sòlo humo saliendo de algunas chimeneas. Detuvo el auto. Bajò con una linterna en la mano alumbrando el camino. Los perros emepezaron a ladrar en los porches de las casas que se encontraban cerca del lugar. Empujò la vieja puerta y entrò al establo, que se encontraba pròximo a una ancha vereda. Gradualmente y por la luz de la linterna, sus ojos distinguieron varios enceres de labranza, apoyados contra una pared. En un rincòn, habìa tubos de chimenas oxidados y varios montìculos de chatarra, palas, llaves, pinzas viejas, braseros rotos, puertas, ollas, sartenes retorcidos. Màs al fondo, ruedas de hule, llantas y herraduras. Todo era silencio y quietud. Enfocò la linterna màs adentro, y de repente se escuchò un extraño sonido. De entre las vigas, pendìa una gran jaula afianzada por una fuerte cuerda atada a una gran abrazadera. El sonido se volviò a escuchar con mucha màs claridad. Alumbrò la jaula y se topò con una mujer desnuda de piel blanca, sentada dentro del enrrejado profiriendo palabras incomprensibles y miràndolo indefensa con grandes ojos oscuros muy irritados. Ella se hallaba totalmente indefensa. Se veìa que habìa sido abusada. El cayò de rodillas al suelo, pàlido y muy tembloroso y se doblò en llanto con mucho dolor...Hizò un esfuerzo supremo para sacar su celular y marcò el nùmero de la central de policìa.
-Me...llamo...-dijo balbuceando-mande una...am...bulancia y una patrulla urgentemente...
Transcurrieron varias semanas y el reporte policiàco fue el siguiente:
-Se trata de una loca, de raza blanca, sin familia que nadie quizo ayudarla en el pueblo. Nadie se hizo responsable de ella, ni dieron parte a las autoridades y por eso la tenìan en ese establo enjaulada...Era una mujer que no tenìa conciencia del mundo en que vivìa. Era una mujer maldita, loca y enferma. Caso terminado. No hay culpables a quiènes castigar...
¿Quièn podrìa creer en esas mentiras?
¿ No acudìan los hombres del pueblo al establo a cada rato a buscar herramientas?
¿ A caso las mujeres denunciaròn algo?
¿No estaba la iglesia cerca del establo?
¿Por què nadie abriò la jaula para sacar a esa pobre mujer de allì?
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