¿Cuàntos recuerdos seremos? ¿ Somos todos los muertos y seremos todos los vivos? ¿ Es que acaso nadie puede contar esos recuerdos?
Cada árbol tiene sus ramas y sus hojas. ¿Serìa algo interminable e inútil darse a la tarea de contabilizarlas?
La terapia Lacaneana se enfoca a conducir al paciente a que hable y hable para obligar a dar por terminado un discurso neurotizante, que incluye todos los recuerdos, con el objetivo último de crear un nuevo discurso que de paso a una vida autèntica y mucho màs funcional. Parece muy necesario dar por terminado y concluido con un catàlogo mental inútil de imágenes y recuerdos que nos revelan pero al mismo tiempo nos obstaculizan por ser la mayoría de ellos insensatos, carentes de toda grandeza, por ejemplo: Recordar los progresos de la muerte en nuestros cuerpos. Existen personas creativas, pero altamente neuróticas, que incluso se toman una fotografía diaria, para no perder el hilo del recuerdo de los estragos que a diario van apareciendo en su estructura corporal. Què exceso de absurdo!!! (Eso pienso yo ). O recordar eternamente los abusos de la corrupción política nunca saldada ni concluida, sobre todo en los países emergentes que dan la impresión a sus gobernados de que se carece de todo cuando sus dizque dirigentes se apropian de los recursos a manos llenas en continuos y repetidos atracos a la población. ( Entonces si hay dinero!).
Vivimos en un mundo multiforme y falso, donde prevalece la presión de una realidad abrumadora e implacable, repleta de recuerdos -la mayoría de ellos muy malos-, que hacen difícil dormir descansando plenamente. Porque dormir, alivia y distrae por presentar una serie de escenarios con cosas nuevas, inciertas, desconocidas ajenas al mundo indecente e injusto del dìa a dìa de la vigilia...
En ese tipo de cavilaciones estaba cuando la madrugada me sorprendió con su gélida presencia. Callè mi voz interna, deje de pensar, mi olvide de mis tormentos físicos, de las diferencias sociales, deje de generalizar, de abstraer, volvì la cara sobre la almohada y me dispuse a conciliar el sueño mecido por un rio cuya corriente anulaba mi existencia quedándome profundamente dormido: Apareció el majestuoso mundo azteca, con mis antepasados, brujos, hechiceros, curanderos y profetas. Transitaba por la Calzada de los muertos. Hacia mìas sus pirámides y sus profecías, Nezahualcóyotl paseaba por el templo de la Serpiente Emplumada acompañado por sus alumnos:
¨Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos,
somos mortales,
de cuatro en cuatro, nosotros, los hombres,
todos habremos de irnos,
todos habremos de morir en la Tierra...
Como una pintura nos iremos borrando.
Como una flor,
nos iremos secando
Aquí sobre la Tierra.
Como vestidura de plumaje de ave zacuán,
de la preciosa ave de cuello de hule,
nos iremos acabando.
Meditadlo, señores,
águilas y tigres,
aunque fuerais de jade,
aunque fuerais de oro,
también allá iréis,
al lugar de los descarnados.
Tendremos que desaparecer,
nadie habrá de quedar¨...
Mi sueño lùcido me traslado después al Parthenón griego, ahí me encontré con Tsipras y con Varoufakis ataviados con sus tùnicas blancas y me dejaron ver como un sueño se convierte en realidad poniendo un alto al absurdo, aunque después tengamos que partir al lugar de los dsencarnados desapareciendo dignamente!!!
Cada árbol tiene sus ramas y sus hojas. ¿Serìa algo interminable e inútil darse a la tarea de contabilizarlas?
La terapia Lacaneana se enfoca a conducir al paciente a que hable y hable para obligar a dar por terminado un discurso neurotizante, que incluye todos los recuerdos, con el objetivo último de crear un nuevo discurso que de paso a una vida autèntica y mucho màs funcional. Parece muy necesario dar por terminado y concluido con un catàlogo mental inútil de imágenes y recuerdos que nos revelan pero al mismo tiempo nos obstaculizan por ser la mayoría de ellos insensatos, carentes de toda grandeza, por ejemplo: Recordar los progresos de la muerte en nuestros cuerpos. Existen personas creativas, pero altamente neuróticas, que incluso se toman una fotografía diaria, para no perder el hilo del recuerdo de los estragos que a diario van apareciendo en su estructura corporal. Què exceso de absurdo!!! (Eso pienso yo ). O recordar eternamente los abusos de la corrupción política nunca saldada ni concluida, sobre todo en los países emergentes que dan la impresión a sus gobernados de que se carece de todo cuando sus dizque dirigentes se apropian de los recursos a manos llenas en continuos y repetidos atracos a la población. ( Entonces si hay dinero!).
Vivimos en un mundo multiforme y falso, donde prevalece la presión de una realidad abrumadora e implacable, repleta de recuerdos -la mayoría de ellos muy malos-, que hacen difícil dormir descansando plenamente. Porque dormir, alivia y distrae por presentar una serie de escenarios con cosas nuevas, inciertas, desconocidas ajenas al mundo indecente e injusto del dìa a dìa de la vigilia...
En ese tipo de cavilaciones estaba cuando la madrugada me sorprendió con su gélida presencia. Callè mi voz interna, deje de pensar, mi olvide de mis tormentos físicos, de las diferencias sociales, deje de generalizar, de abstraer, volvì la cara sobre la almohada y me dispuse a conciliar el sueño mecido por un rio cuya corriente anulaba mi existencia quedándome profundamente dormido: Apareció el majestuoso mundo azteca, con mis antepasados, brujos, hechiceros, curanderos y profetas. Transitaba por la Calzada de los muertos. Hacia mìas sus pirámides y sus profecías, Nezahualcóyotl paseaba por el templo de la Serpiente Emplumada acompañado por sus alumnos:
¨Percibo lo secreto, lo oculto:
¡Oh vosotros señores!
Así somos,
somos mortales,
de cuatro en cuatro, nosotros, los hombres,
todos habremos de irnos,
todos habremos de morir en la Tierra...
Como una pintura nos iremos borrando.
Como una flor,
nos iremos secando
Aquí sobre la Tierra.
Como vestidura de plumaje de ave zacuán,
de la preciosa ave de cuello de hule,
nos iremos acabando.
Meditadlo, señores,
águilas y tigres,
aunque fuerais de jade,
aunque fuerais de oro,
también allá iréis,
al lugar de los descarnados.
Tendremos que desaparecer,
nadie habrá de quedar¨...
Mi sueño lùcido me traslado después al Parthenón griego, ahí me encontré con Tsipras y con Varoufakis ataviados con sus tùnicas blancas y me dejaron ver como un sueño se convierte en realidad poniendo un alto al absurdo, aunque después tengamos que partir al lugar de los dsencarnados desapareciendo dignamente!!!
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