México, nunca ha ocupado sitios tan destacados y distinguidos como los que sì han tenido otros países que se han convertido en el ombligo mismo del mundo, por ejemplo Francia: Ciudad luz, de las modas, los perfumes, los libros, el arte, el cine, la revolución de mayo del 68. Sartre, Camus, Ponty, Malraux, Foucoult, Barthes, Derrida. O como Inglaterra: La música Pop, la minifalda, el cannabis, la popularización de infinidad de drogas. Los Beatles, los Rolling Stones. Jesucristo Superstar. El Budismo, el hinduismo, el amor libre, las campañas del orgullo gay, el rechazo frontal al sistema de intereses del establishment buguès. Los Hippies. El amor y paz, el amor a la naturaleza, a los animales, el amor libre, un pacifismo hedonista y anárquico. Un repudio generalizado a la moral tradicional. Mucha hierba colombiana, infinidad de Pubs, discotecas, símbolos de una nueva cultura que marcaron un antes y un después para el mundo a través de los jóvenes...
Paises Francia e Inglaterra que marcaron al mundo entero en todos los escenarios grabando hasta la mèdula a todos con tanta fuerza en nuestras memorias que fuimos y somos otros desde aquellos fabulosos y estrafalarios años sesentas...
Por aquellos entonces, era estudiante de preparatoria, de la Isaac Ochoterena. Estaba convertido en todo un Hippie y no necesariamente de los zarapastrosos, sino de los estrafalarios, pero bien vestido y bañado( aunque no siempre!). Me ganaba mi dinero cantando en un grupo de Rock llamado los ¨Dreamers¨. Tenìamos un contrato con una cadena de salones para fiestas de bodas y quince años, todos los fines de semana. Llevaba el cabello largo hasta los hombros. Usaba botas negras hasta debajo de la rodilla con los pantalones metidos en ellas. Y portaba un morral de cuero color ladrillo y mi vestimenta consistìa en unas tùnicas de terciopelo con una cruz, a la usanza de los caballeros de la cristiandad de los años 1200, mismas que me confeccionaba y hacia mi madre. Yo me sentía un Hippie muy elegante, inmerso hasta la mèdula en esos andares. Así transitè el final de mi adolescencia. Después, la evolución resultò banalizándolo todo, hasta alcanzar la gran descomposición social política económica que impera en todo el mundo. Toda esa calamidad, sucedió en un abrir y cerrar de ojos...
De aquellos entonces, quedaron cosas que nadie reconocerìa de no haber sido por los testimonios y fotografías de los cientos y cientos de reportajes legados. Sus reminiscencias-aunque la gente ni se imagina- aùn las padecemos hoy en dìa, y les hemos adjudicado ciertas modificaciones: Bailar a empujones y golpes, desmelenados o rapados, sin zapatos, totalmente desnudos. Fumar cantidades inmensas de mariguana. Ingerir bebidas de peyote o de hongos, inhalar polvos o solventes tóxicos. Practicar sexo promiscuo en donde sea y se pueda y con quièn sea, la mayor de las veces, sin protección, pues el sida poco importa. Vivir al dìa, fuera de los valores establecidos, sin importar las crìticas convencionales. Acabar con los viejos mitos aburguesados de la falsa felicidad relacionados con el poder, la familia, el éxito. Practicar formas de vida pasiva y simples, instalados en la televisión o el internet por horas y horas, sumergidos en Paraísos artificiales, sin mostrar el menor interés por los problemas sociales que disminuyen cada dìa el poder adquisitivo de las familias. Se trata de que nadie haga daño a otros, de no armar barullos, cero grupos de protestas auténticos y reales: Vivir en paz aunque todo se este desmoronando. Mayorìas absortas en sueños mariguanos o psicodélicos, dejando de lado los riesgos que por todo ello esos jovencitos-y muchos adultos-, estarán obligados a enfrentar y correr en sus ya muy minados y deteriorados organismos...
Las juventudes actuales, la inmensa mayoría de ellas, proceden de clases medianamente acomodadas que todavía, comen, calzan, visten y descansan en lugares comodos, todos los días. Su rebelión ahora, no es contra sus familias, sus padres o contra la sociedad como lo fue con los Hippys de antaño, las protestas actuales, son contra una vida de carencias y obstáculos, impuestas por los gobiernos cìnicos y bribones, integrados por gente de costumbres puritanas aparentes y fachadas sociales sostenidas y promovidas por los medios publicitarios, que ocultan su real y autèntico egoísmo, su falta de espiritualidad, su gran carencia de generosidad y su ausencia de imaginación e inteligencia en pro de sus semejantes. La gente, jóvenes y adultos, están cansados, agotados, de un mundo materialista instalado en la lucha eterna por amasar dinero y poder, roido por prejuicios sociales, clasistas y racistas. Ya nadie quiere saber nada, porque la impotencia de la gente, es tal que saben que es poco lo que sanamente podrían hacer en contra de esos dirigentes sin escrúpulos ni sentimientos rodeados de matones( policías y soldados) a su servicio. Es así como hemos ido cayendo en lo anárquico, en lo aparente, en lo poco espontàneo, estamos viviendo sin centro regulador, sin dirección, sin ideas reparadoras.
En Mèxico, las reminiscencias de los años sesentas, se han presentado provocando aislamiento, divisiòn en el grueso de los mexicanos, la juventud, esta rezagada, instalada -la mayoría o un gran porcentaje de ellos-, en sustancias tòxicas, en reuniones insulsas, sin comunicación, sin conexiones, se padece de una gran carencia de identidad. La preparación es poca, no leen casi nada. El ejercicio del pensar y el pensamiento activo, se practica muy de vez en cuando, todo se hace en base a sentimientos, prevaleciendo la angustia, la zozobra y la preocupación. No existen en ellos deseos firmes y sòlidos de emprender caminos nuevos que conduzcan a cambios verdaderos y auténticos, les espanta mucho el dolor y el sufrimiento...El pasado, con ciertas modificaciones, se hizo futuro y el presente se ha desgastado en miedos y cobardía y no acabamos de darnos cuenta de ello....
Paises Francia e Inglaterra que marcaron al mundo entero en todos los escenarios grabando hasta la mèdula a todos con tanta fuerza en nuestras memorias que fuimos y somos otros desde aquellos fabulosos y estrafalarios años sesentas...
Por aquellos entonces, era estudiante de preparatoria, de la Isaac Ochoterena. Estaba convertido en todo un Hippie y no necesariamente de los zarapastrosos, sino de los estrafalarios, pero bien vestido y bañado( aunque no siempre!). Me ganaba mi dinero cantando en un grupo de Rock llamado los ¨Dreamers¨. Tenìamos un contrato con una cadena de salones para fiestas de bodas y quince años, todos los fines de semana. Llevaba el cabello largo hasta los hombros. Usaba botas negras hasta debajo de la rodilla con los pantalones metidos en ellas. Y portaba un morral de cuero color ladrillo y mi vestimenta consistìa en unas tùnicas de terciopelo con una cruz, a la usanza de los caballeros de la cristiandad de los años 1200, mismas que me confeccionaba y hacia mi madre. Yo me sentía un Hippie muy elegante, inmerso hasta la mèdula en esos andares. Así transitè el final de mi adolescencia. Después, la evolución resultò banalizándolo todo, hasta alcanzar la gran descomposición social política económica que impera en todo el mundo. Toda esa calamidad, sucedió en un abrir y cerrar de ojos...
De aquellos entonces, quedaron cosas que nadie reconocerìa de no haber sido por los testimonios y fotografías de los cientos y cientos de reportajes legados. Sus reminiscencias-aunque la gente ni se imagina- aùn las padecemos hoy en dìa, y les hemos adjudicado ciertas modificaciones: Bailar a empujones y golpes, desmelenados o rapados, sin zapatos, totalmente desnudos. Fumar cantidades inmensas de mariguana. Ingerir bebidas de peyote o de hongos, inhalar polvos o solventes tóxicos. Practicar sexo promiscuo en donde sea y se pueda y con quièn sea, la mayor de las veces, sin protección, pues el sida poco importa. Vivir al dìa, fuera de los valores establecidos, sin importar las crìticas convencionales. Acabar con los viejos mitos aburguesados de la falsa felicidad relacionados con el poder, la familia, el éxito. Practicar formas de vida pasiva y simples, instalados en la televisión o el internet por horas y horas, sumergidos en Paraísos artificiales, sin mostrar el menor interés por los problemas sociales que disminuyen cada dìa el poder adquisitivo de las familias. Se trata de que nadie haga daño a otros, de no armar barullos, cero grupos de protestas auténticos y reales: Vivir en paz aunque todo se este desmoronando. Mayorìas absortas en sueños mariguanos o psicodélicos, dejando de lado los riesgos que por todo ello esos jovencitos-y muchos adultos-, estarán obligados a enfrentar y correr en sus ya muy minados y deteriorados organismos...
Las juventudes actuales, la inmensa mayoría de ellas, proceden de clases medianamente acomodadas que todavía, comen, calzan, visten y descansan en lugares comodos, todos los días. Su rebelión ahora, no es contra sus familias, sus padres o contra la sociedad como lo fue con los Hippys de antaño, las protestas actuales, son contra una vida de carencias y obstáculos, impuestas por los gobiernos cìnicos y bribones, integrados por gente de costumbres puritanas aparentes y fachadas sociales sostenidas y promovidas por los medios publicitarios, que ocultan su real y autèntico egoísmo, su falta de espiritualidad, su gran carencia de generosidad y su ausencia de imaginación e inteligencia en pro de sus semejantes. La gente, jóvenes y adultos, están cansados, agotados, de un mundo materialista instalado en la lucha eterna por amasar dinero y poder, roido por prejuicios sociales, clasistas y racistas. Ya nadie quiere saber nada, porque la impotencia de la gente, es tal que saben que es poco lo que sanamente podrían hacer en contra de esos dirigentes sin escrúpulos ni sentimientos rodeados de matones( policías y soldados) a su servicio. Es así como hemos ido cayendo en lo anárquico, en lo aparente, en lo poco espontàneo, estamos viviendo sin centro regulador, sin dirección, sin ideas reparadoras.
En Mèxico, las reminiscencias de los años sesentas, se han presentado provocando aislamiento, divisiòn en el grueso de los mexicanos, la juventud, esta rezagada, instalada -la mayoría o un gran porcentaje de ellos-, en sustancias tòxicas, en reuniones insulsas, sin comunicación, sin conexiones, se padece de una gran carencia de identidad. La preparación es poca, no leen casi nada. El ejercicio del pensar y el pensamiento activo, se practica muy de vez en cuando, todo se hace en base a sentimientos, prevaleciendo la angustia, la zozobra y la preocupación. No existen en ellos deseos firmes y sòlidos de emprender caminos nuevos que conduzcan a cambios verdaderos y auténticos, les espanta mucho el dolor y el sufrimiento...El pasado, con ciertas modificaciones, se hizo futuro y el presente se ha desgastado en miedos y cobardía y no acabamos de darnos cuenta de ello....
No hay comentarios:
Publicar un comentario