jueves, 17 de noviembre de 2011

EN TERRITORIO MAYA



Durante el verano cultural de la Ciudad de Mérida, en la que me encuentro de paso, ha sido una grata sorpresa escuchar a la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez. Se trata de un elenco integrado en su gran mayoría por jóvenes brillantes cuyas edades no van más allá de los 18 años.  El otoño cultural que se lleva a cabo en la península yucateca es una clara muestra de la inmensa riqueza que el moderno pueblo maya profesa por la cultura.  Esta gran orquesta juvenil lleva integrándose escasos 3 años y ha sido preparada y capacitada por los titulares de la Orquesta Sinfónica del Estado integrada por maestros internacionales de inmensa calidad artística.  Estos maestros de talla internacional fueron contratados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de la Ciudad de Mérida, con el compromiso de hacer escuela con los jóvenes destacados de la entidad.  Han bastado sólo 3 años para que la Sinfónica Juvenil esté a la altura de muchas otras Sinfónicas mayores de cualquier parte del mundo.  Hay que mencionar que el verano cultural emeritense incluye una serie de eventos dentro del mundo de las artes totalmente gratuitos para todo aquel ciudadano que se quiera regocijar con ellos.
La cita para escuchar a estos jóvenes intérpretes fue en el bellísimo teatro Peón Contreras de la Ciudad de Mérida. Se trata de un teatro de corte internacional con una acústica privilegiada.  El recinto cuenta con varios pisos los cuales cada uno de ellos tiene su respectivo palco con unas muy confortables sillas y asientos de primera calidad.  Su decoración toda en terciopelo rojo, incluyendo alfombras, cortinas y asientos  hacen un muy agradable contraste con el color amarillo de sus muros y columnas dan la impresión de estar instalado en algún recinto a la usanza de los griegos o los romanos o en  cualquier otra importante capital del mundo europeo.  El  teatro Peón Contreras de Mérida es sin duda uno de los más bellos escenarios dignos de los mejores eventos, no sólo de corte nacional sino de magnitud internacional.  No está por demás decir que ahí en otros momentos se han podido escuchar las voces de los mejores tenores del mundo así como también a las mejores orquestas del orbe entero.  En muchos de sus muros se encuentran las pinturas que proyectan a varias luminarias  de los espectáculos tanto regionales como nacionales realizadas por uno de los pintores más representativos de la localidad como lo es el  maestro pintor Mario Trejo. 
La intervención de la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez el día 16 de noviembre de 2011 a las 19:00 horas ha sido una de las experiencias más gratas que he vivido desde hace ya varios años, con las interpretaciones de: Rapsodia COMCA’AC DE Ryszard Siwy (1945), Sinfonía No. 2 India de Carlos Chávez (1899-1978) y Sinfonìa No. 4, Op. 90, en La Mayor, Italiana de Félix Mendelssohn (1809-1847), con una magistral interpretación de esos talentosísimos y extraordinarios músicos juveniles que lograron ejecutar las interpretaciones de manera impecable, brillante y con una muy fina precisión.  Pero en el momento de que todo era sobriedad, seriedad y perfección interpretativa, y todos eran altamente ovacionados por la audiencia, éstos jóvenes atinadamente dirigidos por el director invitado Alfredo Ibarra, dieron un vuelco de 180 grados, dando paso al Danzón No. 2 de Arturo Márquez y a un popurrí de mambos como “El Ruletero”, el “No. 2”, el “No. 5” en donde rompieron su sobriedad  y se volcaron en un inmenso momento emotivo logrando integrar a toda la concurrencia no sólo a la limpieza  y pureza de sus interpretaciones, sino a un entusiasmo desbordado lleno de ritmo, gracia y simpatía en la que hicieron participar muy entusiasmadamente a todos los presentes quienes materialmente  se transformaron junto con ellos a disfrutar de un inmenso momento de alegría recíproca de verdadero y auténtico estado de ánimo comunicativo de ida y vuelta repleto  de felicidad y alegría.  Fue un momento de bravos, silbidos, aplausos, mambos, baile, euforia en la que se logró la unidad de alegría espiritual humana más sublime que hizo olvidar por un largo momento la infinidad de problemas por los que atraviesa nuestro país. Fue el encuentro con un grupo de jóvenes virtuosos que dieron muestra de su dominio, convicción y entrega a una tarea realizadora, incrustada en una de las más dignas representaciones del arte y la comunicación como lo es la música.  Un entusiasta director, joven también él, que logró transmitir a ese hermoso conjunto de jóvenes su entusiasmo y su entrega, para convencerlos de dar lo mejor de cada uno de ellos para colocarlo en una inmensa obra interpretativa en la que tan importante el director como todos y cada uno de los jóvenes músicos integrados a un público igual de compartido y totalmente entregado a su emotiva interpretación artística-musical.
Si tan sólo lográsemos comprender como esta juvenil orquesta sinfónica ha podido lograr el fenómeno que provoca en su audiencia, sería más que suficiente para que nuestro país entero pudiera salir delante de manera irremediable pues estos jóvenes intérpretes no sólo han dado muestra de lo que es posible lograr cuando alguien se avoca en cuerpo y alma a alcanzar un objetivo común aceptando también la entrega, el entusiasmo y la sana dirección de su muy capaz e inteligente director.  Esta hermosa orquesta juvenil emprende una gira del 17 al 21 de noviembre próximos, visitando la Ciudad del Carmen, Campeche el 17 de noviembre; Ciudad de Villahermosa, Tabasco el 18 de noviembre; Apizaco, Tlaxcala el 19 de noviembre; Tlaxcala, Tlaxcala el 20 de noviembre; y la Ciudad de México, Distrito Federal el 21 de noviembre.  Es necesario, muy importante, asistir a este saludable evento al cual ojalá muchos de los suspirantes a la candidatura presidencial lo pudiesen hacer también pues es urgente contagiarse de tan saludable evento de arte musical y existencial. Y aceptar, de una buena vez por todas, que los problemas que se parecen en el mundo, no se trata de soluciones de izquierdas o de derechas, sino que todo va más allá y está íntimamente relacionado a como se siente la gente y qué tipo de actitud asume ante los fenómenos que los mantienen acorralados y aniquilados.  No se trata tampoco de soluciones provenientes de líderes carismáticos o mesiánicos que proponen soluciones mágicas a una desbordante y escurridiza realidad.  Se trata más bien de alcanzar la participación armónica entre todos los actores involucrados en tareas creativas donde tanto dirigidos como dirigentes, participen al parejo en el logro de los objetivos que beneficien a toda la colectividad.
Es necesario que la gente permita el arribo de todo aquel que no sólo habla, sugiere o manda, sino de todos aquellos que hacen y comparten y participan con los otros, al mismo nivel en tareas comunes y que demuestran que no sólo dominan las actividades, sino que también motivan a los demás para que las lleven a cabo haciendo sus mejores esfuerzos e inclusive sus segundos mejores esfuerzos.
Ésa, parece, es la principal tarea:  se trata de hacer y no de parecer, al igual que sucede con la actividad que realizan los miembros de la Orquesta Sinfónica Juvenil Carlos Chávez de Mérida Yucatán, donde todos y cada uno de sus músicos dirigidos por un hacedor atinado, su director Alfredo Ibarra, quien motiva a sus jóvenes músicos de manera práctica y directa, a alcanzar momentos sublimes en todas y cada una de sus interpretaciones musicales, ya sean éstas de corte clásico o popular y que al mismo tiempo contagian de manera espontánea al público integrándolo a una unidad de inmensa belleza creativa.







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