...La verdad, es que uno empieza a morirse en el instante mismo de la concepciòn y quizàs hasta antes de eso. Existe en nosotros un reloj en el que nunca podremos saber en que hora de nuestras vidas estamos vivièndo. Es màs, si por alguna razòn no terminamos nuestros dìas de forma violenta, en algùn accidente o balacera, es muy seguro que al final nos encontremos en una recàmara aislada de nuestras casas-si bien nos va- o en una sala incomoda de un simple hospital sencillo y poco higiènico, clasificados por los mèdicos como " enfermos en vìas de extinciòn o terminales", esperando todos maltrechos, molidos e incomodos a que nuestra muerte lleguè. Y lo màs seguro, es que la mayorìa de nuestros seres queridos, sepan todo, antes que nosotros y con ello, probablemente, nos empiecen a mirar como moribundos o ya como difuntos mucho antes de que efectivamente lo estemos. Todos pareceràn muy ecuànimes ante nosotros, evitaràn vernos a los ojos y aparentaràn tranquilidad. Nosotros por nuestra parte, nos resistiremos, queriendo no haber nacido nunca, porque en esos precisos momentos de despedida, sabremos con mucha exactitud y tristeza, que despuès de nuestra muerte, continuarà la de nuestros seres queridos en un mundo de horrores y de eterna lucha, en donde los hombres son unas hienas para los hombres y reinan los sufrimientos y las miserias y eso los habrà de sobrecoger de temor y si fueran testigos de lo que sucede en las prisiones, en los hospitales de segunda-que son la mayorìa-, en las salas quirurgicas mal equipadas, en los domicilios donde prevalece la pobreza, donde la gente muere de hambre o de enfermedades tratables, acabarìan entendiendo que èste no es el mejor de los mundos posibles. Todo eso es de una gran tristeza y podrìa tambièn sucederles a ellos y con esa sosobra nos estariamos yendo de este plano.
Pero como ellos son sanos y jòvenes aùn, son ignorantes de la fatal derrota que les espera, pese a que piensen que querer y esforzarse son goces, sin descubrir que el optimismo es una burla amarga de las aflicciones humanas.
Hay que entender que el infierno, es retratado, a travès de lo que acontece en el mundo. Casì nadie ha podido describir el paraiso y sus disfrutes. No hay manera de obtener material para la descripciòn de ese lugar de perdurable felicidad y completa satisfacciòn.
Al parecer, nada merece nuestro esfuerzo existencial, nuestras feroces luchas, nuestras mejores peleas sirven para muy poco. Solo unos cuantos tienen derecho a dejar su huella en la vida. Las conductas buenas de la gente comùn, tal parece, son solamente vanidad, porque el mundo entero se dirige hacia la deriva, se trata de un juego infructuoso que lo puede convertir a uno en un ser muy perverso y a la postre nos encontraremos con la muerte como càscaras vacìas, esqueletos terrosos que en verdad somos. Porque la vida es una eterna lucha contra la muerte, contra el sueño de la muerte. La muerte es el enemigo eterno de los seres humanos.
Cuando creemos que hemos entendido algo de la vida, y que empezamos a coordinar algo tratando de formarnos una sabidurìa- conocedores ya de que no es el dinero el que nos realiza, ni la adquisiciòn de riquezas, sino la cultura y la sabidurìa-, nuestros cerebros desmerecen al igual que nuestro cuerpo, porque todo dura solo un momento y despuès se precipita y càe...
Muchas veces la muerte se dilata y eso es debido, quizàs, a que juega con nosotros como el gato glotòn que lo hace con el ingenuo e inofensivo ratòn.
La verdad, es que somos muerte pospuesta en caìda constante y continua. Somos muerte detenida a cada instante. Somos esa muerte retardada sin saber hasta que momento tenemos que partir ni hacia donde.
Es un hecho que en esta vida, nadie puede reconciliarse con la muerte, ni siquiera con el predominio de la fe en la inmortalidad, lo cual es un claro botòn de muestra de nuestro terrible temor a la parca. Por ello, la ignorancia y el miedo, crearon a los dioses, la fantasia los adornò, el engaño y la manipulaciòn los desfiguraron, la debilidad los adora, la credulidad los conserva, la costumbre los respeta y la tiranìa los apoya para controlar a los dèbiles, y a los dormidos...
La vida, tal parece, solo se puede encarar, dependièndo de que no la conozcamos muy bien, por eso muchos viven con horror, se saben expuestos a miserias y sufrimientos. El hombre, se dice, es un extraño en busca de si mismo. Somos solo particulas atòmicas en el lodo. La muerte siempre triunfa, es una burla del destino, nunca nos vemos a nosotros mismos, nunca llegamos a conocernos. Nuestras vidas son como una funciòn de teatro de orgullo y error, donde abundan los locos enfermizos que hablan de felicidad, en arroyos transparentes por estar muy poco profundos. Somos seres que buscamos luz en medio de las tinieblas, cada vez màs profundas pero no encontramos respuestas solidas a nuestros cuestionamientos existenciales.
Polvo somos y a eso habremos de retornar, el resto es una mera ilusiòn que a nadie importa, ni debiera de importar porque hay que admitir que detràs de la muerte no existe nada que no sea el vacìo total y absoluto y el cuerpo desaparecerà integràndose a la tierra de la que un dia emergiò y de que su conciencia tambièn desaparecerà con èl: No ver. No sentir. No desear. No recordar. Y todo ello serà eternamente. Nadie quiere aceptar eso, la gran mayorìa se resisten con todas sus fuerzas. Ni siquiera se atreven a pensarlo .
¿Cuàles son las inquietudes ante la muerte ?
El planeta seguirà girando sin que estemos nosotros ya en èl...Todo seguirà igual, tan estùpido como lo encontramos. Nadie con el paso del tiempo- algùn ser querido quizàs-, notara nuestra ausencia. El mundo no lo harà, porque somos muy insignificantes, somos simples granos de arena en un inmenso desierto. Somos extremadamente pequeños en el grandioso cosmos. Ni siquiera la filosofìa nos podrìa rescatar hacièndonos pensar de que somos el eje del universo y de que todo gira en torno a nuestra existencia. No nos servirà de nada filosofar. Serìa un intento inùtil.
El hecho fatal, es que estamos ante la muerte desde que nacemos. La materia se descompone. Nuestros cuerpos tambièn. Aparecen las enfermedades, el desgaste y la vejez progresiva. Las fuerzas se van minando. El arsenal de medicamentos se quedan sin recursos...
¿Moriremos en compañia de nuestra conciencia ¿ Què encontraremos en el màs allà?
Las respuestas, ya les llegaràn a todos tarde o temprano, mientras tanto, el reloj biològico no para, no se detiene. La experiencia serà tremenda. La aventura muy emocionante, quizàs, la màs fuerte que podamos esperar...Sòlo quedarà el recuerdo que los demàs puedan guardar de nosotros tràs nuestra partida...
-Comenzaste a beber desde las tres de la tarde, son las dos de la mañana...
-¿ Si?
-Cansa y enferma eso, eh!
-Dèjame en paz, hombre!
-Hoy estas muy intolerable, mi filòsofo. ¿ Què te pasa? Es difìcil distinguir tus ideas, parecen una catarata de improperios. Aprietas las quijadas y todo es maldecir la vida con mucho pesimismo.
-Jajaja. El poco bien que he hecho en mi existencia, es mi mejor obra. Todos creen que soy un demonio, la verdad es que soy un buen demonio. Siempre acabo rindiendo algùn servicio a mis semejantes. Y cuando me veo acorralado, acabo rièndome de mi mismo...Jajjaaaja...De todas formas, todos vamos a morir. ¡A jajai!
Bebiò su ùltimo fajonazo de tequila, mientras se supone observaba los reflejos de la luna que se quebraban sobre el fondo redondo del vaso. Despuès cayò muerto sobre el piso, por el exceso de alcohol...La filosofìa no le habia resuelto nada...
Pero como ellos son sanos y jòvenes aùn, son ignorantes de la fatal derrota que les espera, pese a que piensen que querer y esforzarse son goces, sin descubrir que el optimismo es una burla amarga de las aflicciones humanas.
Hay que entender que el infierno, es retratado, a travès de lo que acontece en el mundo. Casì nadie ha podido describir el paraiso y sus disfrutes. No hay manera de obtener material para la descripciòn de ese lugar de perdurable felicidad y completa satisfacciòn.
Al parecer, nada merece nuestro esfuerzo existencial, nuestras feroces luchas, nuestras mejores peleas sirven para muy poco. Solo unos cuantos tienen derecho a dejar su huella en la vida. Las conductas buenas de la gente comùn, tal parece, son solamente vanidad, porque el mundo entero se dirige hacia la deriva, se trata de un juego infructuoso que lo puede convertir a uno en un ser muy perverso y a la postre nos encontraremos con la muerte como càscaras vacìas, esqueletos terrosos que en verdad somos. Porque la vida es una eterna lucha contra la muerte, contra el sueño de la muerte. La muerte es el enemigo eterno de los seres humanos.
Cuando creemos que hemos entendido algo de la vida, y que empezamos a coordinar algo tratando de formarnos una sabidurìa- conocedores ya de que no es el dinero el que nos realiza, ni la adquisiciòn de riquezas, sino la cultura y la sabidurìa-, nuestros cerebros desmerecen al igual que nuestro cuerpo, porque todo dura solo un momento y despuès se precipita y càe...
Muchas veces la muerte se dilata y eso es debido, quizàs, a que juega con nosotros como el gato glotòn que lo hace con el ingenuo e inofensivo ratòn.
La verdad, es que somos muerte pospuesta en caìda constante y continua. Somos muerte detenida a cada instante. Somos esa muerte retardada sin saber hasta que momento tenemos que partir ni hacia donde.
Es un hecho que en esta vida, nadie puede reconciliarse con la muerte, ni siquiera con el predominio de la fe en la inmortalidad, lo cual es un claro botòn de muestra de nuestro terrible temor a la parca. Por ello, la ignorancia y el miedo, crearon a los dioses, la fantasia los adornò, el engaño y la manipulaciòn los desfiguraron, la debilidad los adora, la credulidad los conserva, la costumbre los respeta y la tiranìa los apoya para controlar a los dèbiles, y a los dormidos...
La vida, tal parece, solo se puede encarar, dependièndo de que no la conozcamos muy bien, por eso muchos viven con horror, se saben expuestos a miserias y sufrimientos. El hombre, se dice, es un extraño en busca de si mismo. Somos solo particulas atòmicas en el lodo. La muerte siempre triunfa, es una burla del destino, nunca nos vemos a nosotros mismos, nunca llegamos a conocernos. Nuestras vidas son como una funciòn de teatro de orgullo y error, donde abundan los locos enfermizos que hablan de felicidad, en arroyos transparentes por estar muy poco profundos. Somos seres que buscamos luz en medio de las tinieblas, cada vez màs profundas pero no encontramos respuestas solidas a nuestros cuestionamientos existenciales.
Polvo somos y a eso habremos de retornar, el resto es una mera ilusiòn que a nadie importa, ni debiera de importar porque hay que admitir que detràs de la muerte no existe nada que no sea el vacìo total y absoluto y el cuerpo desaparecerà integràndose a la tierra de la que un dia emergiò y de que su conciencia tambièn desaparecerà con èl: No ver. No sentir. No desear. No recordar. Y todo ello serà eternamente. Nadie quiere aceptar eso, la gran mayorìa se resisten con todas sus fuerzas. Ni siquiera se atreven a pensarlo .
¿Cuàles son las inquietudes ante la muerte ?
El planeta seguirà girando sin que estemos nosotros ya en èl...Todo seguirà igual, tan estùpido como lo encontramos. Nadie con el paso del tiempo- algùn ser querido quizàs-, notara nuestra ausencia. El mundo no lo harà, porque somos muy insignificantes, somos simples granos de arena en un inmenso desierto. Somos extremadamente pequeños en el grandioso cosmos. Ni siquiera la filosofìa nos podrìa rescatar hacièndonos pensar de que somos el eje del universo y de que todo gira en torno a nuestra existencia. No nos servirà de nada filosofar. Serìa un intento inùtil.
El hecho fatal, es que estamos ante la muerte desde que nacemos. La materia se descompone. Nuestros cuerpos tambièn. Aparecen las enfermedades, el desgaste y la vejez progresiva. Las fuerzas se van minando. El arsenal de medicamentos se quedan sin recursos...
¿Moriremos en compañia de nuestra conciencia ¿ Què encontraremos en el màs allà?
Las respuestas, ya les llegaràn a todos tarde o temprano, mientras tanto, el reloj biològico no para, no se detiene. La experiencia serà tremenda. La aventura muy emocionante, quizàs, la màs fuerte que podamos esperar...Sòlo quedarà el recuerdo que los demàs puedan guardar de nosotros tràs nuestra partida...
-Comenzaste a beber desde las tres de la tarde, son las dos de la mañana...
-¿ Si?
-Cansa y enferma eso, eh!
-Dèjame en paz, hombre!
-Hoy estas muy intolerable, mi filòsofo. ¿ Què te pasa? Es difìcil distinguir tus ideas, parecen una catarata de improperios. Aprietas las quijadas y todo es maldecir la vida con mucho pesimismo.
-Jajaja. El poco bien que he hecho en mi existencia, es mi mejor obra. Todos creen que soy un demonio, la verdad es que soy un buen demonio. Siempre acabo rindiendo algùn servicio a mis semejantes. Y cuando me veo acorralado, acabo rièndome de mi mismo...Jajjaaaja...De todas formas, todos vamos a morir. ¡A jajai!
Bebiò su ùltimo fajonazo de tequila, mientras se supone observaba los reflejos de la luna que se quebraban sobre el fondo redondo del vaso. Despuès cayò muerto sobre el piso, por el exceso de alcohol...La filosofìa no le habia resuelto nada...
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