¡ Urgen los héroes del progreso humano!
Nuestro desconcertado, incierto, impredecible y desorientado mundo, requiere de una síntesis inmediata, por encima de cualquier tipo de influencia futurísta, prospectiva, clonaciones, ciborgs, mutaciones o investigación espacial.
Al parecer, se necesita de colocar los sentimientos por encima de una inteligencia altamente razonada, fallída y enfermiza. Quizás, sea el sentimiento acompañado de una gran energía intuitiva, la fuerza renovadora capaz de redimir mediante enfoques novedosos, lo que hasta ahora, parece inmutable y rígido e inmodificable: Es necesario crear y establecer reformas que contagien de ese entusiasmo renovador a las nuevas y viejas generaciones.
Por una parte, se requiere que los fenómenos sociales del mundo, se puedan reducir a códigos, estatutos y leyes universales muy bien establecidos y respetados por todos, que permitan dar fin a tanta frontera e impedimento que limitan el libre tránsito del ser humano, para alumbrar el verdadero planeta total que ya necesitamos tener todos en éste incipiente, azaroso y desesperanzador milenio.
Luego, deberemos de enfocarnos a alcanzar una mejoría moral y política inigualable que incluya a la humanidad entera.
En seguida, hay que hacer que la ciencia y sus avances, releven a los seres de la insana tarea de tener que ordenarlo y sistematizarlo todo: Qué esa sea tarea de las máquinas que resultan tan certeras en ese tipo de actividades mecánicas, mismas que cada día, irán en creciente generalización en su temática.
Mientras tanto, todos nos deberemos de avocar al desarrollo de nuestras auténticas habilidades humanas, y todo lo que exista, sólo deberá servir para brindarnos ilustración al respecto, nutriendo y fortaleciendo el raquítico altruísmo de la naturaleza humana que prevalece en nuestros días.
Por otro lado, hay que hacer hasta lo imposible para encontrar de una buena vez por todas, la idea central de nuestras esencias, para todo hacerlo girar en ese orden: Que nuestras mentes, se conviertan en una especie de imán que atraiga todo el material posible que se requiera para facilitar el orden y clasificación de cualquier tipo de información que permita aprender lo esencial, al tiempo que se trabaje y se viva. Se trata de adquirir tendencias prácticas de pensamiento realizador humano, porque las ideas se adhieren a los que las coordinan y esclarecen y las ponen en franca acción: Menos hipótesis y más pruebas, ahora más que nunca...
El desarrollo de una nueva forma de percibir la vida, no es algo de lo cual nos debamos de sentir ajenos o extraños o que no lo podamos llevar a cabo, ni resulta más maravilloso, ni menos creíble que el desarrollo de un ser a partir de la fusión de un óvulo con el esperma. Y eso ya lo hemos practicado a lo largo de toda nuestra existencia como especie. Requerimos, de nuevas maneras y formas de relacionarnos con las energías divinas que nos rodean. De acabar con las intituciones obsoletas como la de la falsa, acartonada y punitiva familia. Aquella otra de los falsos y escenográficos matrimonios. Las de la convivencia social individualista. Las que fomentan el falso espíritu creado a través de una vida dedicada al comercio, al trafique , a la tranza, a la producción desmedida y la de los precios de mercado que a todo le otorga una cifra y un número.
Debemos de crear los nuevos principios de una psicología que trate de rastrear e implantar la verdadera y auténtica evolución de la mente: la que posea la suficiente capacidad de percepción que modifique nuestras conciencias y que desarrolle y responda a las cuestionantes de ¿ Quién soy? ¿ Qué soy ? ¿ Por qué soy? ¿Cuál es mi yo verdadero? ¿ Qué debo de hacer para encontrar el significado y el verdadero propósito en la vida? ¿ Qué es lo que yo quiero?
Emociones, pensamientos, impulsos, imágenes y sensaciones, se encuentran y están muy distorsionadas en el mundo actual. Somos testigos de ello ante innumerables evidencias cotidianas por doquier. Además, muy poco es lo que hemos podido hacer para remediar las tristes y pésimas situaciones que padecen nuestros semejantes en estos aciagos días. Se requiere de la necesidad de una decisión resolutoría urgente: Las conclusiones del mundo material están muy equivocadas.
El factor motivacional, es primordial en la organización de la conciencia y este es un asunto muy importante ya que la forma de esa conciencia que obtengamos, será el terreno del que surjan nuestros aciertos o sufrimientos. El ser humano, sufre, porque ignora su verdadera naturaleza y esa ignorancia, lo lleva a una vida dolorosa e inútil. La ciencia supone que los seres humanos evolucionan por casualidad en un universo aleatorio o azaroso y bajo ese punto de vista, somos solo complejos fenómenos bioquímicos, de inigualable interés experimental, pero no muy diferentes a cualquier otra cosa que se examina en los laboratorios: ¡Puro y auténtico materialismo científico!
La visión de la ciencia de un universo mecánico, ordenado e indiferente, no ofrece ningún propósito real a la vida. Los seres humanos, necesitamos de una razón de ser y de existir, de lo contrario, nos aburrimos, caemos en desesperación e incluso en depresiones. En el mundo científico, no existe la razón de ser, pero nuestras vidas y nuestra salud psíquica dependen de que encontremos algún sentido a nuestro peregrinaje. Las metas de seguridad, sexo, poder, fama, dinero, no funcionaron como auténticos y verdaderos satisfactores, ni como auténticos propósitos de vida. La supervivencia con notoriedad y abundancia, no bastaron para la complacencia de nuestras conciencias. Faltó una visión más amplia que en verdad satisfaciera al ser humano que el que se trató de proporcionar a través del dinero o nuestra gran cultura científicista.
¿ Hacia adónde vamos ?
La gente se enfrenta a la enfermedad, a la vejéz y a la muerte; todos nos percatamos, sin aceptarlo del todo, del ocaso y la extinción de nuestras vidas. La gente mayor en la medida que envejece, percibe que desciende de manera irremediable hacia la gran fatiga y que las metas que un día se propuso para beneficio propio, le parecen inútiles ante un mundo que, aunque se da cuenta de su extinción, no tiene una imagen más amplia del género humano: ¡ Un universo sin propósito, sumergido en un gran concierto de distorsiones, en el que la razón de ser de la vida, es la muerte misma!
La desesperación y la angustia que se vive en nuestras sociedades, reflejan el uso cuantitativo del alcohol, de sedantes, narcóticos y tóxicos que tratan de atenuar esos síntomas que consumen a esos seres de esta cultura. Se piensa que con los consumos desmedidos de estupefacientes, se puede sustituir la ausencia de una razón de existir..
Para encontrar algunas respuestas a nuestros principales interrogantes - mismas que a los cientificistas no importan o consideran absurdas-, nos tenemos que ubicar fuera de las tradicionales formas de pensar, encontrándonos todos de nueva cuenta en un mundo sin fronteras ni obstáculos, desarrollando así, una diferente capacidad de percepción que esclarezca nuestras distorsionadas conciencias de "seres objetos", para trasladarnos hacia verdaderas motivaciones de cambio, sustentadas en nuestros auténticos sentimientos humanos, rumbo a un desarrollo de alta percepción intuitiva que nos brinde una auténtica razón de ser: ¡ El Yo verdadero que se encuentra detrás de toda falsedad e imposición!...
¡ URGEN LOS HERORES DEL PROGRESO HUMANO !
Nuestro desconcertado, incierto, impredecible y desorientado mundo, requiere de una síntesis inmediata, por encima de cualquier tipo de influencia futurísta, prospectiva, clonaciones, ciborgs, mutaciones o investigación espacial.
Al parecer, se necesita de colocar los sentimientos por encima de una inteligencia altamente razonada, fallída y enfermiza. Quizás, sea el sentimiento acompañado de una gran energía intuitiva, la fuerza renovadora capaz de redimir mediante enfoques novedosos, lo que hasta ahora, parece inmutable y rígido e inmodificable: Es necesario crear y establecer reformas que contagien de ese entusiasmo renovador a las nuevas y viejas generaciones.
Por una parte, se requiere que los fenómenos sociales del mundo, se puedan reducir a códigos, estatutos y leyes universales muy bien establecidos y respetados por todos, que permitan dar fin a tanta frontera e impedimento que limitan el libre tránsito del ser humano, para alumbrar el verdadero planeta total que ya necesitamos tener todos en éste incipiente, azaroso y desesperanzador milenio.
Luego, deberemos de enfocarnos a alcanzar una mejoría moral y política inigualable que incluya a la humanidad entera.
En seguida, hay que hacer que la ciencia y sus avances, releven a los seres de la insana tarea de tener que ordenarlo y sistematizarlo todo: Qué esa sea tarea de las máquinas que resultan tan certeras en ese tipo de actividades mecánicas, mismas que cada día, irán en creciente generalización en su temática.
Mientras tanto, todos nos deberemos de avocar al desarrollo de nuestras auténticas habilidades humanas, y todo lo que exista, sólo deberá servir para brindarnos ilustración al respecto, nutriendo y fortaleciendo el raquítico altruísmo de la naturaleza humana que prevalece en nuestros días.
Por otro lado, hay que hacer hasta lo imposible para encontrar de una buena vez por todas, la idea central de nuestras esencias, para todo hacerlo girar en ese orden: Que nuestras mentes, se conviertan en una especie de imán que atraiga todo el material posible que se requiera para facilitar el orden y clasificación de cualquier tipo de información que permita aprender lo esencial, al tiempo que se trabaje y se viva. Se trata de adquirir tendencias prácticas de pensamiento realizador humano, porque las ideas se adhieren a los que las coordinan y esclarecen y las ponen en franca acción: Menos hipótesis y más pruebas, ahora más que nunca...
El desarrollo de una nueva forma de percibir la vida, no es algo de lo cual nos debamos de sentir ajenos o extraños o que no lo podamos llevar a cabo, ni resulta más maravilloso, ni menos creíble que el desarrollo de un ser a partir de la fusión de un óvulo con el esperma. Y eso ya lo hemos practicado a lo largo de toda nuestra existencia como especie. Requerimos, de nuevas maneras y formas de relacionarnos con las energías divinas que nos rodean. De acabar con las intituciones obsoletas como la de la falsa, acartonada y punitiva familia. Aquella otra de los falsos y escenográficos matrimonios. Las de la convivencia social individualista. Las que fomentan el falso espíritu creado a través de una vida dedicada al comercio, al trafique , a la tranza, a la producción desmedida y la de los precios de mercado que a todo le otorga una cifra y un número.
Debemos de crear los nuevos principios de una psicología que trate de rastrear e implantar la verdadera y auténtica evolución de la mente: la que posea la suficiente capacidad de percepción que modifique nuestras conciencias y que desarrolle y responda a las cuestionantes de ¿ Quién soy? ¿ Qué soy ? ¿ Por qué soy? ¿Cuál es mi yo verdadero? ¿ Qué debo de hacer para encontrar el significado y el verdadero propósito en la vida? ¿ Qué es lo que yo quiero?
Emociones, pensamientos, impulsos, imágenes y sensaciones, se encuentran y están muy distorsionadas en el mundo actual. Somos testigos de ello ante innumerables evidencias cotidianas por doquier. Además, muy poco es lo que hemos podido hacer para remediar las tristes y pésimas situaciones que padecen nuestros semejantes en estos aciagos días. Se requiere de la necesidad de una decisión resolutoría urgente: Las conclusiones del mundo material están muy equivocadas.
El factor motivacional, es primordial en la organización de la conciencia y este es un asunto muy importante ya que la forma de esa conciencia que obtengamos, será el terreno del que surjan nuestros aciertos o sufrimientos. El ser humano, sufre, porque ignora su verdadera naturaleza y esa ignorancia, lo lleva a una vida dolorosa e inútil. La ciencia supone que los seres humanos evolucionan por casualidad en un universo aleatorio o azaroso y bajo ese punto de vista, somos solo complejos fenómenos bioquímicos, de inigualable interés experimental, pero no muy diferentes a cualquier otra cosa que se examina en los laboratorios: ¡Puro y auténtico materialismo científico!
La visión de la ciencia de un universo mecánico, ordenado e indiferente, no ofrece ningún propósito real a la vida. Los seres humanos, necesitamos de una razón de ser y de existir, de lo contrario, nos aburrimos, caemos en desesperación e incluso en depresiones. En el mundo científico, no existe la razón de ser, pero nuestras vidas y nuestra salud psíquica dependen de que encontremos algún sentido a nuestro peregrinaje. Las metas de seguridad, sexo, poder, fama, dinero, no funcionaron como auténticos y verdaderos satisfactores, ni como auténticos propósitos de vida. La supervivencia con notoriedad y abundancia, no bastaron para la complacencia de nuestras conciencias. Faltó una visión más amplia que en verdad satisfaciera al ser humano que el que se trató de proporcionar a través del dinero o nuestra gran cultura científicista.
¿ Hacia adónde vamos ?
La gente se enfrenta a la enfermedad, a la vejéz y a la muerte; todos nos percatamos, sin aceptarlo del todo, del ocaso y la extinción de nuestras vidas. La gente mayor en la medida que envejece, percibe que desciende de manera irremediable hacia la gran fatiga y que las metas que un día se propuso para beneficio propio, le parecen inútiles ante un mundo que, aunque se da cuenta de su extinción, no tiene una imagen más amplia del género humano: ¡ Un universo sin propósito, sumergido en un gran concierto de distorsiones, en el que la razón de ser de la vida, es la muerte misma!
La desesperación y la angustia que se vive en nuestras sociedades, reflejan el uso cuantitativo del alcohol, de sedantes, narcóticos y tóxicos que tratan de atenuar esos síntomas que consumen a esos seres de esta cultura. Se piensa que con los consumos desmedidos de estupefacientes, se puede sustituir la ausencia de una razón de existir..
Para encontrar algunas respuestas a nuestros principales interrogantes - mismas que a los cientificistas no importan o consideran absurdas-, nos tenemos que ubicar fuera de las tradicionales formas de pensar, encontrándonos todos de nueva cuenta en un mundo sin fronteras ni obstáculos, desarrollando así, una diferente capacidad de percepción que esclarezca nuestras distorsionadas conciencias de "seres objetos", para trasladarnos hacia verdaderas motivaciones de cambio, sustentadas en nuestros auténticos sentimientos humanos, rumbo a un desarrollo de alta percepción intuitiva que nos brinde una auténtica razón de ser: ¡ El Yo verdadero que se encuentra detrás de toda falsedad e imposición!...
¡ URGEN LOS HERORES DEL PROGRESO HUMANO !
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