En nuestro mundo, desde hace ya mucho tiempo, resulta muy difícil descifrar de que se trata la trama de la vida: Todo parece fase de espejo o imaginario... Al parecer, todo procede del exterior. Los espejos dan significado y todos actuamos, sin querer, como significantes de esos espejismos: Somos prisioneros de un mundo que se parece a un gran salón integrado por espejos: Te gusta mi carro? lo debo...Te gusta mi casa?, la debo. Te agrada mi familia? La tengo super endeudada y esclavizada. Te agrado, yo? Siempre estoy tensa y preocupada, ¿y tú? Todo lo terreno, caé en lo antiestético, abominable y anestésico, nos encontramos cerca de una muerte cerebral. ¿Los espejos son lo único con lo que contamos? ¿ Acaso sólo lo que se ve es lo que tenemos?... El manejo de la realidad, ya resulta inalcanzable, las miradas se vuelven hacia nosotros, al que mira, como si se tratará de que fueramos simples mercancias mecánicas, robóticas, aburridas, sin vida...Parece que todo se transforma, pero sin modificar nada...¡ Que renazca Hegel y Marx !
Se trata también de un mundo absurdo, repleto de signos, símbolos, representaciones, enigmas que sólo conducen a un lenguaje y gramática sin salida. Todos hablan y escriben de incongruencias. Se ha ido creando un metalenguaje de tecnicísmos, estructurado por el mismo lenguaje que traslada todo a un crucigrama sin sentido con el que se pretende dar cabida a la "razón": La garantía de las palabras, escritas y habladas, por las que se expresa el pensamiento humano: ¡ No hay salida para tanto absurdo que se propicia y se fomenta, através de los lenguajes que se hablan en toda la tierra (?)...Aún cuando se mencione que en el principio Dios se hizo presente con la palabra y que ella era el mismo Dios y esa palabra se convirtió en carne y habitó entre nosotros...
Es así, como hemos operado: Las palabras sin darnos mucha cuenta, se convirtieron en las cosas mismas, en las verdaderas cosas Y esa es la gran trampa en la que permanecemos atrapados en la actualidad: Forma, decisión, fluidez, claridad y grandeza moral ante todo. ¡ Puros formulismos, huecos y vacíos que refutan lo original y lo auténtico!
Un buen texto, un buen discurso, plantean y contienen un enigma que resolver y eso es lo que les otorga el sentido final: Es recrearse en una especie de suspensión del sentido que proponen los autores: ¿ Qués me hizo pensar ese escritor, ese conferencísta ?
No necesariamente, todo se tiene que dar através de la garantía de las palabras que se asegura deben de garantizar el contenido del pensamiento o de esa razón, pues eso abordaría el tema de un lenguaje racional y perfecto que pudiese desear la representación perfecta del mundo real; es decir, la esencia misma de cada cosa en el mundo: ¡¡¡Lo robótico y mecánico y establecído y sistémico!!!
Y, afortunadamnte, no es así. Ni mucho menos como se pretende y se ha pretendído hacernos creer y que además, Sí no los hemos creído y lo continuamos creyendo: ¡La palabra hecha carne, la palabra verdad de las coas!
¿ Y lo incierto, lo que no encaja, lo distinto, lo original, lo auténtico, lo incomunicable que no se limitan a palabras ni lenguajes, por muy finos, sofisticados y técnicos que resulten ser estos?
En nuestros lenguajes y escritos, debemos sonar como nosotros mismos, tal cual somos. Habrá que dar por terminado con todas aquellas ideas e impedimentos de otros, sembrados en nuestros interiores mediante las palabras engañosas. Dejar atrás los tecnicismos, lo complicado y dar paso a lo casual, a los contenidos de una simple conversación: La soledad, la tristeza, la envidia, los celos, la vulgaridad, la homosexualidad, el machismo. Hay que escribir y hablar lo propio lo que venga de las propias vivencias o de la vida misma, de la naturaleza, de lo natural. Hay que decir de manera escrita o hablada lo que queremos decir: Hablar de la porquería que entre todos hemos creado y hacemos a diario. De la vomitada que resulta ser la vida, la mayoría de las veces. De nuestras conquistas amorosas, aunque resulten efímeras. De nuestras relaciones sexuales. De las nalgas que nos enloquecen. De fornicar sólo por el placer de hacerlo. De cuando nos emborrachamos y terminamos en alguna orgía y degenere. Hablar de lo que les decimos y comentamos a nuestros amigos.De romper con las trampas de la estupidez y los formulismos...
De eso se trata, de ir más allá de las palabras y los lenguajes. De quebrar las reglas del aparentar y bien decir y de aproximarse cada vez más, a la bendita inspiración y la intuición que comprometen al sentimiento y nos muestran como somos en verdad: ¡ Es al igual a un ejercicio meditativo, donde nos atrevemos sin miedos, a dejar fluir la mente!
Se trata, de un impulso que se inicia desde muy adentro y sólo se le ponen palabras a ese sentir emotivo que es semejante a un éxtasis sexual, un sentimiento que inunda todo el cuerpo que empieza en el vientre, sube por el pecho y alcanza nuestro cerebro, boca y oídos. Es como un canturreo, un gemido, ay! un suspiro...
Sí, se le ponen palabras a esas emociones, a ese tipo de sentimientos: Mirando alrededor, tratando de describir lo que se ve y se siente, de manera mezclada. Eso es lo que hace suspirar, suspirar con las palabras y el lenguaje, sólo basta articular lo que se siente e irlo orientándo y acompasándo con lo que se percibe. Muchas veces, incluso, difícilmente sabremos cuales son esos significados, lo que deseamos decir: Quizás el paso del tiempo les otorgue sentido, ya que proceden desde lo más profundo de nosotros, se trata de momentos espontáneos que surgen del vivir y del sentir, para después manifestarlos: Eso que eres, lo sabrás cuando hables y escribas con sinceridad, sin formulísmos ni reglas establecidas, porque la mente así es como opera y funciona, de manera parecida a la poesía, se parece mucho al proceder de la naturaleza misma que incluye: ¡Mariposas, montañas, valles, ríos, mares, pájaros, animales, hadas, duendes, voces de las cavernas, sueños, mitos que todo lo abren y todo lo muestran!
¿ Cuál es el verdadero decir de tu corazón?
Del mío: Sacarme toda la basura que se me metió y me he metido. Ser real, sincero, franco, diferente e innovador. Acabar con las trampas del miedo, con lo ilusorio, con los espejismos, con lo material superfluo, con las imitaciones locas de locos que pretenden ser serios y mojigatamente bien nacidos. Contemplar en silencio el fluir de la naturaleza. Vivir en el mar y en la montaña. Hacer escritos y contar historias de la forma en que se ven, con mis propias palabras, las de mi mismo y de nadie más; usando palabras de mi propiedad, creándolas a cada instante.Contar cosas visibles pero no vistas por nadie más. ¡Amar y ser amado en reciprocidad!...Esto, queridos lectores, es desde dónde salen todas las entregas que les he obsequiado durante ya un buen tiempo, simplemente, es tan solo: Un poco de mí!!!
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