Desde hace ya un buen tiempo, varios sexenios atrás, nuestro País, ha estado contemplado por la comunidad internacional como de poco fiar, como un país de tendencias peligrosas y carente de un orden Institucional. Todo apunta ni más ni menos a que nos estamos dirigiendo no rumbo a un Estado fallído o que los empresarios no deban hacer negocios con los mexicanos, sino que ya es tanto el desprestigio alcanzado que el mismito infierno nos quedaría pequeño, al grado de que si se obtiene algún reconocimiento en el extranjero a un conacional, éste sea puesto en entredicho de inmediato por personajes destacados como inmerecido o muy poco merecido...
Cuando las situaciones que pululan alrededor de la conducción del destino de un país, se trastocan de manera negativa o se desvían de un proceder adecuado o positivo, la sociedad entera, será la primera perjudicada en el accionar de ese proceder: Se hablará no de fallas en la operatividad de los políticos en turno, sino del accionar de todos los que conforman a esas naciones, se dirá México es un país de facinerosos y eso estará incluyendo a todos los mexicanos de manera nada agradable y altamente negativa...
Poco es lo que se puede lograr viviendo en una sociedad que todos los días se ve confrontada con una realidad que no coincide con los hechos y que en verdad suceden en la realidad real: Raptos y secuestros por todo el territorio. Carreteras inseguras e intransitables infestadas de bandidos de la delincuencia organizada. Tráfico de estupefacientes y sustancias toxicas que enferman a nuestra juventud y nos las arrebatan. Pandillas de narcotraficantes dividiendo el territorio en cárteles que se disputan jugosas ganancias ilicitas. Y lo peor: Autoridades de todos los niveles y políticos de todas las esferas, coludidos con la delincuencia organizada y los narcotraficantes, teniendo como fieles protectores al mismisimo ejército, la marina y todas las policias del país!!! El infierno se queda muy chico...
La presión y el clima social en México, a todas luces arrecia y va increchendo cada día más, sin que a nadie se le ocurra como desinflar tan tremendo globo de gas mortífero: Abundan las excusas oficiales, se trata con gastos excesivos publicitarios de atenuar la percepción de los ciudadanos e inclusive de alterarla. Pero en verdad, nada contribuye para transmutar el sentimiento de calamidad y zozobra que impera sobre el país...
En la Argentina de los 70s cuando tuve la oportunidad de vivir en Buenos Aires, nuestros hermanos sudamericanos, atravesaban momentos de verdadera desesperación: Persecuciones políticas, guerrilla, secuestros, mucho desempleo, devaluación de su moneda y mucha hambre: Fue la gente misma, no los corruptos políticos, los que prepararon el terreno para el cambio. La gente perdió el miedo y entre todos se unieron para dirigir la dinámica social hacia nuevos derroteros, hacia nuevos horizontes que los retornaran a la dignidad y al prestigio perdido: Decid en tu país que no todos somos rateros!!! Y por supuesto que no lo eran, eran víctimas de grupúsculos delincuenciales incrustados en todos los niveles, al cobijo de las autoridades mismas...
Como mexicanos, nos quedan pocos caminos por recorrer y uno de ellos los tenemos a la vista nos agrade o no: Las próximas elecciones del mes de Junio...El reto, el esfuerzo y la tarea, es cómo retornar a la confianza, cómo restablecer el tejido social tan estropeado, pero no de manera ilusa e intrascendente como siempre lo ofrecen...Y el otro, la confrontación, esa que tiene sumida a Centro América en atrasos muy semejantes a los del Continente Africano y que pretextos no nos falatarían para inclinarnos hacia esas actividades tan destructivas pero a veces tan necesarias e inevitables lo cual nos enseña claramente la historía...
Es a la sociedad civil organizada de México, a quién corresponde llamar a cuentas a tanto cínico y sinverguenza del tamaño que sea, sin importar las consecuencias y lo mejor sería hacerlo más pronto que tarde...Fuera miedos, a reestructurar entre todos la dignidad de nuestra sociedad!!!
Cuando las situaciones que pululan alrededor de la conducción del destino de un país, se trastocan de manera negativa o se desvían de un proceder adecuado o positivo, la sociedad entera, será la primera perjudicada en el accionar de ese proceder: Se hablará no de fallas en la operatividad de los políticos en turno, sino del accionar de todos los que conforman a esas naciones, se dirá México es un país de facinerosos y eso estará incluyendo a todos los mexicanos de manera nada agradable y altamente negativa...
Poco es lo que se puede lograr viviendo en una sociedad que todos los días se ve confrontada con una realidad que no coincide con los hechos y que en verdad suceden en la realidad real: Raptos y secuestros por todo el territorio. Carreteras inseguras e intransitables infestadas de bandidos de la delincuencia organizada. Tráfico de estupefacientes y sustancias toxicas que enferman a nuestra juventud y nos las arrebatan. Pandillas de narcotraficantes dividiendo el territorio en cárteles que se disputan jugosas ganancias ilicitas. Y lo peor: Autoridades de todos los niveles y políticos de todas las esferas, coludidos con la delincuencia organizada y los narcotraficantes, teniendo como fieles protectores al mismisimo ejército, la marina y todas las policias del país!!! El infierno se queda muy chico...
La presión y el clima social en México, a todas luces arrecia y va increchendo cada día más, sin que a nadie se le ocurra como desinflar tan tremendo globo de gas mortífero: Abundan las excusas oficiales, se trata con gastos excesivos publicitarios de atenuar la percepción de los ciudadanos e inclusive de alterarla. Pero en verdad, nada contribuye para transmutar el sentimiento de calamidad y zozobra que impera sobre el país...
En la Argentina de los 70s cuando tuve la oportunidad de vivir en Buenos Aires, nuestros hermanos sudamericanos, atravesaban momentos de verdadera desesperación: Persecuciones políticas, guerrilla, secuestros, mucho desempleo, devaluación de su moneda y mucha hambre: Fue la gente misma, no los corruptos políticos, los que prepararon el terreno para el cambio. La gente perdió el miedo y entre todos se unieron para dirigir la dinámica social hacia nuevos derroteros, hacia nuevos horizontes que los retornaran a la dignidad y al prestigio perdido: Decid en tu país que no todos somos rateros!!! Y por supuesto que no lo eran, eran víctimas de grupúsculos delincuenciales incrustados en todos los niveles, al cobijo de las autoridades mismas...
Como mexicanos, nos quedan pocos caminos por recorrer y uno de ellos los tenemos a la vista nos agrade o no: Las próximas elecciones del mes de Junio...El reto, el esfuerzo y la tarea, es cómo retornar a la confianza, cómo restablecer el tejido social tan estropeado, pero no de manera ilusa e intrascendente como siempre lo ofrecen...Y el otro, la confrontación, esa que tiene sumida a Centro América en atrasos muy semejantes a los del Continente Africano y que pretextos no nos falatarían para inclinarnos hacia esas actividades tan destructivas pero a veces tan necesarias e inevitables lo cual nos enseña claramente la historía...
Es a la sociedad civil organizada de México, a quién corresponde llamar a cuentas a tanto cínico y sinverguenza del tamaño que sea, sin importar las consecuencias y lo mejor sería hacerlo más pronto que tarde...Fuera miedos, a reestructurar entre todos la dignidad de nuestra sociedad!!!
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