Se cuenta que alguna vez hubo un país que fue fundado en tierras de inmensas riquezas: Sus bosques, valles, lagos, rìos y mares, lo hacían inmensamente envidiable...
Se dice que sus pobladores provenían de un continente desde donde en algún momento, también partieron muchas otras tribus, tomando diferentes direcciones: Norte, Sur, Este y Oeste. Todos iban en busca de mejores condiciones de vida y alimentos. Dicen que sus peregrinaciones duraron cientos y cientos de años, hasta que un dìa ya establecidos, se volvieron a encontrar, sòlo que en esa ocasión como contrincantes. Al parecer, se habían vuelto a colocar en la posición de la escasez y la necesidad y se decidieron a explorar de nueva cuenta algunos territorios en los que se pensaba, podían existir mejores condiciones de vida y alimentos para abastecerse: Algunos de ellos estaban plenamente convencidos de que el planeta era redondo y por algún lado, cabrìa la posibilidad de nuevas, inexploradas, abundantes y riquísimas tierras. Surgiò así, la época de las aventuras de nuevas rutas. Una gran oportunidad para esas criaturas inquietas y osadas...Pero lo màs extraordinario de todo, fue que tratándose de seres que provenían desde los inicios del mismo tronco, del mismo origen, con las mismas características básicas, al reencontrarse con sus semejantes, unos estaban màs avanzados que los otros: Un bando desconocía el uso de la rueda, los animales de carga no existìan, eran ajenos al uso de armas letales y sofisticadas. Sus organizaciones sociales estaban menos cimentadas y establecidas, era muy sencillo ejercer superioridad sobre de ellos...
¿Por què si todos habían iniciado la emigración desde puntos similares o cercanos y casì al mismo tiempo de aquellas tierras duramente castigadas por los inclementes climas, al transcurrir el tiempo unos habían destacados màs que los otros? ¿ Còmo se diò esa transformación ? ¿ Acaso las cosas no fueron como siempre se han explicado? ¿ Es que no hubo tal inicio y la vida floreció por distintas partes de la Tierra? ¿ En verdad somos una mutaciòn de los monos ?
Cuentan que un bondadoso y muy amable viejecillo solitario, llamado Gilberto-era un magnìfico tallador de madera- que todo lo expresaba mediante sus trabajos que comunicaban siempre algo o alguna cosa. Destacaba en su pueblo porque era capaz de hacer finísimas figuras con tan sòlo un martillo y su pequeño cincel. Habitaba una pequeña choza a la orilla del rìo, la que también era su taller, con su perro, Jacinto y Lucas, un loro parlanchin. Un dìa, don Gilbert- así lo llamaban sus vecinos-, esculpió en una madera muy especial, fuerte y claro oscura, una extraña figura.
-¿Què te parece, Jacinto, raro no? Le he nombrado El Humano!!! Lucas se estremeció y emitió un sonido como de grito de nacimiento como los que hacen los bebes al nacer.
-No me lo creirìan ¿Verdad?- se refirió el viejecillo a ambos animales, haciendo una seña parando el dedo gordo de su mano derecha, indicandoles triunfo.
-¿Què tal que hablarà?-dijo muy emocionado y con voz muy en alto, al tiempo que su cuerpo se estremecia por las sonoras carcajadas que lo inundaban de cabo a rabo...
Esa noche, don Gilbert ya en su cama, mirando por un hueco en el techo de la choza a las estrellas, formulò un deseo:
-Lucero y estrella brillante de la noche, a tì a quièn siempre acudo, te pido con todas las fuerzas de mi alma, que hagas que la figura que me inspiraron me de sus secretos...
Durante la noche, mientras dormían profundamente el creativo y bondadoso de don Gilbert, el juguetón de Jacinto y el parlanchin loro, una luz muy brillante descendió sobre la humilde morada.
penetrò por el hueco del techo y se fue directamente hacia la figurilla
-Despierta!!! Dile al viejecillo todo lo que guardas- dijo la luz en tono casì imperceptible y se esfumò. De repente la extraña y bella figurilla se dirigió a don Gilbert y le dijo al oído:
-Me hiciste con amor, tu búsqueda se ha completado, ese es el verdadero humano!!!
En aquel pueblo, aùn se cuenta que don Gilbert y sus mágicos animales, jamàs volvieron a ser vistos nunca, pero la choza es muy visitada por todos aquellos seres que andan en busca del eslabòn perdido...
Se dice que sus pobladores provenían de un continente desde donde en algún momento, también partieron muchas otras tribus, tomando diferentes direcciones: Norte, Sur, Este y Oeste. Todos iban en busca de mejores condiciones de vida y alimentos. Dicen que sus peregrinaciones duraron cientos y cientos de años, hasta que un dìa ya establecidos, se volvieron a encontrar, sòlo que en esa ocasión como contrincantes. Al parecer, se habían vuelto a colocar en la posición de la escasez y la necesidad y se decidieron a explorar de nueva cuenta algunos territorios en los que se pensaba, podían existir mejores condiciones de vida y alimentos para abastecerse: Algunos de ellos estaban plenamente convencidos de que el planeta era redondo y por algún lado, cabrìa la posibilidad de nuevas, inexploradas, abundantes y riquísimas tierras. Surgiò así, la época de las aventuras de nuevas rutas. Una gran oportunidad para esas criaturas inquietas y osadas...Pero lo màs extraordinario de todo, fue que tratándose de seres que provenían desde los inicios del mismo tronco, del mismo origen, con las mismas características básicas, al reencontrarse con sus semejantes, unos estaban màs avanzados que los otros: Un bando desconocía el uso de la rueda, los animales de carga no existìan, eran ajenos al uso de armas letales y sofisticadas. Sus organizaciones sociales estaban menos cimentadas y establecidas, era muy sencillo ejercer superioridad sobre de ellos...
¿Por què si todos habían iniciado la emigración desde puntos similares o cercanos y casì al mismo tiempo de aquellas tierras duramente castigadas por los inclementes climas, al transcurrir el tiempo unos habían destacados màs que los otros? ¿ Còmo se diò esa transformación ? ¿ Acaso las cosas no fueron como siempre se han explicado? ¿ Es que no hubo tal inicio y la vida floreció por distintas partes de la Tierra? ¿ En verdad somos una mutaciòn de los monos ?
Cuentan que un bondadoso y muy amable viejecillo solitario, llamado Gilberto-era un magnìfico tallador de madera- que todo lo expresaba mediante sus trabajos que comunicaban siempre algo o alguna cosa. Destacaba en su pueblo porque era capaz de hacer finísimas figuras con tan sòlo un martillo y su pequeño cincel. Habitaba una pequeña choza a la orilla del rìo, la que también era su taller, con su perro, Jacinto y Lucas, un loro parlanchin. Un dìa, don Gilbert- así lo llamaban sus vecinos-, esculpió en una madera muy especial, fuerte y claro oscura, una extraña figura.
-¿Què te parece, Jacinto, raro no? Le he nombrado El Humano!!! Lucas se estremeció y emitió un sonido como de grito de nacimiento como los que hacen los bebes al nacer.
-No me lo creirìan ¿Verdad?- se refirió el viejecillo a ambos animales, haciendo una seña parando el dedo gordo de su mano derecha, indicandoles triunfo.
-¿Què tal que hablarà?-dijo muy emocionado y con voz muy en alto, al tiempo que su cuerpo se estremecia por las sonoras carcajadas que lo inundaban de cabo a rabo...
Esa noche, don Gilbert ya en su cama, mirando por un hueco en el techo de la choza a las estrellas, formulò un deseo:
-Lucero y estrella brillante de la noche, a tì a quièn siempre acudo, te pido con todas las fuerzas de mi alma, que hagas que la figura que me inspiraron me de sus secretos...
Durante la noche, mientras dormían profundamente el creativo y bondadoso de don Gilbert, el juguetón de Jacinto y el parlanchin loro, una luz muy brillante descendió sobre la humilde morada.
penetrò por el hueco del techo y se fue directamente hacia la figurilla
-Despierta!!! Dile al viejecillo todo lo que guardas- dijo la luz en tono casì imperceptible y se esfumò. De repente la extraña y bella figurilla se dirigió a don Gilbert y le dijo al oído:
-Me hiciste con amor, tu búsqueda se ha completado, ese es el verdadero humano!!!
En aquel pueblo, aùn se cuenta que don Gilbert y sus mágicos animales, jamàs volvieron a ser vistos nunca, pero la choza es muy visitada por todos aquellos seres que andan en busca del eslabòn perdido...
No hay comentarios:
Publicar un comentario