Vivir en un paìs como Mèxico, con una cultura tan sòlida y tan variada, es todo un privilegio!!! Esto que la gran mayorìa de ciudadanos sabemos apreciar y disfrutar, es precisamente lo que nuestros seudodirigentes, jamàs toman en cuenta y no por que no sean conocedores de ello, sino porque es tanta su avaricia, su mesquindad, su deseo de poder y dinero, que lo esencial, queda ausente en sus corazones y en sus muy empobrecidas almas...
Somos un pueblo de gente buena, bondadosa, compartida, luchona y muy amigable, pero ha sido tanta nuestra decidia e indiferencia hacia los aspectos y asuntos materiales, que siempre resultamos ser engañados, manipulados, ofendidos y muy maltratados por los poderosos y los adinerados que al parecer gozan de tantas penurias por las que las mayorìas debemos de atravesar para intentar subsistir...
Los mexicanos, hemos arribado al momento de ya no creer en nadie, de casì no confiar en nuestros semejantes, de sentirnos desprotegidos ante tanta maldad e indiferencia hacia el dolor por parte de las autoridades: Todo es burla, cinismo, corruptelas, acomodos, triquiñuelas, trampas, abusos, insultos, ofensas, manipulaciones, mentiras y una frecuente insistencia en cambiar los hechos y eventos de los cuales todos somos testigos, por otros que benefician a los interèses creados que tanto han limitado y lastimado nuestro sano desarrollo...
En nuestros hogares, los discursos se han modificado tanto, que nuestros temas, se apegan màs a la tragedia y a un sin fin de penurias, que ya no hay espacio para una sana y divertida convivencia. Todo se ha tornado en deudas, carencias, en quejas multiples de vejaciones, de asaltos, de robos, de agresiones. El buen ànimo en nuestras plàticas familiares y caseras, se ha ido apagando paulatinamente. La indignidad ha crecido, el ejèrcito de desempleados cada dìa que pasa se torna mucho màs grueso y con ello la multiplicaciòn de los viveres y los panes en las mesas de nuestras hogares, se ha visto muy mermados: Reina la tristeza y la desesperanza, ya nada satisface, porque lo primordial que es el sustento, ya esta ausente en muchas casas. Los jefes de familia, se han visto obligados a mentir a sus seres queridos, han tenido que soportar su derrota sin siquiera haber combatido, ya han vendido o empeñado todas sus pertenencias y en muchas ocasiones, obligados por el hambre, han vendido hasta su dignidad con tal de cumplir con el sustento raquìtico que entregan a sus seres queridos.
Todo ha cambiado en nuestro querido Mèxico. Todo se modificò sin percatarnos de las muchas fallas que los seudodirigentes iban cometiendo dìa a dìa con lo que nos pertenecìa a todos. Hubo manga ancha y se sirvieron con la cuchara grande importàndoles muy poco el presente y el futuro de las grandes mayorìas y de las generaciones por venir...Las lamentaciones, ya no vienen al caso, sì es posible corregir los ¨hubiera¨, es sòlo cuestiòn de aprovechar lo que el presente brinda, para poder tomar revancha y resurgir: Siempre està la oportunidad del àrbol de la Noche Triste, para los abusadores. Para quiènes habièndoseles otorgado la distinciòn de dirigir, se aprovecharon y abusaron de manera desmedida de las personas buenas que todo les confiaban. Es el tiempo del resurgimiento, es el ahora o nunca para las inmensas mayorìas de mexicanos, la gran oportunidad del despertar y retomar la vìa de la responsabilidad compartida, ese el momento esperado por todos los excluìdos, maltratados, burlados y ofendidos...No necesitamos de ninguna ayuda o auxilio externo, como pretenden ofrecernos nuestros abusivos y discriminatorios vecinos. Nosotros sòlos podemos unirnos y combatir a los acaparadores, a los hambreadores a los que nos han sumido en la depresiòn que padecemos.
Ya fue suficiente, Mèxico!!!, no hay reformas que valgan, ni leyes acomodaticias que sòlo se aplican a los dèbiles y pobres, requerimos de un cambio profundo en las normas que nos rigen, pero ese cambio, no puede ni debe de ser dirigido por quiènes nos han ofendido y faltado al respeto, ellos son los mismos pillos a quiènes tenemos muy vistos ya y son a los que debemos de llevar a un tribunal superior emanado del pueblo para su ajusticiamiento. Fuera miedos, porque todavìa viene LO QUE FALTA!!!
Somos un pueblo de gente buena, bondadosa, compartida, luchona y muy amigable, pero ha sido tanta nuestra decidia e indiferencia hacia los aspectos y asuntos materiales, que siempre resultamos ser engañados, manipulados, ofendidos y muy maltratados por los poderosos y los adinerados que al parecer gozan de tantas penurias por las que las mayorìas debemos de atravesar para intentar subsistir...
Los mexicanos, hemos arribado al momento de ya no creer en nadie, de casì no confiar en nuestros semejantes, de sentirnos desprotegidos ante tanta maldad e indiferencia hacia el dolor por parte de las autoridades: Todo es burla, cinismo, corruptelas, acomodos, triquiñuelas, trampas, abusos, insultos, ofensas, manipulaciones, mentiras y una frecuente insistencia en cambiar los hechos y eventos de los cuales todos somos testigos, por otros que benefician a los interèses creados que tanto han limitado y lastimado nuestro sano desarrollo...
En nuestros hogares, los discursos se han modificado tanto, que nuestros temas, se apegan màs a la tragedia y a un sin fin de penurias, que ya no hay espacio para una sana y divertida convivencia. Todo se ha tornado en deudas, carencias, en quejas multiples de vejaciones, de asaltos, de robos, de agresiones. El buen ànimo en nuestras plàticas familiares y caseras, se ha ido apagando paulatinamente. La indignidad ha crecido, el ejèrcito de desempleados cada dìa que pasa se torna mucho màs grueso y con ello la multiplicaciòn de los viveres y los panes en las mesas de nuestras hogares, se ha visto muy mermados: Reina la tristeza y la desesperanza, ya nada satisface, porque lo primordial que es el sustento, ya esta ausente en muchas casas. Los jefes de familia, se han visto obligados a mentir a sus seres queridos, han tenido que soportar su derrota sin siquiera haber combatido, ya han vendido o empeñado todas sus pertenencias y en muchas ocasiones, obligados por el hambre, han vendido hasta su dignidad con tal de cumplir con el sustento raquìtico que entregan a sus seres queridos.
Todo ha cambiado en nuestro querido Mèxico. Todo se modificò sin percatarnos de las muchas fallas que los seudodirigentes iban cometiendo dìa a dìa con lo que nos pertenecìa a todos. Hubo manga ancha y se sirvieron con la cuchara grande importàndoles muy poco el presente y el futuro de las grandes mayorìas y de las generaciones por venir...Las lamentaciones, ya no vienen al caso, sì es posible corregir los ¨hubiera¨, es sòlo cuestiòn de aprovechar lo que el presente brinda, para poder tomar revancha y resurgir: Siempre està la oportunidad del àrbol de la Noche Triste, para los abusadores. Para quiènes habièndoseles otorgado la distinciòn de dirigir, se aprovecharon y abusaron de manera desmedida de las personas buenas que todo les confiaban. Es el tiempo del resurgimiento, es el ahora o nunca para las inmensas mayorìas de mexicanos, la gran oportunidad del despertar y retomar la vìa de la responsabilidad compartida, ese el momento esperado por todos los excluìdos, maltratados, burlados y ofendidos...No necesitamos de ninguna ayuda o auxilio externo, como pretenden ofrecernos nuestros abusivos y discriminatorios vecinos. Nosotros sòlos podemos unirnos y combatir a los acaparadores, a los hambreadores a los que nos han sumido en la depresiòn que padecemos.
Ya fue suficiente, Mèxico!!!, no hay reformas que valgan, ni leyes acomodaticias que sòlo se aplican a los dèbiles y pobres, requerimos de un cambio profundo en las normas que nos rigen, pero ese cambio, no puede ni debe de ser dirigido por quiènes nos han ofendido y faltado al respeto, ellos son los mismos pillos a quiènes tenemos muy vistos ya y son a los que debemos de llevar a un tribunal superior emanado del pueblo para su ajusticiamiento. Fuera miedos, porque todavìa viene LO QUE FALTA!!!
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