sábado, 22 de octubre de 2016

¿HASTA CUANDO?

Ver como transcurre la vida, es algo asì como contemplar un barco en el horizonte y percibir como se va hundiendo en la redondes de la Tierra. Porque la vida, desaparece tarde o temprano para todos nosotros los seres vivientes: Empezamos en un punto y partimos, para un tiempo despuès, nunca sabemos cuanto, volver a retornar al punto de partida, pero eso si, una vez que nos hemos sumergido en las profundidades de la existencia y que cumplimos nuestra misiòn. Esa misiòn, no siempre encaja con lo  que nosotros hemos planificado. En muchas ocasiones hasta resulta contraria a nuestros planes. Quièn sabe por què, deseamos que nuestra misiòn pudiese resultar de las màs sobresalientes del mundo y la mayorìa de las veces, eso incluso puede no significar nada para nadie, y convertirse en una actividad aparentemente intrascendente a los ojos de los demàs e inclusive a los de nosotros mismos...La verdad, es que son muy pocos los que se conforman con lo que les toca desempeñar en la vida. Las mayorìas reciben diseños educativos para tratar de destacar lo màs que puedan y eso ha conducido a que no les importe pasar por sobre quièn sea, con tal de cumplir o de llevar a cabo  objetivos verdaderamente absurdos y contradictorios a sus esencias...
Somos seres que se viven no solamente ajenos a sì mismos, sino que ademàs, sin saber con exactitud los contenidos que los guìan, como ciegos a la deriva rodeados de luces que jamàs llegan a vislumbrar.
Se dice, que la consciencia, es sòlo una mìnima parte de nuestro inmenso contenido que permanece oculto y desconocido para nuestras mentes. Nuestras decisiones, provienen màs de zonas desconocidas a la generaciòn de nuestros pensamientos, que lo que se pudiera uno imaginar. Sin saberlo, decidimos automàticamente sobre lo que consideramos pudieran ser nuestras preferencias, cuando en verdad esas preferencias poseen en nuestros interiores una tendencia previamente establecida sin siquiera habernos percatado de ello. Somos  insignificantes càscaras de nueces en los mùtiples oceànos. Somos unos desconocidos para nosotros mismos que operan desde dimensiones totalmente descontroladas y manejables. Es por eso que resultemos seres enajenados, ajenos a ideas y motivaciones insertadas en nuestros interiores que no nos pertenecen y nos guìan de manera invisible: Insectos famèlicos que habitan selvas de abundancia si poderlas disfrutar...
Nuestros comportamientos, en su mayorìa, obedecen a lineamientos que aparentemente pretenden un objetivo, un fin; sin embargo, nuestras acciones estàn conducidas por situaciones que paran en lo menos pensado y verosimil. Somos seres rodeados de circunstancias total mente fortuitas y azarosas: Podemos planificar y esos planes y proyectos, la mayorìa de las veces, acaban siendo tan distintos y diferentes de lo planificado que tal pareciera nunca hubiesen contado con diseño alguno. Nadie es dueño de sì mismo, mucho menos nada ni a nadie se le controla como se pretende. Los planes son lìmpios cuando se trazan y proponen, pero la realidad, los convierte en totalmente inciertos y sorpresivos e increibles, como las nubes que el viento obliga a transformarse en figuras inciertas y curiosas.
La inmensidad y profundidad de nuestras mentes, es algo inanlcanzable y sumamente dificil de escudriñarla. La conformaciòn cerebral, esta aùn en estos tiempos, fuera del alcance de su desciframiento; pocos podrìan atreverse a ubicar con seriedad su territorialidad, su conformaciòn geogràfica y definir las zonas de su inmensa actividad  nerviosa-neuronal, que nos mantiene siendo unos plenos desconocidos de nosotros mismos, como si fueramos lobos de estepa, solitarios eternos. Desconocemos los còdigos y sìmbolos de su operatividad. Vivimos extrañados de sus mensajes y confundimos nuestro sentido comùn con la intuiciòn, puerta de entrada a su vastedad. Los sueños-otra de las entradas-, los tomamos como simples acontecimientos que jamàs hemos podido definir con precisiòn su significado: Dormir , soñar. tal vez morir!!!
Somos seres emisores y receptores de señales que deambulan como perdidos en el espacio exterior por desconocer sus espacios interiores y desvincularse de la belleza mundanal que brindan los sentidos.
La humanidad, està conectada por un hilo conductor que hermana a la especie: Un lenguaje universal que vincula todo,que sobrepasa a cualquier idioma y estructura cerebral. Se trata de una circunstancia inmaterial ubicada en nuestros rostros, reflejada en nuestros ojos, en la manifestaciòn de nuestros gestos, en el movimiento de nuestros cuerpos, en el calor que desprenden. Un hilo conductor que hemos mantenido en el olvido, en lo màs profundo de cada uno de nosotros, una identidad de especie que abandonamos a la deriva en inseguras y muy lejanas tierras:LA SENSIBILIDAD, EL ABRETE SESAMO DE TODO!!! Hasta cuàndo?

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