miércoles, 10 de mayo de 2017

YOU ARE ALONE AND FIRED, MY FRIEND!!!

La violencia y la destructividad, de los mal llamdos humanos, ha sido desde mucho tiempo, objeto de estudio por parte de investigadores muy versados en el tema. Ellos han tratado de encontrar una respuesta coherente de dicho fenómeno: Destructividad dirigida a la persecución y el exterminio de otoros seres semejantes...
Los resultados obtenidos, hasta la fecha, son inevitablemente limitados, aunque algunas conclusiones han sido valiosas para ya ir comprendiendo cada día más el problema que genera la violencia y la destructividad, contemplándose en el horizonte un camino tendiente a un control más definitivo y eficaz.
En casí todos los países del mundo, sus sociedades padecen de individuos perturbados emocionalmente y del estudio de esos personajes, se podría extraer información como para tratar de comprender ciertos acontecimientos de alta violencia y destructividad como podrían ser los motines raciales en USA-Detroit, Los ängeles, Chicago, New York-, o las masacres en Boston, San Bernardino y el asunto de las Torres Gemelas. También lo que acontece en Siria, en México, en España, en Francia, en Inglaterra...
Si reducimos estos temas tan espinosos y los simplificamos un poco, se podría decir que es factible extrapolarlos, ya que los individuos emiten conductas y comportamientos muy similares en sus respectivas naciones. Quiero agregar, que muchos estudiosos abocados al tema responderían que extrapolar las investigaciones de pocos individuos neuróticos al comportamiento del resto de las sociedades, seria: NO !!! Lo cual también resultaría muy válido, razonable y respetable: Una actitud de violencia tanto en animales humanos, como en animales no tendría porque ir a parar necesariamente al funcionamiento de las naciones...
Lo que sí es un hecho, independientemente de que los factores motivadores de violencia fuesen de índole política o sociales, es que son los individuos en sí, quiénes  toman las decisiones y eso involucra influencias de lo que se este viviéndo en sus sociedades y las maneras o formas en que esos seres, han aprendido para manejar su propia personalidad: cómo controlan o no, sus impulsos violentos, su agresividad, su hostilidad.
Las posturas varían de acuerdo a las investigaciones y existen resultados sobre los impulsos hostiles y destructivos: unos optan por reconocer que la agresión humana está incluída en nuestra naturaleza, es parte del equipamiento instintivo de los animales humanos. Sin esa base de ímpetu y acción se inhibirían los aspectos positivos de la agresividad, dejaríamos de expresarnos plenamente, sin iniciativa, seríamos una especie discapacitada...Y los otros academicos, advierten que se trata de un producto de la frustración y las privaciones, por lo tanto, la violencia resulta eliminable, se trata de una conducta aprendida en un mundo de valores falsos y contradictorios, superpoblado, muy competitivo y amenazador.
¿Qué es la violencia? Usar el ímpetu, la fuerza o brusquedad para conseguir un fin; especialmente para dominar a alguien o imponerle algo. Eso incluye, por supuesto, torturar y asesinar con la bomba madre de todas las bombas, a los civiles Sirios, sin otra razón que la de tener diferentes creencias, pasar ductos por su territorio o arrebatarles sus minerales.
El animal humano, en su gran mayoría, debido a sus dietas carnívoras, está casi obligado a cazar para sobrevivir. La fuerza también se utiliza para enfrentar a los vegetales, plantas y el mundo inanimado: Destruye las estructuras y utiliza esos materiales para la organización de otras estructuras: Los instintos sirven para la autoconservación. Se trata de tendencias destructivas y a la vez constructivas. Estrecha relación entre las actividades y la agresividad.
La autoconservación y la perseveración del género animal humano, requiere que luchemos para hacernos de alimento, territorios y conseguir pareja para reproducirnos. Somos inevitablemente competitivos y,  por ende,  también agresivos. Al quedar satisfechos, no debieramos continuar con nuestras conductas destructivas, nuestras necesidades básicas, estarían completas. Podríamos compartir sanamente con los demás animales y vegetales creando y recreando. Por desgracia, no es así; nunca nos damos por satisfechos: Competimos y competimos por más y más. Por riquezas, por poseciones, por territorios, por poder. Esto podría ser producto de la inseguridad y la inmadurez, antes de alcanzar un estado adulto. En eso se debate el mundo en la actualidad: Por un lado el Imperio norteamericano que insiste y defiende con ejércitos, tanques, acorazados, submarinos y bombas, la iniciativa  individual y la libre empresa globalizada. Y los rusos que proponen los valores sociales porque no vivimos aisladamente y el individualismo imperialista debe limitar sus alcances para evitar destruir el mundo por una competencia, desleal, injusta y descontrolada.
Estas dos posturas, continuan sin tener éxito y eso ya tiene a la humanidad al borde de la hambruna, los conflictos armados y la escasez.
Lo peor de todo esto tan complicado y conflictivo es que: Somos seres muy sensibles a las tensiones. Sí bien no hay nada innato con respecto a la violencia y la destructividad, el animal humano no resiste tanta tensión emocional y es así como surgen seres aparentemente normales que les agrada ser persuadidos para causar dolor o disfrutar de la práctica de la tortura: Cualquier sádico con poder y dinero, obtiene muchos privilegios en la jerarquía social y más cuando obliga corderilmente a obedecer a quiénes le rodean. Se trata de personajes paranoides, con delirios de grandeza y persecución. Por supuesto que con líderes de ese tipo, las tensiones sociales aumentan exponencialmente. Los alemanes de la Segunda Guerra mundial o los soldados norteamericanos en Vietnam, invocaron el pretexto de la obediencia como atenuante de su comportamiento cruel y destructivo...
Para comprender la violencia y la destructividad humana, resulta necesario distinguir entre agresión deliberada como dominio del medio ambiente que es necesario para la supervivencia y la agresión como hostilidad destructiva, sobre todo la militar, que va contra la supervivencia ya no sólo contra los individuos sino contra todo el planeta entero...
Una salida de éste laberinto, sería acudir a nuestra gran capacidad cerebral desdoblándonos hacia nuestro lado bondadoso y de sacrificio estóico - al fin que para morir vivimos-, emancipándonos de los convencionalismos y de los paradigmas establecidos que nos sobre tensionan, canalizándo nuestra emotividad, obedeciendo sólo a los valores humanos constructivos y recreativos, sobre todo, cuando los resultados que se obtengan resulten poco convincentes para nosotros,  así como para nuestros semejantes...
Y para el señor Donald Trump que el día de hoy señala en su twitter mañanero que México es un país altamente violento, sólo atrás de Siria, nuestro absoluto respeto y nuestra indiferencia  también absoluta, porque un Sádico con poder y dinero que goza de torturar psicológicamente a los otros, de despreciarlos, de correrlos de sus trabajos, lo único que puede despertarnos es pena y mucha lástima...¡ YOU ARE ALONE AND FIRED, MY FRIEND!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario