martes, 25 de julio de 2017

LA ULTIMA OPORTUNIDAD.

A lo largo de mi vida y de mi muy obstaculizado transitar, fui descubriendo que casi todo lo que se hace en el mundo, tiene que ver con las apariencias y con la hipocresía: De ahí se deriva todo lo demás, desde el caos y la anarquía, hasta la defensa del consumismo como vìa predilecta de las inmensas mayorìas: El tren bala de la fatalidad y la incertidumbre...
Durante mi trayectoria, jamàs fuì testigo de ningún hecho a favor de alguna comunidad o sociedad a nivel mundial o local. Por ejemplo que en tal parte, existiera un magnifico hospital donde gente de escasos recursos pudiese tener acceso a lo último de la tecnología y que gracias a ello, lograra obtener una mejor calidad de vida. O que en X lugar de la Tierra, algún gobierno hubiese proporcionado un dinero a sus habitantes por las ganancias obtenidas en la venta de un producto elaborado por todos. Ni que decir que alguna Institución financiera que hubiese beneficiado a sus cuentahabientes, pagándoles mejores intereses, por los beneficios obtenidos en inversiones no manifiestas, usando sus dineros indebidamente...Eso jamàs tuve el privilegio de presenciarlo o ser testigo de ello; simplemente porque nadie tenía pensado llevar a cabo ese tipo de buenas acciones en beneficio de nadie y mucho menos por solo ser simples y comunes ciudadanos pertenecientes al lado miserable del mundo: Los del eclipse solar eterno...
De sucesos antagónicos, bizarros, imprudentes e irresponsables, los vì y padecì en carne propia, muy a menudo: Fuì testigo de inmensas atrocidades, de los peores acontecimientos, de los màs horripilantes atentados, No se diga de burlas, corruptelas, bribonadas, abusos, desvergüenzas en todos los niveles. Y los inmensos botines, solamente para beneficio de unos cuantos, de sus familiares y amigos...Algo verdaderamente patético, penoso y triste.
El inmenso Schopenhauer, filòsofo del pesimismo y yo dirìa de la cruda realidad, decía: ¨Quièn no conozca lo que sucede en los hospitales gubernamentales o dentro de las prisiones, jamàs podrá tener una idea de lo que en verdad es el mundo que hemos creado¨...
Fuimos cayendo a velocidades impensables, en una sociedad de consumo salvaje: Nos cosificamos y sin cosas a nuestro alrededor, nos resulta imposible vivir, nos sentimos miserables.  Además, el mundo que vino con el arribo de las redes sociales y su infinidad de aparatos, casì todo lo convirtieron en virtual, haciendo que el manejo de la realidad se fuera complicando sobre manera y se le otorgue excesiva importancia a eventos o sucesos o acciones que en otros momentos resultaban atentatorios contra el buen vivir: La Tierra del nunca jamas...
Transitamos hacia un mundo de disturbios raciales, de confrontaciones ideológicas, de catástrofes, de muerte. Un mundo que devora todo con tremenda velocidad sin otorgarle importancia a las calamidades que de ello pudieran derivarse... Muy pocos disfrutan ya de un atardecer, de una brillante y apacible luna llena, del rítmico sonido de las olas del mar que tranquilizan y adormecen naturalmente, del canto de las aves, del aullido de los lobos, del sonido del viento...
Todo cuanto vivimos apunta a que nos encontramos instalados y atraídos por esa tendencia mecánica de una realidad de producción en serie incesante. La gente famosa o popular, no son màs que los promotores de ese gran vacìo existencial que ahora arremete contra todos despiadadamente sin reconocer diferencias entre lo bello y lo meramente comercial y publicitario . ¿ Cuàl es el arte y cuàl lo mecànico y repetitivo? ¿ Cuàl es la realidad?
Todo es producto de una cultura de objetos y de operatividades comerciales propias de las sociedades de consumo desmedidas y voraces: Por eso los países que màs triunfan son aquellos que fomentan la industria de las ¨cochinaditas ¨. China como un magnìfico ejemplo de nuestra cultura desechable...
¿Existirán rebeldes constructivos, hoy en dìa, dispuestos a rescatar la realidad? ¿ O a que daremos paso? ¿Què sigue? ¿ Una postura acrìtica del sistema global imperialista imperante?
Por lo pronto, nos estamos convirtiendo en un objeto màs de la repetición en serie, de la reproducción sin lìmites: Saturamos y enrriquecemos cada vez màs, de absurdos y aberraciones nuestro tiempo histórico: Escupìmos hacia arriba y el escupitazo nos da siempre en la cara...Hemos aceptado por cansancio, desesperación y desesperanza, nuestro destino como enajenados consumistas defensores, sin saberlo claramente, del régimen de explotación màs devastador y aniquilante del planeta: El dizque régimen demócrata capitalista que se apoyò en todos los medios y redes de comunicación existentes para que nadie pudiese escapar de su horror infernal y diabólico: La ley infalible del bumerang...
Hemos perdìdo el manejo de la realidad, las experiencias reales, ya muy pocos entienden còmo manejarlas, permanecemos distanciados y reservados, ocultos en nuestra escaza interioridad, actuamos mediante apariencias, optamos por comportamientos muy ajenos a nuestro real sentir, no comentamos màs de lo que los otros comentan, nadie se compromete a nada, nos hemos ido convirtiendo, sin percatarnos, en observadores pasivos del acontecer mundial y local: Vivimos, casì en silencio, el salvajismo de la catástrofe, una vida donde los éxitos y fracasos tanto de famosos drogadictos y suicidas y la existencia de gente sin estrella, todos ellos están vinculados por un mismo destino, por la mala suerte, por interferencias que impiden y obstaculizan la satisfacción y el disfrute; siempre existe lo mediático, las dobles caras e intenciones, prevalece la falsedad, la hipocresía: Testimonios claros de la cultura del Thanatos que deja totalmente ausente a la del Eros:  Casi todo tiene que ver  con el sexo, la pornografìa, los estupefacientes, el dinero, las guerras y la muerte!!!
Muerte de gente desconocida que jamàs nadie tomara en cuenta. Personas que mueren sin que nadie haya oído hablar nunca de ellas o que siquiera hubiesen pensado en ellas: Los de los accidentes de tràfico, los que se ahogaron en el mar de sus vacaciones o comieron alimentos descompuestos...Esos muertos son nadie, nadie que se pueda vender o comercializar, nadie que estimule la imaginación o la fantasia de los otros para consumirlo...
¿Què tendremos que hacer para atrevernos a realizar otro tipo de historia en nuestra cultura fatídica con intenso olor a panteón, donde se venden armas libremente como sucede en Estados Unidos donde prevalecen los crímenes y las balaceras de manera frecuente con infinidad de muertos?
He sido testigo de innumerables utopías ramplonas, desde la comunista, hasta la imperialista, siempre revestidas de crudeza, de intrigas, de traición, de terror, atrapadas por la hambruna e infinidad de masacres: El absurdo parece infinito...
La verdad, no hay marcha atrás ni para impulsarnos, nuestro pasado està muy rebasado por la modernidad, los valores que nos sostenían ya nadie los practica, las nuevas generaciones tienen otros símbolos de devoción, aparentemente todo es virtual y el escapismo està al alcance de todos inalámbricamente en cualquier parte, en cualquier lugar, a todo momento: Nos hemos convertido en una versión patética de lo que pretendía ser el desarrollo humano y lo peor, muchos lo sabemos e intuìmos, està por venir de maneras màs sofisticadas convirtiéndose en una muy cruda realidad donde las inmensas mayorìas volverán a ser utilizadas y usadas màs despiadadamente que nunca: Sodoma y Gomorra en un modernizado y global imperio romano...
Un nuevo amanecer de sol radiante y renovado, será extremadamente necesario, el sacrificio deberá hacerse por los pensadores fuertes y cuidarlos y protegerlos con todo, valientemente, esa quizás sea nuestra última oportunidad  ...

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