jueves, 5 de marzo de 2015

LA INMORTALIDAD!



Admirando la inmensidad del mar del caribe, con todos los tonos de azul  y verde predominando el color turquesa como principal y básico, se me presentan en la mente infinidad de imágenes que al igual que sus espumeantes olas que van y vienen y se retuercen como inmensos rollos de alfombras blanquesinas de burbujas chispiantes que empapan y cubren las  blancas arenas de sus  playas, emitiendo un   sonido armónico que invita a la calma y la  paz, mi mente, todo mi ser, se contagia y me hace sentir uno con la naturaleza...

No somos más. Simplemente olas de mar que van y vienen y vuelven a retornar para ir a estrellarse sobre las rocas que impacientes las esperan para modelar sus toscas apariencias que con el paso del tiempo armonizarán el inmenso paisaje marino y tropical de las misteriosas tierras mayas caribeñas iluminadas por un radiante y enrriquecedor Sol que a todos alimenta.

Aguas sagradas que a lo lejos se aprecian como el jade y las turquesas   y con la cercanía son cristalinas como los cristales de cuarzo de sus cuevas y arrecifes de corales multicolores que albergan los secretos de la que fuera grandiosa cultura propia de Dioses que se extendió por todas estas islas dejando para los actuales tesoros incalculables, alimento de las almas y espíritus que  enrriquecen y también se moldean convirtiéndose en herederos de aquellos que brindaron sabiduria y conocimientos inexplicables e invisibles pero ciertos. 

Como cierta es la inmortalidad que al ser testigos de tanta belleza invita a un viaje marino que entraña profundidad, misterio y a la vez esperanza de continuidad infinita como infinito es el inmenso y a veces apacible y  también embravecido mar que através de sus olas se mueve y nos deja sentir que vive, se estremece,  que está con nosotros y en nosotros como la madre naturaleza, madre de todos sus hijos, del viento, de las flores, de las plantas, de los árboles, de los animales del hombre y las mujeres .

 Dos seres semejantes a los Dioses que olvidan sus origenes en ese mar que nos vió nacer y siempre nos acompaña  como gotas permanentes depositadas en nosotros, contenidos de su gran inmensidad en nuestras  esencias interiores salinas y cristalinas  que como olas  verdes turquesas  vamos y venimos, espumeantes e inquietantes  extasiados, admirando la gran belleza natural caribeña, dejando nuestras mentes vagar en la infinitud de nuestros mares internos para despertar en las alfombras blanquesinas marinas burbujeantes que cubren sus playas de arenas de polvo de angeles y mariposas divinas, todos hijos de la madre naturaleza y el padre Sol que estalla en el caribe iluminando nuestros interiores haciéndonos viajar rumbo a la inmortalidad de nuestro verdadero ser...Admiro el gran mar verde turquesa del Caribe que me hace soñar inivitándome amorosamente a la paz y a la armonía...

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