lunes, 27 de abril de 2015

LA DESGRACIA!!!

México visto desde fuera de sus fronteras, resulta ser un país cuyos habitantes dan la impresión de vivir totalmente fuera de la realidad que nos circunda a todos y además subsisten...
Resulta imposible entender como el gran contingente de mexicanos son capaces de relacionarse, convivir y hacer frente a sus actividades cotidianas, como suelen hacerlo. No resulta nada sencillo observar como 150 millones de habitantes se desenvuelven de la manera en que lo llevan a cabo y además aparentar que avanzan y se desarrollan...
Desde el tiempo de Tenochtitlan,  muchas de sus guerras eran aparentes: Se les conocían como Guerras Floridas, establecidas entre Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan por un lado, y los Estados rivales de Tlaxcala y Huexotzinco, del otro. Consistìan en hostilidades permanentes, destinadas a proporcionar un material inagotable de guerreros cautivos para el sacrificio ritual. “Flores”, en la imaginaría poética de los aztecas, era una metáfora para designar la sangre humana, mientras que el campo de batalla lo concebían como un jardín de flores. Tlaxcala en sus orígenes fue un estado fuerte, pero acabó rodeado de territorios dominados por los aztecas-mexicas. Existen pruebas de que Tlaxcala, cuando llegaron los españoles, era un estado debilitado y enconado a causa de ese ciclo perpetuo de violencia, y así sus gobernantes y su ejército abrazaron gustosos la causa de Cortés. Los aztecas presumían de queTlaxcala era algo parecido a un "criadero de guerreros" para sacrificar en sus templos. En este tipo de lucha no estaba bien visto el morir en batalla sino que, si no había otra opción, lo honroso era dejarse atrapar vivo para tener una muerte digna bajo el cuchillo de obsidiana de los sacerdotes Aztecas.   A ningún dios se sacrificaron tantos hombres como al siempre sediento Huitzilipochtli de Tenochtitlán, dios solar y guerrero, protector de los tenochcas, en su gran piramide o teocalli que compartía con Tlaloc, dios de las aguas. Se calcula que durante cuatro días, en catorce altares, se sacrificaron unas 11.000 personas, imaginemos el número total durante casi 200 años...La finalidad de este conflicto "floral" era enfrentar a un enemigo cuyo status fuera igual o superior al del guerrero y dominarlo sin inflingirle demasiadas heridas. Los prisioneros mutilados no eran válidos para el sacrificio. Por cada hombre que capturaban con vida, el aspirante a guerrero recibía mantos especiales, tocados o estandartes, y así su record militar era visible para todo el mundo en cualquier momento. Los jóvenes que fracasaban a la hora de distinguirse en el campo de batalla capturando enemigos corrían el riesgo de verse sometidos al ridículo y reducidos a vivir una vida humilde...Los guerreros cautivos, eran llevados entonces a los hombres a cargo del sacrificio, que lo mataban extrayéndole el corazón palpitante. El cuerpo era arrojado por las escalinatas del templo y el corazón latente a los fuegos fatuos. El cuerpo era dividido entre los muchachos participantes para su consumo ritual: El muslo derecho y el torso correspondían al joven que se había comportado más heroicamente; el muslo izquierdo iba al segundo joven más valiente; el brazo derecho al tercero, y así sucesivamente hasta que no quedaba ninguna porción. La carne humana era cocinada y preparada antes de ser comida por los familiares del joven. No eran extrañas estas escenas de canibalismo ritual entre los aztecas, ante la numerosa cantidad de carne que representaban los sacrificados y la falta de proteínas en la dieta mesoamericana.
No había nada más viril y honorable para un guerrero azteca que la muerte en el campo de batalla o en el altar de sacrificios. Tanto así que los hombres que fallecía de ésta manera, así como las mujeres que perecían en el parto, eran considerados merecedores de otra vida ultraterrenal. Por el contrario, todos los demás, independientemente de su status y rango, debían vagar durante cuatro años por el inframundo hasta que recalaban en su lugar más bajo (al que llamaban “Tierra de los Muertos” o “Nuestro Hogar Común”), donde debían presentar sus regalos al Señor de la Muerte y luego desaparecían en las sombras. Fue éste un tema que inspiró profundamente a los poetas aztecas, uno de los cuales cantaba: “No hay nada como la muerte en la guerra, nada como el florecer de la muerte, tan preciosa al que da la vida. Ya la veo ¡Mi corazón la ansía!”.
Pero, quizás lo màs curioso de todos estos datos, para tratar de comprendernos como la cultura surrealista que en verdad somos, sea aquel referido al que reza:“Tu hogar no está aquí, porque eres un águila o un jaguar, esto es sólo un lugar donde anidar, la guerra es tu tarea. Debes darle bebida, alimento, comida al dios [sangre]. Quizá merezcas la muerte por el cuchillo de obsidiana [en sacrificio], que tu corazón no vacile, que desee, que ansíe el florecer de la muerte por el cuchillo de obsidiana. Que saboree el aroma, la frescura, la dulzura de la oscuridad”.
¿Serán esos pasajes dignos de montajes peliculezcos los que nos conducen frecuentemente como raza- por ignorarlos-, a exponernos a lo innecesario con las nefastas consecuencias que dìa a dìa  estamos enfrentando, desde ya hace un buen tiempo, en nuestro mundo real?...
Por supuesto que en la actualidad, los mexicanos, contamos con una Carta Magna que norma las maneras de convivencia entre todos. No obstante, eso se queda y se ha quedado en el papel...
Existen religiones que guìan los comportamientos de sus creyentes mediante libros sagrados, que según ellos, fueron escritos por seres divinos y lo hacen de tal manera que cada uno de sus renglones pasan a ser preceptos ineludibles que los obligan e invitan a emitir comportamientos similares a sus seres sagrados. Así es como esos pueblos existen, conviven y operan, siguiendo al pie de la letra los lineamientos de sus mentores: Lucas 22:31.
En otras partes del mundo, son sus escritos legados por sus seres màs distinguidos y plasmados en Constituciones los que norman sus criterios: Canadà es uno de esos países estrictos que no se salen de esos preceptos. Todo comportamiento esperado por sus ciudadanos està incluìdo en esos estatutos legales y se aplican a todos de manera imparcial, se trate de quien se trate. Viven dentro de un orden absoluto y muy estricto...
En los Estados Unidos de Norteamérica, sucede algo  muy similar. Pero como resulta ser una nación donde confluyen muchas razas, en no contadas ocasiones las cosas se salen de control y varìas de sus autoridades, resultan ser altamente discriminatorìas por màs que lo traten de disimular o negarlo: Con los negros y con los latinos como claro ejemplo de ello. Canadà no tiene problema con los migrantes, todo està bien regulado y sistematizado.  En cambio, Estados Unidos no acaba nunca de arreglar lo que sus trabajadores migrantes han obtenido por derecho propio y con el sudor de sus frentes y el gran esfuerzo de sus cuerpos.
Lo màs triste de un mundo surealista de a rìo revuelto-y no por carencia legislativa,esa abunda!-, sino por voluntad propia de tan sòlo unos cuantos, como sucede en México, es precisamente vivir fuera de la realidad que circunda a todos, obteniendo ventajas que no necesariamente se les brindan a las mayorìas. He ahí la base de todo conflicto social que las sociedad mexicana  y muchas otras sociedades en el mundo, tendrán que enfrentar tarde o temprano lo quieran o no...
¿En que cabeza cabe que se puedan llevar a cabo adquisiciones de viviendas por el simple hecho de ser quienes deciden tal o cual contrato? ¿Que se puede construir un tren bala dirigido hacia Querétaro, porque es muy rápido y muy bonito? ¿ Que se llevena cabo matanzas y se diga que fue fuego cruzado entre ellos mismos? ¿ Que se puedan crear reformas que cuadren todo para privatizar lo que ya no se puede pagar y hacerlo aùn màs caro y costoso para las grandes mayorìas hambrientas y sin empleos? ¿O que un grupúsculo de sabandijas, favorecidos por votaciones fraudulentas y manipuladas, se encaramen en puestos de gran responsabilidad y hagan de las suyas a costillas del erario público, incluso sin contar con experiencia positiva comprobada alguna ?
Hay que aceptarlo, la gran mayoría de los mexicanos, vivimos instalados en la irrealidad y estamos viviendo como adormilados o soñando y quizás sea debido a eso, por lo que nunca podremos salir
 adelante y desarrollarnos de manera real...
Los guerreros Jaguar y los guerreros Aguila, Huichilobos- así los nombraban los españoles-, hacían tretas y artimañas, asi como falsos movimientos y retiradas fingidas para vencer a sus enemigos. El mítico Genghis Khan, experto en éste tipo de lucha, decía que “simular desorden requiere disciplina, y simular el miedo requiere valor”. Este valor y esta disciplina eran el punto fuerte del ejército azteca.
Y los mexicanos de la actualidad instalados sòlo en las ficciones, en las Guerras Florales comiéndonos unos a los otros, esperando que un milagro de algún monigote religioso nos salve: SOLO NOS QUEDAMOS EN LAS PURAS FINTAS INSUSTANCIALES CREYENDO QUE AVANZAMOS MIENTRAS UN GRUPUSCULO DE SABANDIJAS PRIVILEGIADOS SE APROPIAN DE TODO!!! Que gran desgracia...
 

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