domingo, 5 de abril de 2015

TRAMPAS PARA JUNIO!!!

Fui educado por unos tramposos: Mi padre que se hacia de todo lo que podía, evitando a toda costa pagar lo que agarraba en cualquier sitio
-Señorita-le decía a la cajera de la tienda de autoservicio-, los lentes son mìos, yo ya los traìa conmigo.
Por su parte mi madre, hacia algo muy parecido. Recuerdo aquella ocasión en que fuimos de compras para surtir la depensa:
-Guárdate esto entre el suèter y la camisa- me dijo apresuradamente mientras me pasaba un paquete-. Casì se me salìa de entre la ropa. Era un paquete de salchichas jumbo!!! Yo no sabìa que hacer, si sostenerme el pantalòn, agarrarme fuertemente el suéter o de plano dejar que se me deslizaràn hacia los calzoncillos. Esa escena, casì se convierte en todo un drama. Ya parados en la caja, decidì pasarme el paquete hasta los calzones y  cuando la cajera  iba registrando la mercancía, me fuì escabullendo hacia la salida de la tienda. La manera en que caminaba era muy parecida a cuando uno tiene muchas ganas de ir al baño: Las patas abiertas para evitar que el paquete fuera a dar al suelo y se me saliera por una de las piernas y las nalgas apretadas, apretadas, para soportar el compas totalmente abierto desde la cadera baja. Todo un cuadro circense!!!.
-Vete al baño!!!, ¿Què esperas?-Dijo mi madre con voz firme y alta haciendo la finta de que me empujaba-. Este niño que se està cagando en los pantalones!!!- Así me reventò sin màs ni màs...
Ya no recuerdo bien que fue lo que hice en aquella penosa ocasión. Pero sus grandes gritos distrajeron a todos y yo quedè como un imbécil y  muy exhibido por la ladrona de mi madre...
Así fuì educado. Menuda suerte la mìa!.
La verdad no estábamos tan amolados de dinero. Lo que sucede, es que mis papàs también así fueron educados. Dicen que el cabecilla principal fue mi abuelo paterno. Pero que mis abuelitos maternos eran iguales de cacos que la familia de mi padre. Es decir, fuì golpeado con la misma intensidad por ambos lados y de fea manera. Recuerdo que cuando les preguntaba si se sentían a gusto con lo que hacían, la garganta se les resecaba o se ponìan a hablar de cosas sin sentido e innecesarias para evitar mis juicios críticos. Esto que hoy narro nunca se lo había expresado a nadie. No me parece un tema
apropiado para hablarlo con los demás...
Mis padres eran feos por dentro y por fuera. Mi madre tenía varios defectillos: No era agradable ni mucho menos simpática. Era una mujer común y corriente. No era de esas mujeres que hablan mucho. Màs bien tendìa hacia lo callado y fumaba como chimenea de ferrocarril viejo, de ahí su voz gruesa y cavernosa de barril vacìo que le resonaba de su abultado abdomen, hasta la cabeza, sin dejar de hacer vibrar sus enormes pechos. Media  como un metro y setenta y tantos centímetros. Era de plano gorda, de hombros anchos y de constitución robusta. A veces mi padre se referìa a ella como su luchadora preferida de la triple V chica: Ve por esto, ve por aquello!!! soltàndo tremendas carcajadas, que casì siempre las pagaba carísimo.
Mi madre, no era la típica mujer maja, màs bien caìa dentro de lo feùcho. En el lado derecho de su cabeza, justo abajo del lóbulo de la oreja, se le notaba una verruga del tamaño de una ciruela pasa y no le daba pena de exponerla. Todos sabían que la tenia porque sus orejas eran muy grandes y toscas, daban la impresión de antenas en forma de plato instaladas en el desierto. Su cabello era negro y muy abundante. Siempre lo llevaba recogido hacia atrás para que no le estorbara, eso la hacia aparecer como el genio de la botella. Por donde quiera que se le mirase, mi pobre madre, no podría considerarse nunca que fuese una belleza. Y si a eso le agregamos su gesto adusto y que sus mejillas blancas todavía conservaban algunas marcas de acnè, con ojos bien grandes, siempre expresando
desconfianza,. el cuadro quedaba casì completo Era  todo un personaje de novela. Vestia muy mal y  usaba ropa masculina. Sòlo cuando iba de compras portaba vestidos muy holgados, quizás para guardarse  las cosas que no le cabian en sus bolsos que parecían costales. Mis amigos hacían burla de ella constantemente: ¨Ahí viene la dromedaria, esposa de Rubeus¨...

Respecto a mi padre, podría decir que se trataba de un hombre muy estrafalario. Era de tez muy morena. Sus amigos lo apodaban la munición. De estatura baja. Llamaba la atención su vitalidad, su chispa y la atención franca que brindaba a los demás. Eso contrastaba con su frágil apariencia. Era el clásico queda bien con todos, menos con los de casa a quienes pretendia tratar de manera autoritaria, hasta que hartaba a mi madre que no solo lo ponía en su lugar, sino que lo golpeaba al grado del  knocout. Tenia ideas que rayaban en lo genial, aunque no era muy inteligente. Lo de los estudios, nunca caso con èl. Jamàs logró adaptarse a las escuelas y por ese motivo se dedicò a hacer cosas estrafalarias y no muy decentes, contaba con mucho orgullo el dìa que lo expulsaron por robarse todas las tortas de la cooperativa escolar. Su personalidad astuta nunca empalmò con los sistemas educativos.
-Voy a inventar una nueva educación-vociferaba siempre- con enfoques distintos.
Era también, todo un soñador y lo delicado es que sus sueños eran tan sugestivos, que sì los ponìa en pràctica y cuando soñaba con asaltos o robos, las cosas se ponían muy tensas en casa. Con los sueños, uno nunca sabe que va a soñar y una mente estrafalaria como la de mi padre era de temerse.
Su apariencia personal, digamos,  no estaba tan fuera de lugar, a su edad, todavía conservaba su cabello, no era un calvo total, pero casì siempre usaba la cabeza a rape. Aùn así, las canas ya empezaban a acumularse. Su cuerpo daba señales de exceso de grasa en varias zonas. Era delgado, de espaldas chicas, cuyos huesos se le podían contar uno a uno. Se le veía muy deforme en carnes desnudas. Era una persona compleja y enrevesada. Su naturaleza no era fácil de penetrar. Tenia algo de niño. Ojos pequeños con un ligero estrabismo. Nariz alargada y al final gruesa como de tomatillo al llegar a los hoyos nasales. Labios curvados hacia un lado, producto de una paralisis  facial infantil. Sus cejas eran abundantes y negras, rectas, denotaban sospecha. No quiero decir que fuera feo,feo. Las mujeres  con quien relacionarse no le faltaban y eso traìa serios problemas en casa con mi madre que una vez tomada arremtìa contra èl como si se tratarà de su sparring hasta dejarlo fuera de combate, quedaba como un hombre de ninguna parte...En suma, mis padres ¿còmo decirlo? eran terrorìficos los dos, por decir lo menos...

Esas fueron las figuras que me formaron y atravès de sus valores fue la manera en como aprendì a enfrentar la vida y al mundo: Cometiendo fechorías y haciendo trampas en donde podía y pensaba que nadie me podía cachar. Así fui creciendo: Me robaba los cambios que dejaban a la vista en la casa. Agarraba los anillos o las mancuernillas de mi padre y las mal barataba. Les robaba sus celulares a mis amigos. Sus camisetas. Sus tenis. Cogía todo lo que estaba a mi alcance. Me gustaba mucho correr riesgos y no ser sorprendido. Eso me hacia sentir muy inteligente. Sabia mentir a la perfección. Nadie dudaba de lo que les decía. Era todo un maestro de la manipulación.
-Mira,hijo, no me estes mintiendo-me reclamaba el mentiroso de mi padre.
-Jamàs te miento-le contestaba seriamente sin titubear, como me había enseñado mi abuelo
Un dìa ya entrado en los 18 años, me preguntè: ¨¿Dònde podrè sacarle provecho a mis cualidades?...
Y ahí fue donde dio inicio mi gran carrera: Me afilie en un Partido político!!!
Mi abuelo materno, había sido candidato a Sindico de su pueblo. No ganó, pero adquirió mucha experiencia. Fue èl quien me sugirió que me lanzarà a la política
.Anadale, wey!!! tienes que empezar muy joven, para que algún dìa llegues a los huesos con carnita.
-Hijoles-decía yo para mis adentros- ¿ Y eso còmo se hace?
La verdad, fue de lo màs sencillo, màs de lo que me imagine. Con decirles que ahora a mis 35 años, ya voy a jugar a ser votado para Diputado Federal por el Estado de México...
Todas mis mañas y tramposadas, junto con mi gran verbo seductor, màs los cursos de PNL que nos impartieron en el Partido me tienen convertido en un super bribón al dizque servicio de mis votantes. Sè que suena horroroso, pero si no robo yo, otro lo hará, así como bien decía mi abuela y mi madre: ¨De que se lo chinguen otros a que me lo chingue yo, pues mejor yo¨..
Y eso es lo que realmente hago: Continuo agarrando todo lo que puedo, manipulo a todos y soy un gran ganador. Estoy plenamente convencido que ganarè la Diputación: Ya tengo preparadas mis trampas para junio!!!
 

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