sábado, 17 de septiembre de 2011

EL VIVIR


Desde épocas muy remotas, los mal llamados seres humanos se han preocupado por tratar de indagar, en qué consiste vivir, las respuestas han sido varias y múltiples y en nuestra cultura occidental siempre han prevalecido los conceptos provenientes de Grecia, dejando a un lado lo aportado por la gran sabidurìa del  oriente.
La vida en sí, simplemente es vida y està sujeta a incesantes cambios. Las cosas se transforman en un proceso continuo de nacimiento y destrucción que afecta a objetos, animales y seres humanos. Víctor Frankl en su llamada tercera escuela de la psicología, la logoterapia, proponía la importancia de encontrar los múltiples sentidos que decía la vida tiene en todo lo que vivimos, es cuestión de actitud, apuntaba. Por su parte, Joshep Campbell, enorme, estudioso de los mitos, afirmaba que en verdad la vida no tiene ningún sentido, simplemente se vive. Los filósofos existencialistas aportaron que la vida la hacemos a diario y que estamos habitados desde el principio por la nada. El hombre no es otra cosa que lo que èl hace de sì mismo.
Parece que la vida en sì, simplemente consiste en una dinámica sin fin, solo encubierta, por diferentes transformaciones y presentaciones de acuerdo a las circunstancias circundantes .
Dejar pasar la vida, no pedirle tanto, no exigirle demasiado, haciendo llevadero todo hacia buen puerto, resulta ser lo mas indicado. Se trata de armarse de paciencia, no desesperar y si en cambio ser lo suficientemente pausados y tranquilos para dejar que las cosas se sucedan, esperando las oportunidades para actuar.  
En épocas como en la que vivimos, apocalípticas, existe una gran preocupación por saber que nos depara lo venidero y en muchas ocasiones nos la pasamos futurizando y malgastando nuestro tiempo en pensamientos ilusorios, fantasías e irrealidades que lo único que nos brindan, es una gran desazón y muy poca esperanza de realización concreta. La vida en verdad,  no tiene sentido alguno, simplemente se vive y hay que aceptar que la vida solo va y nunca regresa.
Existen varios mundos; por ejemplo el mundo acuático, que le pertenece a los peces, existe el mundo aéreo y ese le pertenece a las aves y existe el mundo terrenal que pertenece a los animales. ¿a qué mundo perteneceremos nosotros?
 Al inicio de estos pensamientos, señale, que éramos el animal mal llamado humano y esto es debido a que sostengo que no nos hemos desarrollado a tal grado para alcanzar la categoría de humanos. Porque humanos muy pocos, son aquellos faros de la humanidad a los que todos deberíamos de apuntar para tratar de ser mejores. Estoy hablando de Sócrates, Platón, Buda y Cristo, quienes podrían muy bien ser señalados como verdaderos humanos dignos representantes de la especie.
Nosotros deberíamos de pertenecer al mundo mental, al mundo de la imaginación, ya que  los otros mundos tienen muy bien definidos a sus habitantes. Nuestra casa pues sería la esencialmente mental. Incluso, es en la que todos pararemos al dejar nuestros cuerpos, por supuesto que para merecernos ese hogar, deberemos de dejar nuestra parte animal o más bien domesticarla, porque  muchos se la pasan, en el mundo de los peces, es decir en el agua. Otros que se sienten pájaros se la pasan volando sin concretar ninguna idea en sus vidas, tomando y drogàndose. Y otros más,  pueblan junto con los animales, ese mundo que tampoco les pertenece y los fastidian a diario.
Por supuesto que hemos construido aviones para volar y convertirnos en intrusos de ese espacio, también hemos inventado los submarinos, y con ello surcamos los mares que pertenecen a nuestros hermanos los peces, Y no se diga de todo lo que hemos hecho en la segunda creación inventada por los humanos que incluso está terminando de manera por demás catastrófica, con los tres mundos animales. De ahì el calificativo de subhumanos que bien nos merecemos.
Nuestro hogar pues, es la mente y solo tendrán derecho a ese mundo, todos los que  se atrevan a dominar y pulir la herencia animal que poseemos, la cual nos tiene al borde de la extinción misma. Deberemos también, hacer el mejor esfuerzo por tratar de entender que los inventos de sentido que le hemos impuesto a la vida, son artificiales y muy alejados de nuestras verdaderas esencias, ocultas estas en lo màs recondito de nuestros inconscientes, porque ya los faros de la humanidad nos han enseñado que entre más humildes y desinteresados seamos, sobre todo en cuestiones materiales, dejàndo que todo fluya, sin intervenciòn subhumana alguna, se podrà cumplir de mejor manera con el simple proceso de vivir, ya que de està tierra, sòlo nos llevaremos los impactos emocionales y sensuales que hayamos registrado en nuestras existencias, mismos que iràn formando la nave mental que nos auxiliarà a continuar viajando eternamente por el universo, disfrutando a cada instante, esa interminable aventura...

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