lunes, 23 de abril de 2012

EL CANCER Y EL PROCESO MENTAL( FASE TERCERA: RELACION MENTE-CUERPO)

 Al parecer, y de acuerdo a la información recabada en varias investigaciones a nivel mundial, existe un vínculo fundamental entre las tumoraciones cancerosas y los aspectos emotivos de los seres humanos. Las investigaciones llevadas a cabo en ese aspecto, conducen a desarrollar un esquema que involucra a lo pasicosomático como una fuente de fuerte tendencia en relación al vínculo cuerpo-mente, y en la aparición de enfermedades y los procesos de recuperación o curativos.

En la extrapolación de estas investigaciones, se trata más que nada de modificar, por principio de cuentas, los conceptos que hablan de las terroríficas alteraciones genéticas o de virus invasores, casí invencibles, que atacan al cuerpo desde el exterior.

La postura es tratar de demostrar que las células cancerigenas no son estructuras poderosas, sino todo lo contrario: Débiles. Que no invaden, sino que sólo transitan en el organísmo o permanencen fijas, por algún tiempo, en los órganos y tejidos. Pero no atacan. Son torpes, confusas, grandes y gordas. Se trata, en la mayoría de los casos, de tumores que manifiestan un contenido que no es más que lo aparente de la enfermedad.

En los procesos cancerosos, el sistema inmunológico falla y las células normales se reproducen dando lugar a tejidos compuestos de irregularidades. Ese es el resultado de las tumoraciones malignas que ponen en grave riesgo la vida de quienes las padecen. En un organísmo sano, el sistema de defensa reconoce las células anormales y los linfocitos y monocitos las destruyen. Sin embargo, todo apunta a que no se trata de un ataque extraño, sino que consiste en un desmoronamiento interior.
¿Qué es entonces, lo que conduce a la obstaculización del sistema inmunológico que impide reconocer y destruir las células malignas ?

Los estados tanto físicos como psicológicos, suelen actuar conjuntamente desde el inició de la alteración celular. Las alteraciones emocionales, al parecer, interfieren en el sistema de defensa del cuerpo y al mismo tiempo, van a provocar desequilibrios hormonales. No olvidar que los estimulos emocionales se traducen en el organismo en reacciones energéticas que desencadenan reacciones bioquímicas. Esto pudiese ser un factor dominante en la producción creciente de células con alteraciones estructurales y morfológicas y dar asi espacio a campos óptimos propiciatorios de activación de tejidos neoplasicos malignos. No quisiera dejar de mencionar que en el sentimiento de culpa, se ha descubierto que los niveles de glucorticoides, como el cortisol, se ve involucrada la adrenalina y la noradrenalina, hormonas impresindibles para nuestra salud. El exceso, està realcionado con la apariciòn de ulceras, ciertas infecciones y trastornos cardiacos.  Es màs, remordimientos severos pueden reducir el volumen del hipocampo en el cerebro, orillando a repercusiones muy graves para toda la actividad mental, sin mencionar que la culpa es canceladora de todo estado placentero en nuestras vidas.

 Retomando la secuencia, la nueva postura psicosomática, confirma e incluye a lo biológico y psicológico, como variables interdependientes e interactuantes que al ser reconocídas y comprendidas, en la manera en como producen la enfermedad, también podrían ser enfocadas en un proceso de inversión o reversa, logrando que el organísmo pudiése recuperar su estado sano...Para dicho fin, es necesario hacer que el paciente amplie su conciencia respecto a la enfermedad. Que identifique ampliamente las principales tensiones en su vida y que desarrolle una actitud positiva en la eficacia del tratamiento potenciando mentalmente sus defensas corporales.

En este proceso de asesoría psicoterapéutica, resulta impresindible hacer entender al paciente, por todas las vías posibles, que: EL CUERPO NUNCA ESTA ENFERMO NI SANO, QUE EN EL SOLO SE MANIFIESTAN INFORMACIONES DE LA MENTE. QUE EL CUERPO MATERIAL ES SIMPLEMENTE UN ESCENARIO EN EL QUE SE MANIFIESTAN LAS IMAGENES DE LA CONCIENCIA.

Esto es, si una persona sufre un desequilibrio en la conciencia, ello se manifestarà, tarde o temprano, en su cuerpo en forma de sìntoma. Sin el proceso mental, el cuerpo no puede vivir ni puede mucho menos enfermar, se requiere del diàlogo interior. Se trata exclusivamente de sìntomas que se manifiestan en el plano psìquico; es decir, en la conciencia del individuo.

Con la diferenciaciòn entre enfermedad ( plano de la conciencia ) y sìntoma ( plano corporal ), el tema repensado de la medicina, se desplaza del anàlisis habitual de los procesos corporales hacia una contemplaciòn hasta el siglo pasado insòlita, del plano psìquico. Por consiguiente, si queremos descubrir que es lo que señala el sìntoma, tenemos que apartar la mirada de èl, y buscar màs allà...

La medicina acadèmica, es incapaz de dar este paso, y en esto radica su problema: Se deja fascinar y por ello equipara sìntomas y enfermedad, no separa la forma del contenido - Aristòteles se volverìa a morir-; es por ello, que en la medicina ortodoxa no se regatean los recursos de la alta tecnologìa para irse por la vìa de tratar òrganos y partes del cuerpo mediante las especialidades, mientras se descuida al individuo mismo, que està delicado de salud, ya no digamos nada acerca de su aparato psiquico ( Psique= Alma), que lo dan, casì por inexistente, pues para ellos, pertenece al campo de la màgia y la filosofìa...

En suma, la enfermedad es un estado que indica que el individuo, en su conciencia ( Sincronizaciòn de la disparidad de estìmulos que generan una respuesta apropiada ) a dejado de estar en orden o en armonìa. Esta pèrdida del equilibrio interno se manifiesta en el cuerpo en forma de sìntoma. El sìntoma, es pues, señal y portador de informaciòn ya que su apariciòn interrumpe el ritmo de nuestra vida y nos obliga a estar pendientes de èl. El sìntoma nos señala que nosotros, como seres dotados de alma (conciencia ) y de vida   (espìritu), estamos enfermos; es decir, que hemos perdido el equilibrio de las fuerzas del alma y del espìritu   (Depresiones, estrès, preocupaciones, ansiedad ).

De esta manera, el sìntoma nos informa de que algo falla. Denota un defecto, una falta, nos falta algo. Esta carencia se manifestarà en el cuerpo como sìntoma...

La enfermedad vista asi, no tiene màs que un fin: Ayudarnos a subsanar nuestras faltas y hacernos sanos. El lenguaje, entonces, es psicosomàtico, o sea, sabe de la relaciòn entre el cuerpo y la mente.

Esta es la diferencia entre combatir la enfermedad y transmutarla ( Mudarla. Realizar un cambio ). La curaciòn se produce exclusivamente desde una enfermedad transmutada ( Modificada ), nunca desde un sìntoma derrotado (  sòlo antibiòticos o  simples intervenciones quirùrgicas ). LA CURACIÒN SE CONSIGUE INCORPORANDO LO QUE FALTA Y POR LO TANTO, NO ES POSIBLE SIN UNA EXPANSIÒN DE LA CONCIENCIA. Enfermedad y curaciòn son conceptos que pertenecen exclusivamente a la conciencia, por lo que no pueden aplicarse a un cuerpo, pues un cuerpo no està enfermo ni sano. En èl, repito, sòlo se reflejan, en cada caso, estados de conciencia.

Los mèdicos ortodoxos, acadèmicos o cientificistas del siglo pasado, no aceptan ni crìticas ni propuestas que les limiten en adoptar medidas puramente funcionales y reduccionistas y aunque hayan visto la trampa del juego, continùan disfrazando con estadìsticas, la cruda verdad de que el nùmero de enfermos no ha disminuìdo ni en una fracciòn del 1% . Ahora hay tantos enfermos, como hubo siempre, aunque los sìntomas sean otros. (Continuara la casuìstica) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario