miércoles, 18 de abril de 2012

EL CANCER Y EL PROCESO MENTAL segunda parte


                                                    EL CANCER Y EL PROCCESO MENTAL

( Este texto lo voy a presentar  en el blog, de igual manera que lo haré con la ponencia  en el recinto de la Cámara  Senadores de la Republica Mexicana , en la Fracción Parlamentaira del Partido de Izquierda del PRD, el  día 20 de abril del 2012 )
El trabajo estará desglosado en cuatro fases: La primera que aborda el padecimiento del cáncer en su apreciación exclusivamente médico biológica.  La segunda parte versará sobre los aspectos estrictamente Psicosomáticos. La tercera etapa abordará todo lo referente a la relación mente- cuerpo.   La cuarta fase hablará de la casuística o diseño del tratamiento psicoterapéutico.
Entiendo por Cáncer: Una enloquecida alteración celular que provoca errores en una multiplicación sin control.
Este padecimiento orgánico, se trata de mutaciones genéticas que hacen que una célula normal pierda el control.
En los inicios del siglo XXI, el Cancér se podría decir está casí acorralado: La mitad de los tumores malignos ya no provocan los estragos de otros tiempos. La situación ha ido mejorando de manera espectacular.  Existen grandes avances en el conocimiento de las causas primarias y de su desarrollo. Al parecer, nuevos tratamientos están a punto de vencer esta perversa enfermedad. Ya alteraciones celulares de  milésimas de diámetro, pueden ser  detectadas por  las modernas técnicas de diagnóstico por imagen como lo es la Tomografía axial, la Resonancia Magnética y la TEP ( Tomografía por Emisión de Positrones).
¿ Como sanar  a las células malignas?
En primer lugar, hay que  mencionar  que si el sistema inmune no logra destruir a las células malignas, los tejidos crecerán hasta formar un Cáncer.  Por otro lado, mencionar que la masa tumoral pasa a crear su propia red vascular que es vital para su supervivencia y que constituye, uno de los más grandes y graves obstáculos para alcanzar la recuperación de los pacientes.
En tercer lugar, habrá que decir que  tan sólo hace 30 años, los especialistas en la materia, cuando se les preguntaba de cómo se origina un Cáncer, no tenían respuesta y su silencio era más que desesperante para los involucrados. Los investigadores no encontraban el mecanismo que provoca que una célula pierda el control y empiece a dividirse incontroladamente al grado de deteriorarse a una velocidad vertiginosa.
Hoy se sabe,  después de grandes esfuerzos, que una célula normal se distingue de una maligna, porque en sus componentes moleculares existen un grupo de genes llamados oncogenes que propician la génesis y la proliferación de los tumores malignos.
 En últimas fechas, la ciencia ha arribado a la conclusión de que el Cáncer es una enfermedad genética, pese a  que el tabaco facilita casí el 30% de alteraciones pulmonares, problemas en la cavidad oral, riñón y vejiga.  Que las dietas ricas en grasa y pobres en fibra, propician cánceres de colon y de estómago . Que un 10% están relacionados con tumores malignos en zonas sexuales. Que los rayos solares provocan un 8% de Cáncer en piel. En éste aspecto ya entra más directamente la herencia genética y el 5 % de ese 8% , son cánceres heredados. El resto de las demás alteraciones cancerígenas, se desconoce su procedencia. Pero, pese a todo, dicen los científicos, el principal desencadenante de todos los procesos cancerosos, es un desajuste de índole genética. En este aspecto, es muy importante señalar que hoy se sabe que de los 30, 000 millones de células que conforman la estructura orgánica, estas son vigiladas por la molécula de ADN; es decir, por el contenido hereditario genético. Así  pues, la configuración corporal está regulada por la proliferación de células que se regulan unas a otras y eso permite que los órganos y tejidos crezcan en equilibrio y mantengan a toda la estructura corporal en orden.
En este proceso de regulación, intervienen de manera rigurosa moléculas como proteínas, enzimas  y aminoácidos con una gran precisión. Una falla mínima en los sistemas de control, puede acabar en una grave alteración celular: El Cáncer. Que consiste, como ya lo he mencionado, en una manifestación indebida del programa de división que aparece en una célula defectuosa muchos años antes de la aparición tumoral maligna. Se trata, pues,  dicen los científicos, de mutaciones en genes específicos. Estos genes involucrados, son la llave “ el ábrete sésamo” para comprender las raíces del grave problema tumoral.
Ahora bien, un gen, no es otra cosa que una partícula de ADN. Sirve para fabricar proteínas que desempeñan funciones específicas en el organismo. Pero, si ese gene se expone a una alteración, como pudiese ser la pérdida de información, la proteína se produciría de manera defectuosa o incluso podría ni siquiera producirse. En el genoma humano, existen más de 100 mil genes, solo muy pocos se ven involucrados en los procesos cancerosos, los demás inspeccionan, por decirlo de alguna manera, el ciclo vital de la célula desde su crecimiento, diferenciación, supervivencia y muerte.
Los genes participantes en el cáncer, se les ha denominado proto- oncogenes, estimulan la proliferación celular. Cuando esos minúsculos participantes pueden mutar, entonces se transforman en oncogenes y son los que van a provocar la multiplicación anárquica de la célula, dando lugar a los Frankestein genéticos cancerígenos.
Para dar contestación a la pregunta formulada  de cómo sanar la células malignas, es importantísimo entender los circuitos en el interior de la célula, sobre todo lo referente a las señales que  inhiben la proliferación celular; es decir, los antioncogenes, cuya función  es impedir esa proliferación maligna en la gente sana.
Hasta la fecha, se tienen identificados 17 genes supresores de tumores implicados en el cáncer. Por ejemplo, el gen P53 está involucrado en más del 80 % de los padecimientos de colon. Pero en investigaciones recientes, se ha podido comprobar que ese gen, ya aparece en más del 52 % de los cien tipos de cáncer que se tienen registrados. Este importante gen, es el gran guardian del genoma humano. Y en su situación sana, su trabajo resulta invaluable: vigila el mecanismo de todo el proceso genético que facilita la proliferación celular. Pero si se presentará alguna falla en el sistema, el P53 detectaría el problema y procedería a restaurarlo activando a otros auxiliares reparadores del ADN. Si esa acción no corrigiera la falla, entonces procede a dar una orden de destrucción celular que se llama apoptosis. Pero si este guardian, por alguna razón, invirtiera su mutación, podría representar el verdadero infierno para el organismo entero, corriéndose el riesgo de adquirir graves enfermedades, una como el Cáncer mismo. Resulta que es durante el proceso de destrucción celular, pasando por una serie de procesos mutantes, que esas alteraciones  convierten a las células, en inmortales y letales para el ser humano.
Es importante señalar, que los genes mutados van a dar como resultado un nuevo programa genético que permite y facilita escabullir a las células defensoras provenientes del sistema inmunológico, creando su propia red de vasos sanguíneos, mismos que les va a permitir moverse sin recato y alocadamente por todo el organismo. Hasta el momento, se desconoce la razón de cómo las células cancerosas escapan al suicidio colectivo celular ordenado por el gen P53.
Desde 1971, en una acta oficial, los Estados Unidos de Norteamerica, declararon la guerra al Cáncer. Richar Nixon fue el Presidente que rubricó el documento. Han transcurrido ya 42 años. Se han gastado sumas extratosféricas de dólares. Existen más de 800 mil productos, entre naturistas y sintéticos, que se han tratado de implementar y ensayar y el Cáncer continua su avance de  manera implacable. Existen, por supuesto, otros factores desencadenantes más: La población adulta va en constante crecimiento a nivel mundial, las enfermedades degenerativas abundan hoy más que nunca. La contaminación ambiental es excesiva. La dieta totalmente chatarra. El cambio climático con sus intensos rayos solares. El abuso desmedido del tabaco y las sustancias cancerígenas proliferan por todas partes. En el año 2000, se presentaron casí 90 mil nuevos casos de alteraciones malignas. Las mujeres fueron las más afectadas en  un 67% . La mayoría de los casos estuvieron en neoplasias malignas de utero, mamas, estómago y sistema linfático. Los lugares donde más se presentaron los casos positivos fueron: Distrito Federal, Veracruz, Jalisco, Nuevo León y Tamaulipas. A nivel mundial, se extrapola estadísticamente que durante el siglo XXI de cada 100 europeos, al menos  cuatro desarrollará un tumor  maligno a lo largo de su vida.
¿ Funcionan o no las terapias actuales?  ¿Tienen alguna validez los diagnósticos?
Se cree que ya es posible curar un poco más del 50% de los tumores malignos. No exiten cifras que puedan corroborar esa creencia de manera fidedigna. Los científicos piensan que si se va por el camino correcto en todo lo que respecta a tratamientos y curación: Cirugías, radioterapia y quimioterapia. Estas medidas, están permitiendo que un número creciente de pacientes diagnosticados con Cáncer, sobre todo en etapas primarias y en personas jóvenes, obtengan una gran mejoría e inclusive una curación de la enfermedad. La mortalidad, al parecer, también ha disminuido o los pacientes pueden mejorar su calidad de vida significativamente y lograr vivir mucho mejor que en otros tiempos.
Resulta necesario resaltar, que contra la batalla del Cáncer, aún sigue siendo la cirugía  la mejor de las medicinas contra ese padecimiento. La cirugía hoy, es mucho menos agresiva y dañina que la practicada hace algunas décadas. Ahora, mediante la alta tecnología, se trata de hacer hasta lo imposible  por no dañar a ningún órgano afectado, aunque las cirugías sean profundas y radicales: Radiaciones de fotones de alta energía que penetran profundamente en los tejidos, sobre todo, en cánceres prostáticos. Con la asistencia de tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y generación de imágenes tridimensionales, ya es factible atacar masas tumorales con una gran precisión sin dañar o afectar tejidos sanos. Existe también, la terapia de radiación intraoperativa, esta para cánceres de cabeza y cuello. Se cuenta, así mismo, con inyecciones de diversos fármacos anticancerígenos. La quimioterapia, se basa en productos  como el Docetaxel que inhibe la división celular o la obstaculiza para dejar de ser inmortal y se destruya. El taxol  que acaba con el cíclo celular de los genes malignos, haciendo que la célula no prolifere y muera. Se usa en cánceres de pulmón, tejidos blandos, en ovario mama y estómago.
En todo este tipo de terapias,  y las llevadas a cabo con Taxotere, existen algunos riesgos de reacciones secundarias, aún inevitables, porque los productos interaccionan de manera no selectiva y también atacan células y tejidos sanos, provocando diversas alteraciones en los pacientes, sobre todo, en lo que respecta a los glóbulos rojos, en las plaquetas, en los folículos pilosos y mucosas. De ahí, que los pacientes, en su mayoría, pierdan el pelo, sufran problemas en su sistema inmunológico, inflamación de las mucosas y aftas en la cavidad bucal.
En la actualidad, se han diseñado unas esferas microscópicas, llamadas liposomas que son capaces de transportar los fármacos por el torrente sanguíneo y vertir el veneno directamente en las neoplasias cancerosas.
En fechas más recientes, se ha logrado revestir a las esferas transportadoras del veneno, con un recubrimiento exterior para no ser detectadas por las células defensivas del organismo (LinfocítosT),   haciendo mucho más efectiva este tipo de terapia. Los resultados más alentadores, se han dado en el cáncer de mama y el sarcoma de Kaposi. El producto más usado es la Doxorrubicina.
No obstante los avances en ese territorio, existe un extraño mecanismo en el cual la célula cancerosa aprende a vomitar el veneno suministrado ( no acepta el paciente el producto ). Estas células, escupen el medicamento antes de que pueda actuar. En el curso de este misterioso proceso terrorífico, se está buscando bloquear, al parecer, la acción de una proteína que parece ser la causante del mecanismo de expulsión. Hasta el momento, los logros en ese sentido, son mínimos y nada alentadores.
En el Cáncer, según las más modernas terapias, se trata de restablecer a los genes que han enloquecido y conseguir que elementos del sistema inmunológico, linfocitos T, monocitos, fagocitos,  macrófagos, frenen el desarrollo de las células cancerígenas y sean capaces de la destrucción de las células tumorales, que la mayoría delas veces, se camuflagean y burlan los sistemas defensivos con sofisticados mecanismos de sobrevivencia, que hasta la fecha, han logrado borrar la identidad del antígeno que los caracteriza, haciendo, casí, imposible su detección.
Quizás sea en el campo del sistema inmunológico, donde se albergan más esperanzas para tratar de alcanzar hallazgos que faciliten el auxilio de millones de personas vinculadas a padecer la   catalogada como terrorífica enfermedad  de varios siglos. Se trata ni más ni menos, de estimular al ejercito encargado de destruir invasores extraños en el organismo, entre ellos , a las células cancerosas. Por lo pronto, es la Interlukina 2 la que etá tratando de ayudar a los linfocitos T a reforzarlos. A nivel de laboratorio, el método resulta extraordinario, pero a la hora de pasar a los enfermos, no da los resultados esperados y la toxicidad del organismo aumenta significativamente y los costos, aún, son altísimos… La verdad, no hay resultados alagadores al respecto, todo en este campo es sumamente atenuado y muy discreto. En esa misma línea, se encuentran las vacunas, asi como las inyecciones de células sanas que pudiesen sustituir a las defectuosas. Hay mucha cautela en este tipo de avances y estamos a la espera de los resultados científicos más recientes.
A veces, el Cáncer, se parece mucho a una partida de ajedrez, en donde los científicos están a la espera o en busca de una jugada genial que pueda brindar una salida óptima.
( Continuara  la segunda parte )

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