domingo, 4 de agosto de 2013

LA VIOLENCIA

Es muy utòpico pensar que pueda existir alguna forma de proceder que pudiese alterar o modificar la conducta de los seudopolìticos de nuestro muy golpeado mundo...

Todos aquellos que no padezcan alguna enfermedad seria o perturbadora, se deberìan de considerar afortunados por sobrevivir dìa con dìa pese a toda la maldad generada por esos esbirros y farsantes de los cuales no podemos esperar algo bueno de alguna manera manifiesta...  Esos falsos dirigentes, o delincuentes disfrazados, se les ha permitido implantar sistemas de vida que tienen al mundo al borde de la extinciòn...

 ¿Son la lucha, la violencia, el conflicto parte de la naturaleza humana de la existencia?

La sociedad, toda, en eso està basada y constituida y todos aceptamos ese hecho como inevitable... La educaciòn actual, televisual y cibernetica, nos convierte en competidores muy agresivos y al parecer, nos obliga a aceptar esas condiciones so riesgo de pasarla muy incomodos muy mal. Incluso, si no lo hacemos, corremos el gravìsimo riesgo de ser eliminados por los ¨depedradores¨!!!

¿Es que en verdad, asi estamos determinados y es inevitable otra forma de vida?

 En nuestro planeta, todo es lucha y es muy dificil conocer otra manera de vivir: Responsabilidades, retos y exigencias por todas partes: Un sòlo ejemplo de todo eso serìan las preocupaciones por nuestros seres queridos. Eso ya justificarìa la lucha y la manera agresiva de percibir la vida. Nuestros hàbitos de vida nos conducen hacia allà.

 ¿Es factible producir un mundo pacìfico?

Estamos llenos de conductores, de guìas, de salvadores de la humanidad; pero ese tipo de gente, al igual que los polìticos, nunca podràn traer paz ni fraternidad a nuestros entornos, porque poseen ideas fundamentadas en creencias, dogmas, axiomas y postulados,  mediante las cuales  anhelan realizar, màs que otra cosa, sus propias ambiciones, tanto individuales como de grupo y eso conlleva a integrar sentimientos profundos de competencia, ambiciòn y mucha violencia.Todos ellos quieren salir siempre victoriosos, no importàndoles que otras personas se frustren, padezcan y sufran. Toda ambiciòn, todo falso deseo de èxito, en cualquier direcciòn, crea conflictos y guerras violentas y es eso lo que impide y limita percibir la realidad.

El gran Buda, hablaba del anhelo y obsesividad  de la gente por generar deseos como si la vida se tratarà de una escalera interminable de generar conflictos internos y externos, porque en eso estàn sustentados los falsos deseos que conforman nuestra cultura: Cada peldaño conduce a otro y ese a otro
y de ahì habrà que subir otro peldaño màs. Cosa muy similar sucede con los deseos y se cree que con cumplirlos se dirige uno hacia el triunfo o de lo contrario se cairìa en la frustraciòn y  màs bien esa frustraciòn, de seguro que acarrearà conflictos y los conflictos, ambiciòn y la ambiciòn violencia y la violencia tristeza, preocupaciòn, rabia y con ello màs conflictos, màs guerras y mucho màs desesperanza y desesperaciòn:LA TRISTE,LAMENTABLE  Y ETERNA HISTORÌA DE LA  MAL LLAMADA HUMANIDAD...

En nuestra civilizaciòn, todo se piensa  y se mide en funciòn del èxito y del fracaso y no se repara en la eliminaciòn del conflicto o de tratar de hacer a un lado tantos insanos deseos que constituyen la base esencial de todos nuestros problemas...

Pero, tambien debemos de reconocer-aunque parezca contradictorio- que la vida sin conflictos, inevitablemente nos conducirìa al estancamiento, a la pasividad, al letargo. Nuestro motor, nuestra base energètica en la vida, es la fuerza de voluntad y ya Shopenhauer nos aclarò que esa fuerza de voluntad, està sustentada en los deseos, que la voluntad, es un disfraz que oculta detràs la fuerza motriz de los deseos y que ellos constituyen nuestra verdadera fuerza de voluntad. Luego entonces, un conflicto, es una lucha que empieza en nosotros, es una lucha y batalla de deseos que inicia y da principio en nuestro fuero interno: Somos un micromundo, donde inicia toda la humanidad entera, cada uno de nostros somos la humanidad, esta empieza en cada uno de nosotros y entre todos, integramos el mundo entero, el macro mundo: El mundo que deseamos pacificar, està primero en nosotros,dentro de nosotros mismos,en nuestra fuerza que aspira a la posesiòn de alguna cosa y la forma saludable de lograrlo, es lo que ya  hemos olvidado, gracias a la labor de implante del sistema de interèses creados que descubriò la matriz generadora de nuestros comportamientos.

 Los guìas salvadores y polìticos  hablan y prometen  alcanzar la paz y la fraternidad en el exterior...En verdad hablan de sus ambiciones, de sus propias creencias sistèmicas, mecànicas y oficiosas que nos enmarcan dentro de una sociedad competitiva y ambiciosa que bien puede merecer el calificativo de enferma, porque las conductas antisociales que se generan, son reacciones comunes a situaciones vitales repletas de tensiòn y conflictos sustentadas en deseos falsos e interminables que propician formas malsanas de existencia, donde se hagan los esfuerzos que se hagan, nadie triunfa y todos experimentan sentimientos de frustraciòn, de sensaciones de derrota, de pèrdidas y eso aumenta las conductas y comportamientos patològicos de escape que derivan en violencia, en delincuencia, en abuso del consumo de drogas, en destrucciòn de los unos por los otros, en la  delincuencia, en locura misma: NUESTRO VERDADERO Y AUTENTICO MUNDO ACTUAL.

Luchas ideològicas de todos los tiempos, posturas personales traducidas a batallas plagadas de deseos insanos como las de: Alejandro Magno, Gengis Kan, Atila, Bonaparte, Hitler y muchos màs redentores de la humanidad, quienes sòlo pensaron en su inmortalidad y enfermiza trascendencia, aniquilando a toda aquella  cultura contraria a sus puntos de vista y hegemonìa...Todos ellos acabaron aniquilados por la misma inercia de sus egoismos, de sus falsos egos y de sus enfermizas personalidades que ocultaban sus inmensos deseos materiales y de poder.

¿Podremos librarnos de ese cìrculo infernal conflictivo que nos està aniquilando?

Sòlo hacièndo uso de nuestra inteligencia a nuestro favor, no a favor de nuestras alteraciones emocionales, de procesos neuròticos de poder y avaricia que nos han impuesto, realizando esfuerzos para amortiguar y moderar el desmedido anhelo de nuestros falsos deseos, dejando de confundir nuestras vidas con cuernos de la abundancia muy alejados del llamado mundo espiritual que no conoce de falsas competencias, de falsas ambiciones y que conduce a un mundo  no de  victoriosos-que siempre desean ganar-, sino de triunfadores que con dinero y sin dinero,con cosas y sin cosas, con poder y sin poder,  siempre aprenden del proceso existencial y lo gozan , sin instalarse permanentemente en lo vil y superficial, porque son seres inmersos en la buena voluntad, que optan por el camino y la ruta de la liberaciòn  y educaciòn interna que modifica, regula y orienta nuestras esencias, nuestra naturaleza y que nos convierten en seres capaces de alumbrar un mundo de paz y fraternidad, alejado de los falsos redentores repletos de insanos deseos y comportamientos generadores de la violencia... 

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