domingo, 15 de septiembre de 2013

LA LLORONA ( CIHUACÒATL )

¡Ay mis hijos, ay mis hijos! Eran los gemidos y amargos gritos de la Llorona, la primera mujer que dio a luz a un producto engendrado por dos razas: la indígena y la española.  Cuenta la leyenda que se trataba de un alma en pena que vagaba por las calles durante las noches en busca de sus hijos a quienes había ahogado en el rio por venganza, debido a la traición que le infringió un soldado español padre de los niños y quien la había traicionado cambiándola por otra mujer.

Déjenme que les cuente algo acerca de este mes de septiembre, importante mes patrio en mi país:  Es precisamente en estas fechas, septiembre 15, que en 1810 se llevó a cabo una conspiración en contra del gobierno español que había sojuzgado a mi patria durante 300 largos años. Cuenta la historia que gente letrada y con antecedentes académicos, llevaron a cabo un plan de independencia de la monarquía española.  Fue precisamente en el pueblo de Dolores Hidalgo que un padre criollo desde el púlpito de su iglesia lanzó un grito libertador en aquel entonces: ¡Viva el Rey Fernando VII, viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!  En aquel momento  diò inicio la guerra de independencia que nos daría patria a los mestizos mexicanos…

Pero la historia no siempre es narrada como en verdad se dieron los hechos; el Padre Miguel Hidalgo y Costilla, precisamente por tratarse de un criollo,  quería brindarle oportunidad a los de su casta en tierras de los indígenas mexicanos.  Los criollos no tenían acceso a puestos de dirigencia porque los españoles nacidos en España  eran quienes contaban con esa prioridad sobre el control del territorio de la nueva España.  El cura Hidalgo pugnaba por impulsar a los de su clase, españoles nacidos en América.  Todo fue  facilitado por la invasión francesa a España, haciendo prisionero a su Rey a manos  de José Bonaparte:  Esa fue considerada la causa externa.  Y la interna, el gran descontento de los criollos y la raza mestiza que ya había crecido en número. Solo que al cura Hidalgo, la gran turba de indígenas campesinos se le desbordò y en cuestión de días, eran ya tantos sus seguidores que diò inicio  un movimiento revolucionario que acabaría 11 años después en el intento de integrar no solo la nueva España para los criollos, sino el México que entre todos hemos tratado de crecer y desarrollar desde aquel entonces, hasta nuestros días.
Pero en la vida una cosa es lo planeado y otra, lo que el proceso de la dinámica misma existencial permite y autoriza, uno propone y la vida dispone: lo que dio inicio como una tentativa de modificación de poderes mediante un grito, fue a parar a un trayecto de creación de una nueva nación, la cual hasta nuestros días, tenemos que aceptarlo, no ha podido concretarse de manera definitiva y precisa pese a todos los intentos de gente de buena voluntad y entrega absoluta...
Los llantos, gemidos y lamentos del Mèxico de la época actual, son los de cientos de miles de madres mexicanas de todos los niveles socioeconómicos que gritan a diario por todos los rincones: ¡Ay mis hijos, ay mis hijos! desaparecidos en un México desequilibrado, desposeído y resquebrajado por un puñado de bribones, deshonestos, traicioneros que hacen llorar a esas madres por su hijos como si de  mujeres  locas se tratara, vagando y penando a diario por todas partes  por el arrebato de sus seres más queridos en un  México que no acaba de integrarse como una nación con identidad general y propia para todos sus habitantes que la conforman…  ¿Què habremos de festejar en estas fiestas patrias del mes de septiembre en un país de asesinatos, raptos, traiciones y desapariciones, donde no existe ni prevalece la ley que haga prevalecer la justicia y permita vivir en libertad, paz y tranquilidad   a sus habitantes?...

La llorona,  con sus gritos, gemidos y lamentaciones, no es solo un mito o una leyenda, hoy por hoy, en mi país, es una realidad tan palpable que se vive en carne propia diariamente en miles de millones de hogares donde los niños, hijos de todos, van despareciendo como ahogándose en las profundidades de los ríos donde todos hemos permitido que los asesinen el hambre,  las carencias, las traiciones y las injusticias: ¡Viva Mèxico, mueran los vende patrias y hagamos un nueva nación entre todos!...¡Ay mis hijos, ay mis hijos!…

No hay comentarios:

Publicar un comentario