jueves, 6 de octubre de 2011

EL MANZANA

En su adolescencia, mi amigo que apodaban el "manzana"-quizás por lo rojo brillante de su piel-, se la pasaba soñando que algún día, inventaría algo grandioso, que según él, revolucionaría al mundo del futuro. Todos sus amigos nos preguntabamos ¿ cómo lo podrá hacer si ni siquiera estaba matriculado en la escuela? Asisté sólo de oyente...Una cosa más, mi amigo practicaba los preceptos del Buda y dicen que no comía carne, solo verduras y frutas. Era una persona muy singular.

Recuerdo que en alguna ocasión, estando en el garage de su casa, abordamos un tema, durante un buen tiempo. Le agradaba platicar mucho acerca de sus ideas. Me dijo lo siguiente:

-Sabes Will, las personas nunca se rebelan, no se saben otra...

  Me dejo sorprendido, pero le contesté:
-A qué te refieres? ¿Lo dices por el calor que hace?
  Frunció el ceño.

-Bien que sabes que la vida le pertenece a los desobedientes constructivos y no a aquellos que les han implantado ideas ajenas y estarás de acuerdo en que hay una gran cantidad de cosas en la vida que hay que cambiar.

-Manzanita- le repliqué con una mirada fría y tranquila-, no vayas a hablar de trabajo. Pero si te interesa, si sé que hay que hacer algo, ¿pero, no te da miedo fallar y fracasar y sentirte muy mal?- Le dije con voz firme, preparándome para su contestación.
 Primero suspiró y después gritó

-¡ Vamos!-  tirándo un trapo al mueble de las herramientas-. Sabes perfectamente que la muerte, invita a vivir cada día como si fuera el último y sí así vives, quizás algún día tengas razón.
-Seguro- le dije escéptico-. Nosotros a nuestra edad de 17 años, preocupándonos por la muerte. No me hagas reir.
 Manzana me tomó del brazo y se acercó a mí.

-Mira, pienso que a nadie le agrada la idea de morir, incluso a aquellos que creen que pueden ir al cielo. Pero todos tenemos que morir, es la manera en que todo se renueva, llega un punto en que eres desplazado por lo nuevo. La muerte es una bendición, señala que ya estamos desvestidos que no hay nada que temer.

 Me quedé paralizado, mi cerebro se negaba a admitir una explicación lógica, él estaba en lo cierto. Me esforzé por no variar el tono de mi voz y arremetí.

- Manzana, no insistas, está vez no voy a entrar en tu juego futurista ni en tus trampas mentales.  Puedo preguntarte a qué te estas refiriéndo concretamente.

Esbozó una breve sonrrisa, se alejo un poco de mí y dijo yendo de nuevo hacia la puerta del garage.

- A que debemos vivir todos los días como si se tratará del último de nuestras vidas, y tratar de cambiar algo.    Ir a dormir diciéndo que hicimos algo grandioso. Eso es lo que más me importa.

Su voz quedó suspendida en el vacío, inmediatamente tragada por todo el viento de Sillicon Valley.
Asentí con la cabeza.
- Suena lógico.
-¿Lógico?- dijo manzanita, poniéndo los ojos en blanco-. ¿Sabes? Nunca he querido ser el hombre más rico del cementerio de éste curioso y muy moderno pueblo. Nunca he hecho nada por dinero, quiero poner un "ding" en el universo.

 Empecé a imaginarme a mi amigo como enfundado en un traje inflable, y a pesar de la calidez del ambiente, sentía frío y lo ví como una especie de viajero espacial caminando lentamente por un planeta lejano.

- Pero amigo manzana- empecé a decirle. ¿ No te ha preocupado en ningún momento no poder contar con recursos económicos? Recuerda que estamos situados en el imperio mismo del dinero.-Y pateándo un vaso de plástico que se encontraba en el psio agregué.
-¡Vamos a ver! ¿Plantéas que puedes soñar con que vas a cambiar algo en el mundo y lo piensas hacer sin dinero? ¡Por favor!
 Ambos nos miramos sorprendidos.

-Migas de pan de alta tecnología-grito el manzana-.Mierda! Siempre he pensado que si soñamos con algunas cosas, luego las podemos construir. Sólo hay que imaginar que es lo que viene y hacerlo.

A mi nunca se me había ocurrido algo así. La tarde caía en todo el valle.

-Muy bien-dijo el manzana con un suspiro-. Está claro para mí,  voy a construir una máquina que sea una gran herramienta, como si se tratará de una bicicleta para nuestras mentes. Admitiré rapidamente cualquier error que cometa y lo trataré de mejorar en las otras invenciones que también haré.

El sol del atardecer le daba en la espalda a mi amigo, lo hacía ver muy grande. Yo me sentía como un idiota ante él. Manzana estaba en lo correcto. Me quedé un buen rato en silencio, admirándo su grandeza y agregó.

- ¿Muerte? ¡ Tonterías !- siseó manzana-. Te estoy diciéndo que lo haré aquí mismo en el garage. No tengo la menor intención de permitir que se cuestionen la validez de mis ideas.- Manzana se dirigió hecho una furia hasta una zona de material cercana a la puerta y empezó a coger algunas herramientas.- Con estos cables y esta pantalla, demostraré al mundo de lo que soy capáz ¡ Vivo o muerto! Todo esto lo siento en mi corazón, lo intuyo que es así...Manteneos detrás de mí- grito el manzana impregnando el cosmos con su gran energía-. ¡Que la inspiración me guíe!

Sentí desde lo más profundo que a pesar de las limitaciones económicas de mi amigo, una luz iluminaba su camino y pese a sus pesadas cargas, se deslizaba sin esfuerzo por el eter. Y así fue, el manzana se convirtió en uno de los más grandes del mundo de la tecnología.¡ Una cosa más!  En alguna ocasión me lo encontré y en cuestión de segundos me dijo:

-¡ CAMBIARÍA TODA MI TECNOLOGÍA POR UNA TARDE CON SÓCRATES!

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