Mèxico se polarizò a partir de una serie de procesos sociopolìticos indescifrables que datan de màs allà de seis años. La lucha por el poder entre la clase polìtica, vinò a propiciar la bifurcaciòn de las eternas posturas entre los grupos conservadores y liberales. Los mexicanos ante una serie de eventos de postura radical, tuvieron que optar por atreverse al cambio o permanecer instalados en un comportamiento moderado que sòlo beneficiarìa a unos cuantos. Se optò por la segunda postura y asì fue como sucediò: Sòlo se beneficiaron los grupos poderosos, la sociedad temerosa y quienes preferìan la calma y la tranquilidad de lo establecido. Los demàs, todos aquellos deseosos de participar y de incluirse en la dinàmica socioeconòmica, se tuvieron que conformar con la espera y tratar de digerir su derrota. Pero, la polarizaciòn, hizo su apariciòn en la sociedad mexicana como nunca antes habìa sucedido, quizàs, algo similar a lo acontecìdo en la Guerra de la Reforrma en 1858 en los años del gran juàrez y su ilustre y valiente equipo de trabajo.
Que nadie se engañè, el Mèxico de la actualidad, continua instalado en la polarizaciòn: Los conservadores se encuentran agazapados, la Iglesia mandando señales de no divisiòn y los liberales a la espera de que su lìder màximo les dè la señal de ataque, porque como bien lo declarò, en pasado programa televisivo: ¨No me la vuelven a hacer dos veces¨...
Liberales y conservadores, sin olvidar al ejercito y a los interèses ecleciasticos, estàn percibiendo que se estàn agotando las tentativas de unidad y concordia. Al parecer, los acuerdos no haràn su apariciòn, porque el tiempo se agota, y todos ellos, aspiran sòlo a defender sus eternos privilegios, no permitièndo ningùn otro tipo de percepciòn o encuadre, ajeno a sus triquiñuelas, preferencias y simpatìas. Tal parece que la gente en el poder y los acaudalados del paìs, pondràn todos los recursos con los que cuentan al servicio de los enemigos de un cambio verdadero y tan necesario para todos los mexicanos. Ya en estos momentos, estàn sintiendo amenazados no sòlo sus capitales, sino su mismo control y manipulaciòn autoritaria, disfrazada muy hàbilmente por los medios de comunicaciòn masiva.
Los verdaderamente grandes dirigentes, son aquellas personas que presienten los acontecimientos, sobre todo aquellos, que han surgido por la multitud de errores, abusos, corrupciòn y dispendios del pasado y del pasado inmediato y muestran los caminos en que es necesario transitar para en verdad salir adelante.
Ese lìder, por desgracia, no existe, no lo conocemos o no ha surgìdo hasta el momento en el paìs. Ninguno de los cuatro seudocandidatos a la Presidencia de Mèxico, presiente los acontecimientos que se estàn incubando, que tienen vida latente y estàn pròximos a convertirse en manifestaciones de fuerza y acciòn. Ninguno de ellos, posee los tamaños para dominar o controlar y mucho menos canalizar, un estallido social. Todo en ellos, està cubierto de tibias promesas, de modestas y muy escuchadas y vistas propuestas, de ataques, descalificaciones y enconos que a nada nos han conducido, durante muchas dècadas, que no haya sìdo a la pobreza, al hambre, a la inseguridad y a infinidad de carencias y por supuesto, al enojo, la rabia, el desànimo y la derrota total.
El futuro, nos ha alcanzado, se convirtiò en pasado y no nos dimos cuenta. Requerimos de un cambio revolucionario en Mèxico, no de simples y ramplonas reformas o de propuestas irrealizables, para las cuales ni existe presupuesto, ni el tiempo necesario para llevarlas a cabo. El verdadero y autèntico cambio, debe de ser radical de acuerdo a las ruinas en que deambulamos a diario, la mayorìa de los mexicanos. Requerimos de una gran UNIDAD NACIONAL que involucre a todas las fuerzas activas y combativas del paìs que redacte EL PLAN DEL MEXICO DEMOCRATA HUMANISTA y que convoquè a los mejores mexicanos, sean de donde sean, pertenezcan a donde pertenezcan, para entre todos, responsabilizarnos con ese gran plan como promesa cumplida para lo porvenir.
La naciòn, està en peligro. Es la sociedad civil organizada la indicada para reunir a los contrarios y guiar a la Patria por sobre todos los enmarañados interèses, que en el segundo debate quedaron muy claros. Es tiempo para hacer un alto total y como toda la sociedad està en peligro, debido a los locos que la pretenden gobernar y a sus ridìculas, fantasiosas e irrealizables propuestas, exigir que se SUSPENDAN LAS ELECCIONES y que LA SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA, asuma todo el poder, mediante la gente pensante y acadèmica, para redactar EL PLAN DEL MEXICO DEMOCRATA HUMANISTA, mismo que una fuerza polìtica seleccionada por los ciudadanos, lleve a feliz termino, iniciando con lo de mayor prioridad para toda la naciòn...
Hay que ir hasta las raices del mal, arrancarlas de tajo, requerimos en estos graves momentos, de mucho màs audacia, de mucha mayor pasiòn, de sacrificar lo ùltimo que nos queda- por tanto abuso permitido-, con la fe de que nuestro triunfo valdrà todos los muertos de toda nuestra penosa y vergonzosa historia.
Que nadie se engañè, el Mèxico de la actualidad, continua instalado en la polarizaciòn: Los conservadores se encuentran agazapados, la Iglesia mandando señales de no divisiòn y los liberales a la espera de que su lìder màximo les dè la señal de ataque, porque como bien lo declarò, en pasado programa televisivo: ¨No me la vuelven a hacer dos veces¨...
Liberales y conservadores, sin olvidar al ejercito y a los interèses ecleciasticos, estàn percibiendo que se estàn agotando las tentativas de unidad y concordia. Al parecer, los acuerdos no haràn su apariciòn, porque el tiempo se agota, y todos ellos, aspiran sòlo a defender sus eternos privilegios, no permitièndo ningùn otro tipo de percepciòn o encuadre, ajeno a sus triquiñuelas, preferencias y simpatìas. Tal parece que la gente en el poder y los acaudalados del paìs, pondràn todos los recursos con los que cuentan al servicio de los enemigos de un cambio verdadero y tan necesario para todos los mexicanos. Ya en estos momentos, estàn sintiendo amenazados no sòlo sus capitales, sino su mismo control y manipulaciòn autoritaria, disfrazada muy hàbilmente por los medios de comunicaciòn masiva.
Los verdaderamente grandes dirigentes, son aquellas personas que presienten los acontecimientos, sobre todo aquellos, que han surgido por la multitud de errores, abusos, corrupciòn y dispendios del pasado y del pasado inmediato y muestran los caminos en que es necesario transitar para en verdad salir adelante.
Ese lìder, por desgracia, no existe, no lo conocemos o no ha surgìdo hasta el momento en el paìs. Ninguno de los cuatro seudocandidatos a la Presidencia de Mèxico, presiente los acontecimientos que se estàn incubando, que tienen vida latente y estàn pròximos a convertirse en manifestaciones de fuerza y acciòn. Ninguno de ellos, posee los tamaños para dominar o controlar y mucho menos canalizar, un estallido social. Todo en ellos, està cubierto de tibias promesas, de modestas y muy escuchadas y vistas propuestas, de ataques, descalificaciones y enconos que a nada nos han conducido, durante muchas dècadas, que no haya sìdo a la pobreza, al hambre, a la inseguridad y a infinidad de carencias y por supuesto, al enojo, la rabia, el desànimo y la derrota total.
El futuro, nos ha alcanzado, se convirtiò en pasado y no nos dimos cuenta. Requerimos de un cambio revolucionario en Mèxico, no de simples y ramplonas reformas o de propuestas irrealizables, para las cuales ni existe presupuesto, ni el tiempo necesario para llevarlas a cabo. El verdadero y autèntico cambio, debe de ser radical de acuerdo a las ruinas en que deambulamos a diario, la mayorìa de los mexicanos. Requerimos de una gran UNIDAD NACIONAL que involucre a todas las fuerzas activas y combativas del paìs que redacte EL PLAN DEL MEXICO DEMOCRATA HUMANISTA y que convoquè a los mejores mexicanos, sean de donde sean, pertenezcan a donde pertenezcan, para entre todos, responsabilizarnos con ese gran plan como promesa cumplida para lo porvenir.
La naciòn, està en peligro. Es la sociedad civil organizada la indicada para reunir a los contrarios y guiar a la Patria por sobre todos los enmarañados interèses, que en el segundo debate quedaron muy claros. Es tiempo para hacer un alto total y como toda la sociedad està en peligro, debido a los locos que la pretenden gobernar y a sus ridìculas, fantasiosas e irrealizables propuestas, exigir que se SUSPENDAN LAS ELECCIONES y que LA SOCIEDAD CIVIL ORGANIZADA, asuma todo el poder, mediante la gente pensante y acadèmica, para redactar EL PLAN DEL MEXICO DEMOCRATA HUMANISTA, mismo que una fuerza polìtica seleccionada por los ciudadanos, lleve a feliz termino, iniciando con lo de mayor prioridad para toda la naciòn...
Hay que ir hasta las raices del mal, arrancarlas de tajo, requerimos en estos graves momentos, de mucho màs audacia, de mucha mayor pasiòn, de sacrificar lo ùltimo que nos queda- por tanto abuso permitido-, con la fe de que nuestro triunfo valdrà todos los muertos de toda nuestra penosa y vergonzosa historia.
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