La desgracia y la fatalidad tal parecen hacen su apariciòn para que el pueblo las padezca y las soporte por la eternidad... Por lo menos asì lo piensan las clases pudientes o defensoras de lo establecìdo: ¨Que bueno que exista la gente pobre, porque son a ellos a quienes se les cargan todas las tragedias y los males¨...
Pero, de a de veras, la desgracia y la fatalidad, hoy en dìa, no se pueden dividir tan tajantemente como sucedìa antaño. Ahora, en el mundo de la modernidad, han resurgìdo con tal fuerza, que las compartimos todos, incluso entre paìses y naciones en todo el mundo, ya no sòlo suceden en Africa, o en Africa Latina, sino tambièn en el viejo mundo como en España, Italia, en Grecia, en Estados Unidos, en todo el planeta.
Ya han transcurrìdo muchas dècadas de inmensa presiòn social que han ido acabando con los rasgos màs sobresalientes del comportamiento humano: La desolaciòn y el salvajismo, son el resultado de nuestras deficiencias, de nuestros descuidos e indiferencia. Hemos hecho uso de la libertad para actuar sin freno en circunstancias muy apremiantes de las mayorìas, proyectando las peores posturas del comportamiento humano. Muchos, se han visto exhibidos y casì aniquilados, por la desverguenza de los seudodirigentes que se disfrazan de corderos, cuando resultan ser unos verdaderos lobos rabiosos que dirigen sus ataques hacia todos aquellos que resultan ser ingenuos e inocentes. El panorama, cada dìa, resulta màs desolador y doloroso, y sobre todo, porque obedece a deficiencias procedentes y dirigidas desde nuestra propia naturaleza, mal llamada humana. Ya se ha causado y provocado mucho dolor a nuestros semejantes, motivado por la insensata bùsqueda del poder y de la defensa de un conjunto de interèses creados que carecen absolutamente de un contenido espiritual, ètico y moral. Somos totalmente pigmeos canibalèscos, asì ¿ Hacia adònde nos dirigimos?
Que duda cabe, nos hemos convertido en actrices y actores frìos, astutos y calculadores. No somos capaces de ver màs que lo que favorece la existencia propia. La maldad es lo que rige las relaciones interpersonales y eso, incluso, se ha instituìdo como algo muy natural o normal, ya forma parte de nuestros comportamientos.
El ceder o aceptar la idea o postura de un competidor u opositor, es visto como aberrante o como bizarro, sobre todo por quienes detentan el poder o la riqueza, en ellos, prevalece y reina una gran indiferencia hacia la desgracia, el dolor y el sufrimiento de las grandes mayorìas. Las clases poderosas, viven instaladas en un letargo espiritual, aunque todos ellos se consideren partidarios de contenidos cristianos y se vivan instalados en el mismisimo lugar de donde se supone surgen esos preceptos, como ha sucedido con el mayordomo del sumo pontifice. Al papa, se le olvidò que las calumnias, las intrigas y la corrupciòn, nada tienen que ver con Dios. La historia humana transita por otras vìas, por otros caminos e interèses muy ajenos a la ayuda y presencia Divina, que tienen que ver màs que nada con el inamovible temperamento humano que no acepta ni permite pronòstico alguno. Asì fue como èl mismo,el santo padre, arribò al supremo poder de la Iglesia Catòlica
Es muy necesario, ayudarnos unos a los otros, pese a nuestros inhumanos lìmites. Debemos ayudarnos en vez de enfrentarnos. Requerimos de mayores instrumentos guìas que hagan màs prudente nuestro presente y nuestro futuro.
Si los partidos y los polìticos, no se hacen de mejores herramientas guìas, entonces estaremos expuestos a la confusiòn. Las personas dirigentes ordinarias, jamàs sabràn hacer comprender a las mayorìas de sus gobernados la diferencia entre corrupciòn y recto accionar, entre engaño y limpieza, entre manipulaciòn y bondad, entre maldad y buen vivir, entonces la humanidad no tendrà ningùn futuro digno de menciòn. Ahora, màs que nunca, se requiere de hacer el mejor esfuerzo para alcanzar el ideal de vivir de acuerdo a lo verdadero, de acuerdo a la verdad y al recto vivir liberador.
Una actividad parlamentaria o polìtica enrriquecida de sensibilidad humana, al servicio del buen vivir, serìa la ùnica vìa para desviarnos del sombrio final que a todas luces nos espera a todos.
En verdad, màs allà de los interèses polìticos y de la lucha por el poder, permitimos que unos cuantos agotaràn lo que la naturaleza nos habìa brindado, todo por su simple deseo desmedido de pingues ganancias monetarias. A esa minorìa enloquecida y altamente enferma la descuidamos: Rìo revuelto, ganancia de pescadores...Permitimos que los inhumanos adinerados, las mafias y los traficantes, hicieran de las suyas. Les permitimos que sus estùpidos deseos crecieran desmedidamente, la polìtica, los polìticos y las leyes, se reencuadraron para la explotaciòn de todos a cambio de sobornos y corruptelas. Y ahora, no encontramos el camino de retorno ni tenemos la menor idea de hacia dònde nos dirigimos, no sabemos como orientarnos de nueva cuenta.
En el mundo actual, ya todo es artificial, digital y virtual. Nadie encuentra satisfacciòn con nada. Ya lo he mencionado en otras ocasiones: Dios ya nos ha abandonado a todos, se harto de tanto absurdo. Todo indica que, ahora màs que nunca, estaremos perdidos por un buen y largo tiempo. Estamos viviendo la ruina plena de la vida humana, somos presas de la avaricia, la corrupciòn, la mentira, las imposturas y la locura misma. Nuestra vida espiritual, està hecha añicos: Todo es superficial, la cultura y la educaciòn muy pobres, difusas y decadentes. Somos producto de falsas promesas polìticas y de informaciòn vanal que a nadie enrriquecen, nuestra vida espiritual se encuentra disminuìda, reducida y muy estancada, nos ahoga la decadencia y el constante ruido de cuestiones deportivas insulsas, que cada dìa nos tornan en seres màs pobres y empobrecidos. La tristeza y el desasòn que nos han provocado los seudodirigentes polìticos, nos tienen sumidos en un inmenso dolor en nuestros corazones, el cual nos sofoca y nos provoca una gran inseguridad espiritual a cada instante de nuestras vidas.
Los polìticos y sus politiquerias, sòlo hablan de una lucha en favor de interèses partidistas. Todo en ellos, es una lucha en busca de cosas materiales y de poder, tratan con ello de ocultar su propia decadencia y de todo hacen un barullo para evitar reconocer la derrota de sì mismos y del mundo que permitieron que otros malechores edificaran a sus costillas y en su nombre.
¿ Ustedes creen que el mundo està viviendo para ver que sucede en unas malditas elecciones mexicanas o lo que se les ocurra hacer a un puñado de jovenes estudiantes inquietos, divididos y programados que poco dimensionan?
¿Ante un mundo como el actual, que nadie en otros siglos pudiese haber pronosticado, en donde se tiene el don de prolongar la vida, pero que se ha perdido la armonìa con la cual fuimos creados, nadie puede hacer nada?
Es mentira, el bullicio del absurdo si puede ser detenido por todos en conjunto, en la comun-uniòn. Debemos simplemente no perdernos en las confusiones que pretenden crear los polìticos, sino luchar a brazo partido entregàndonos hasta la muerte digna. Deberemos dominarlos a ellos en aras de los interèses esencialmente humanos: Nuestra grandiosa capacidad espiritual. Deberemos de dejar de ser juguetes y hacer hasta lo imposible por aplicar formas y mètodos de orientaciòn, hacia el retorno de nuevos paradigmas que perpetuen el bienestar de las grandes mayorìas. En Mèxico, hay que convertirnos en una sociedad mexicana menos distraìda, menos desconcentrada y menos dividida, polarizada y fragmentada, pase lo que pase y suceda lo que suceda. En nuestra patria, es momento de ir màs allà de los partidos polìticos y retornar a la armonìa interna, equilibrando, con nuevas guìas, nuestro ser espiritual y nuestro ser social. Si habremos de morir, que sea con una actitud clara y tranquila por haber entendido el mundo que nos rodeaba y que construìmos entre todos, jamàs irnos en la confusiòn en que nos instalaron los traicioneros, los judas de la patria, esa gran patria que nos viò nacer lìmpios, honestos y humanos.
¡ MUERA LA IGUALDAD EN LA POBREZA Y LAS CARENCIAS. ESPACIO, ALIMENTO, VESTIDO, SALUD Y EDUCACION PARA TODOS Y CADA UNO DE LOS MEXICANOS Y HABITANTES DEL MUNDO ! ¡ FIRMES Y DIGNOS !
Pero, de a de veras, la desgracia y la fatalidad, hoy en dìa, no se pueden dividir tan tajantemente como sucedìa antaño. Ahora, en el mundo de la modernidad, han resurgìdo con tal fuerza, que las compartimos todos, incluso entre paìses y naciones en todo el mundo, ya no sòlo suceden en Africa, o en Africa Latina, sino tambièn en el viejo mundo como en España, Italia, en Grecia, en Estados Unidos, en todo el planeta.
Ya han transcurrìdo muchas dècadas de inmensa presiòn social que han ido acabando con los rasgos màs sobresalientes del comportamiento humano: La desolaciòn y el salvajismo, son el resultado de nuestras deficiencias, de nuestros descuidos e indiferencia. Hemos hecho uso de la libertad para actuar sin freno en circunstancias muy apremiantes de las mayorìas, proyectando las peores posturas del comportamiento humano. Muchos, se han visto exhibidos y casì aniquilados, por la desverguenza de los seudodirigentes que se disfrazan de corderos, cuando resultan ser unos verdaderos lobos rabiosos que dirigen sus ataques hacia todos aquellos que resultan ser ingenuos e inocentes. El panorama, cada dìa, resulta màs desolador y doloroso, y sobre todo, porque obedece a deficiencias procedentes y dirigidas desde nuestra propia naturaleza, mal llamada humana. Ya se ha causado y provocado mucho dolor a nuestros semejantes, motivado por la insensata bùsqueda del poder y de la defensa de un conjunto de interèses creados que carecen absolutamente de un contenido espiritual, ètico y moral. Somos totalmente pigmeos canibalèscos, asì ¿ Hacia adònde nos dirigimos?
Que duda cabe, nos hemos convertido en actrices y actores frìos, astutos y calculadores. No somos capaces de ver màs que lo que favorece la existencia propia. La maldad es lo que rige las relaciones interpersonales y eso, incluso, se ha instituìdo como algo muy natural o normal, ya forma parte de nuestros comportamientos.
El ceder o aceptar la idea o postura de un competidor u opositor, es visto como aberrante o como bizarro, sobre todo por quienes detentan el poder o la riqueza, en ellos, prevalece y reina una gran indiferencia hacia la desgracia, el dolor y el sufrimiento de las grandes mayorìas. Las clases poderosas, viven instaladas en un letargo espiritual, aunque todos ellos se consideren partidarios de contenidos cristianos y se vivan instalados en el mismisimo lugar de donde se supone surgen esos preceptos, como ha sucedido con el mayordomo del sumo pontifice. Al papa, se le olvidò que las calumnias, las intrigas y la corrupciòn, nada tienen que ver con Dios. La historia humana transita por otras vìas, por otros caminos e interèses muy ajenos a la ayuda y presencia Divina, que tienen que ver màs que nada con el inamovible temperamento humano que no acepta ni permite pronòstico alguno. Asì fue como èl mismo,el santo padre, arribò al supremo poder de la Iglesia Catòlica
Es muy necesario, ayudarnos unos a los otros, pese a nuestros inhumanos lìmites. Debemos ayudarnos en vez de enfrentarnos. Requerimos de mayores instrumentos guìas que hagan màs prudente nuestro presente y nuestro futuro.
Si los partidos y los polìticos, no se hacen de mejores herramientas guìas, entonces estaremos expuestos a la confusiòn. Las personas dirigentes ordinarias, jamàs sabràn hacer comprender a las mayorìas de sus gobernados la diferencia entre corrupciòn y recto accionar, entre engaño y limpieza, entre manipulaciòn y bondad, entre maldad y buen vivir, entonces la humanidad no tendrà ningùn futuro digno de menciòn. Ahora, màs que nunca, se requiere de hacer el mejor esfuerzo para alcanzar el ideal de vivir de acuerdo a lo verdadero, de acuerdo a la verdad y al recto vivir liberador.
Una actividad parlamentaria o polìtica enrriquecida de sensibilidad humana, al servicio del buen vivir, serìa la ùnica vìa para desviarnos del sombrio final que a todas luces nos espera a todos.
En verdad, màs allà de los interèses polìticos y de la lucha por el poder, permitimos que unos cuantos agotaràn lo que la naturaleza nos habìa brindado, todo por su simple deseo desmedido de pingues ganancias monetarias. A esa minorìa enloquecida y altamente enferma la descuidamos: Rìo revuelto, ganancia de pescadores...Permitimos que los inhumanos adinerados, las mafias y los traficantes, hicieran de las suyas. Les permitimos que sus estùpidos deseos crecieran desmedidamente, la polìtica, los polìticos y las leyes, se reencuadraron para la explotaciòn de todos a cambio de sobornos y corruptelas. Y ahora, no encontramos el camino de retorno ni tenemos la menor idea de hacia dònde nos dirigimos, no sabemos como orientarnos de nueva cuenta.
En el mundo actual, ya todo es artificial, digital y virtual. Nadie encuentra satisfacciòn con nada. Ya lo he mencionado en otras ocasiones: Dios ya nos ha abandonado a todos, se harto de tanto absurdo. Todo indica que, ahora màs que nunca, estaremos perdidos por un buen y largo tiempo. Estamos viviendo la ruina plena de la vida humana, somos presas de la avaricia, la corrupciòn, la mentira, las imposturas y la locura misma. Nuestra vida espiritual, està hecha añicos: Todo es superficial, la cultura y la educaciòn muy pobres, difusas y decadentes. Somos producto de falsas promesas polìticas y de informaciòn vanal que a nadie enrriquecen, nuestra vida espiritual se encuentra disminuìda, reducida y muy estancada, nos ahoga la decadencia y el constante ruido de cuestiones deportivas insulsas, que cada dìa nos tornan en seres màs pobres y empobrecidos. La tristeza y el desasòn que nos han provocado los seudodirigentes polìticos, nos tienen sumidos en un inmenso dolor en nuestros corazones, el cual nos sofoca y nos provoca una gran inseguridad espiritual a cada instante de nuestras vidas.
Los polìticos y sus politiquerias, sòlo hablan de una lucha en favor de interèses partidistas. Todo en ellos, es una lucha en busca de cosas materiales y de poder, tratan con ello de ocultar su propia decadencia y de todo hacen un barullo para evitar reconocer la derrota de sì mismos y del mundo que permitieron que otros malechores edificaran a sus costillas y en su nombre.
¿ Ustedes creen que el mundo està viviendo para ver que sucede en unas malditas elecciones mexicanas o lo que se les ocurra hacer a un puñado de jovenes estudiantes inquietos, divididos y programados que poco dimensionan?
¿Ante un mundo como el actual, que nadie en otros siglos pudiese haber pronosticado, en donde se tiene el don de prolongar la vida, pero que se ha perdido la armonìa con la cual fuimos creados, nadie puede hacer nada?
Es mentira, el bullicio del absurdo si puede ser detenido por todos en conjunto, en la comun-uniòn. Debemos simplemente no perdernos en las confusiones que pretenden crear los polìticos, sino luchar a brazo partido entregàndonos hasta la muerte digna. Deberemos dominarlos a ellos en aras de los interèses esencialmente humanos: Nuestra grandiosa capacidad espiritual. Deberemos de dejar de ser juguetes y hacer hasta lo imposible por aplicar formas y mètodos de orientaciòn, hacia el retorno de nuevos paradigmas que perpetuen el bienestar de las grandes mayorìas. En Mèxico, hay que convertirnos en una sociedad mexicana menos distraìda, menos desconcentrada y menos dividida, polarizada y fragmentada, pase lo que pase y suceda lo que suceda. En nuestra patria, es momento de ir màs allà de los partidos polìticos y retornar a la armonìa interna, equilibrando, con nuevas guìas, nuestro ser espiritual y nuestro ser social. Si habremos de morir, que sea con una actitud clara y tranquila por haber entendido el mundo que nos rodeaba y que construìmos entre todos, jamàs irnos en la confusiòn en que nos instalaron los traicioneros, los judas de la patria, esa gran patria que nos viò nacer lìmpios, honestos y humanos.
¡ MUERA LA IGUALDAD EN LA POBREZA Y LAS CARENCIAS. ESPACIO, ALIMENTO, VESTIDO, SALUD Y EDUCACION PARA TODOS Y CADA UNO DE LOS MEXICANOS Y HABITANTES DEL MUNDO ! ¡ FIRMES Y DIGNOS !
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