LA FELICIDAD

Se dice que la vida, para la gran mayorìa de la gente, del sexo que sea, es todo un enigma. Representa algo asì como un rompecabezas muy difìcil de armar. En muchas ocasiones, inclusive, se desconoce la portada, lo cual complica màs el ensamblaje. Mucha gente nace, vive y muere, sin siquiera saber para que estaba diseñada o hacia donde dirigir sus pasos: Las piezas de su rompecabezas jamàs supieron donde iban y las trataron de instalar donde fuera y de manera muy forzada.

Ese tipo de acciones generan una gran angustia y se cae en el cìrculo vicioso educativo de que nadie  enseña a vivir y por ende se hacen las cosas de manera absurda y como los resultados son igual de absurdos, entonces, se vive una vida forzada, llegando la gente a convertirse o ser señalada, como tarada y absurda, dando la impresiòn de llenarse de un conjunto de tareas que los distraen evitando a toda costa vivir, sin siquiera saber si han hecho lo suficiente en sus existencias: La desgracia siempre fue mi compañìa favorita y mi aspiraciòn mayor, un bello y agradable infierno terrenal!!

-Pero, ¿ què ha pasado?
-¡Lo peor que te puedas imaginar!
Los dos viejos homosexuales palidecieron. No querìan dejarse arrastrar por el enojo que los pudiese conducir a consecuencias imprevisibles. Uno de ellos, quiere confirmar la gravìsima escena que ha imaginado. Pregunta con voz ronca pero con mirada tierna:
-¿ Han abusado de tì?
-¡No seas imbècil! -muy enfadado-. No supe contestar si era feliz o no y me puse a llorar.
- ¿Quièn te lo ha preguntado, cariño? ¡Ese viejo asqueroso! ¿ Por què?
-No lo sè, pero me destruyò por completo.
-¿Què te destruyò?- repite su compañero muy sorprendido-. ¿Còmo?
-En primer lugar me despidiò de mi empleo...
-¿Por no saber contestar esa patraña?
-¿ Què? Si es muy posible- saca un pañuelo de la bolsa de su pantalòn y se suena-. Y ademàs me ha dicho que no me haga ilusiones de  conseguir una buena jubilaciòn, que perderè el tiempo tratàndola de cosneguir...
-¡¡No!!- exclama perplejo el otro viejo.
.Si, mi amor- hace una pausa de unos segundos y suspira profundamente-. Todo eso me dijo ese cerdo y muchas otras cosas màs que ya no recuerdo, pero que me dolieron mucho...
-¡Què miserable tipo ese! - dijo muy indignado.
-Esto es lo màs duro que me han hecho en toda mi larga vida. ¡Correrme de mi empleo, por no saber contestar acerca de la felicidad!- sus ojos se le llenaron de lagrimas.
-Bueno- tratò de consolarlo cariñosamente su compañero-. La verdad es que nunca te diste cuenta de con quièn trabajabas. Siempre fuiste muy optimista y hasta ingenuo.
-¿ Tampoco tù crees en mì?-lloriqueaba y suspiraba profundamente. Piensas como ese viejo estùpido, engreido que soy una maldita porquerìa ignorante,¡Una mierda! -gritò enfurecido.
-No querido. No pienso eso, sino que en todos los trabajos, si no eres recomendado, tarde o temprano, te pueden correr. Yo sin ser tan optimista como tù, siendo màs realista, siempre supuse que no durarìas  mucho tiempo ahì, y mira te aguantaste  casì 15 años- tratò de suavizar el asunto-. Pero tampoco pense que te fueran a hacer una canallada como esta, y ademàs insultarte y sobre todo por no contestar esa tonterìa...
-No me insultò.
-¿ Còmo que no ?- se incomodò mucho su compañero-. Dijiste hace unos momentos que tu jefe lo habìa hecho...
-Si, claro. Pero lo has interpretado mal...
-¡¡No!!- gritò perplejo.
-Si, cariño.
-Estas empezando a tener otra vez fallas de memoria ¿ verdad?- se enfadò.
-Figuraciones tuyas.
-¡Nada de figuraciones!- le reclamò airadamente-.Tu dijiste lo que dijiste-protestò acaloradamente. Tù mismo empezaste contandome que por no sber contestar si eras o no feliz, tu jefe te habìa insultado y corrido del empelo, ¿ Fue asì o no?
-Yo no te he dicho eso -protestò con energìa.
-Pero, ¿ que estàs dicèndome ahora?- muy asombrado.
-Que la verdad, es que ya todo se me olvida y que si, no supe contestar, porque no me acordè de nada acerca de la felicidad y llorè porque no sè que he vivido, ni para què me sirve lo que he vivido...
-¡Acabaramos! la felicidad esta relacionada con ponerse de acuerdo con uno mismo y con sus semejantes, que sacrificio vivir contigo...