viernes, 25 de abril de 2014

CAMINO CLARO

“En la clínica de ¨ Zazil be¨ nadie creía que en tan corto tiempo, sembrando valores humanos y haciendo uso de los arquetipos, los adictos se rehabilitarían”. 


Esta es una historia verdadera en mi experiencia clìnica que me parece muy digna de ser contada.  

Vayamos al principio: 

La Clínica de Rehabilitación se encuentra instalada a las orillas de una bellísima laguna de agua caliente y dulce de 7 colores, en el Sureste Mexicano: La Laguna de Bacalar. 

Fui invitado para dirigir ese Centro de Salud. El día de mi presentación oficial con el personal fueron despedidos varios empleados por parte del director general. Parecía que reinaba el desorden, la incomodidad y la apatia en ese lugar... 

Más adelante, tuve la oportunidad de relacionarme con los pacientes y conocer más de cerca sus preferencias adictivas. Lo que escuché fueron quejas y acusaciones de que el personal vivía peleando entre sí, y que a ellos los descuidaban, prestàndoles una atenciòn deficiente. 
  
No había tiempo para discusiones. Los pacientes estaban a escazos días de ser dados de alta.  Organicé de inmediato una junta de sensibilización entre los pacientes y todo el personal para que se sinceraran y limaran sus asperezas. El perdón surgió una dinámica màs sincera se puso en marcha en la clìnica.. 
Presenté al personal un sistema de trabajo basado en los valores humanos y en el manejo de los arquetipos que me incluían a mi como ejemplo: “Por favor hagan lo que yo hago, si trabajo bien, háganlo Ustedes y si me ven haciendo mal las cosas, así háganlas tambièn. Me encomendé a la  Divinidad  y procedí a realizar mis estratégias de inmediato. 

Yo era el primero en levantarme a las 6:30 AM. Mi oración  matutina la  realizaba  en la capilla y hacia sonar la campana para dar aviso a todos de que las labores en la Instituciòn ya habían iniciado. 

A esa hora, invitaba a los pacientes a la laguna para saludar y agradecer al ¨Padre Nuestro¨ que está en el Cielo y que con su luz nos otorga el alimento de todos los días... 

Dentro de la laguna había una roca, ahì me ubicaba y desde ese lugar, ellos me observaban en la orilla.  Yo improvisaba diariamente una charla acerca de temas de la vida y trataba de inculcarles el amor a ellos mismos y a su prójimo, motivándolos a realizar tareas humanitarias que los realizaran e hicieran sentir bien... 

Momentos despuès nos trasladabamos al gimnasio  y ahí, ya nos esperaba la maestra Lupita, nuestra entrenadora fìsica. Trabajábamos nuestro cuerpo 45 minutos. Entre ejercicio y ejercicio metía algunas frases por sorpresa que nos auxiliaban para convertirnos en seres distintos y mejores...Eran palabras de aliento y logro, que les gritaba con mucha fuerza para que sus subconscientes las grabaràn...Se duchaban y cambiaban de atuendo, para dirigirse a la zona del comedor.  

En el tiempo de los alimentos, mi plan de trabajo incluía agradecer siempre a la Divinidad por nuestra comida y a sus familias por el esfuerzo que realizaban para cubrir el costo de las mismas ...En el comedor, nos esforzabamos por hacer surgir momentos de sana conviviencia, aprendiendo a disfrutar de la música y la conversación entre todos. Cada uno narraba alguna anécdota positiva de su vida. Entre todos alzabamos y limpiabamos el comedor. Se trataba de crear momentos de gran sensibilidad y de trabajo en equipo que se pudieran convertir en huellas inolvidables en sus vidas. La chef Manuela fue la primera en atendernos cariñosamente. Era una gran mamà con un estilo protector, pero al mismo tiempo, buena  guìa y orientadora, diseñada para ayudar a sus semejantes... 

Yo entraba a todas las sesiones terapeúticas y motivaba a todos a realizar preguntas. Mis aportaciones  eran siempre tendientes a reflexionar sobre la pérdida de voluntad y de cómo empezar a desear motivos espirituales, por sobre cosas materiales, dejando de lado las programaciones del falso èxito, el poder y la prepotencia... 

En el cine-debate, le sugerí a la terapeuta Marijosé que incluyera películas que abordasen temas de superación personal, de lucha contra el mal y lo vil. La película El Gladiador “ les fascinó...Todos se sentìan Maximus... 

Las tardes se usaban para estudiar y precisar los 12 pasos de AA, con el maestro Urbano, un alcohòlico regenerado. Ahí solo clarificaba algunos de los puntos polémicos reforzando la idea de la existencia de un ser supremo por sobre todas las cosas...El trabajo màs fuerte consistìa en la aceptaciòn de su enfermedad...Urbano hacia acopio de fuerzas para soportar todas las resistencias de los pacientes a quienes a final, de cuentas lograba auxiliar...Eran sesiones de gran controversia e inclusive de agresiòn verbal... 
  
La maestra Ñita nos enseñaba yoga y meditación. Yo los  auxiliaba a visualizar un hermoso territorio donde a través de su respiración podían sentirse saludablemente protegidos y amorosamente aceptados en sus mentes y trataba de conducirlos hacer los cambios que deseasen en sus vidas, mediante el uso de su imaginaciòn creativa...Ñita trabajaba sus cuerpos con las asanas y los motivaba a dejarse ir en sus mentes, sintièndose libres de todo atavismo. Ñita y su esposo Shiva( que me auxiliaba desinteresadamente, sin paga alguna, a liberar de la clìnica a los pacientes ), habìan convivido durante un buen tiempo con Osho y Muktananda en la India y Nueva York...Ellos fueron unos excelentes instructores... 

Establecí un cierre de la jornada. Se llevaba a cabo en los dormitoriosSe traba de precisar el sentido que ese día había tenido para los pacientes...Todos hablaban de sus experiencias y de sus sentimientos antes de dormir...El anàlisis de los sueños a la mañana siguiente, en las sesiones terapeùticas, era un poderoso elemento de diagnòstico y nos hacia ver y comprender al personal tècnico, como ibamos procediendo en los tratamientos... 
  
 El ambiente en la clínica se saneó vertiginosamente, reinó la concordia, el compañerismo y  la ayuda mutua entre pacientes y  estos, con el personal tècnico. Todos eramos gente en búsqueda de sentido, bienestar y sobre todo de amor...Fuimos capaces de integrar una comunidad de iguales y de hermanos en muy breve tiempo...La sinceridad, la humildad y la espontaneidad se hicieron presentes...  

Dos días antes de dar de alta a los pacientes, organicé una fiesta familiar con el pretexto del 15 de septiembre, fecha de la Independencia de Mèxico. Manuela y yo preparamos la cena mexicana con tostadas y pozole. Fue un encuentro humanamente hermoso, donde todos los familiares fueron testigos de la salud alcanzada por sus seres queridos en tratamiento..El grito de Independencia fue dado en la capilla por los pacientes al repiquetear de la campana “¡Muera el sistema de corruptos y deshonestos que tanto daño nos hicieron! ¡ Mueran los malditos que nos manipulan y nos explotan! ¡Vivan nuestros seres queridos que nunca nos han fallado!... 

Los pacientes dos días después fueron dados de alta, pero no por mi, sino por Shiva a quièn encarguè de ellos. Yo fui despedido por el director general después de la fiesta por haber faltado a los reglamentos de la clínica que la prohibían por haber puesto en tela de juicio al personal tecnico, en la junta confrontativa con los pacientes...Un mes despuès, el director general fue despedido por el Consejo Superior, por haber hecho uso indebido del dinero de la Fundaciòn... 

Agradezco al creador la gran oportunidad de servir a mis semejantes, lo demás poco me importa. ¡Gracias Padre, por mi camino claro, soy tu eterno servidor!!!  

Paco, Saúl, y Toñita se recuperaron satisfactoriamente. No han presentado recaída alguna. Sergio se tiene documentado, recayó y quizas eso haya sido debido a la inquietud de su corta edad y a que nuestro sistema judicial y legislativo no acaba de encontrar la manera de combatir el infernal flagelo que representa el narcotráfico en nuestro país.

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