miércoles, 22 de agosto de 2012

LOS FANTASMAS

¿Existen los fantasmas ?

Quiènes se emepecinan en ver sòlo una cara de la moneda de la vida, estaràn siempre destinados a entenderse y comprender el mundo sòlo a medias.

Los niños, antes de la educaciòn impositiva, autoritaria y castradora que se les proporciona, haga su apariciòn, no hacen distinciones entre el pensamiento razonado y el màgico, su mente es absorvente, no hace diferencias entre el adentro y el afuera todo lo capta y procesa. Se viven en un continuo y permiten que la vida fluya movièndose como  peces en el agua, emitièndo acciones naturales y espontàneas a cada momento de su existencia. Es decir, todo lo convierten en juego, experimentando todas sus actividades para que se enrriquezcan, se asombren y se diviertan muchisisisimo. La actividad lùdica de los infantes, es al revès de lo que ocurre con los adultos, quiènes la mayorìa, se la viven aplastados en sus trabajos o vièndo la televisiòn donde sòlo son simples espectadores de lo que hacen los otros.

Los niños, en su continuum vital se dejan arrastrar sin obstàculos y es por eso que en muchas ocasiones surgen en sus entornos amigos invisibles, siendo capaces de percibir y producir muchos fenòmenos extrasensoriales...

Por otra parte, el materialismo en el que todos estamos instalados- hoy en dìa y desde hace ya muchos, muchos años-, se ha ido conviertièndo en una de las peores pesadillas de la humanidad. Nos hemos convertido en una civilizaciòn al borde de la esquizofrènia, vìctimas de una tecnologìa desmedida que ya pocos entienden como opera y funciona, con las tremendas consecuencias que todo ello conlleva de contaminaciòn, enajenamiento-vivirnos ajenos a nosotros mismos-, rompièndo con los sistemas ecològicos de nuestros demàs hermanos e instalados en una gran esclavitud infrahumana. Ese es nuestro gran mundo que hemos permitido y creado entre todos y del cual muchos, se sienten muy orgullosos de èl. Esta desazòn, proviene, quizàs, de una agresividad desmedida y desorganizada, cuya raìz fundamental se encuentra en nuestras desenfocadas mentes que ahora màs que nunca, cree que las palabras son màs importantes que las cosas en sì; de ahì lo delicado de la manipulaciòn que la mayorìa practica y que todos padecemos.

 Nuestra mente acepta firmemente que los conceptos son màs positivos que la experimentaciòn directa con la realidad, ahì està como gran ejemplo la realidad virtual del mundo artificial y ficticio de la informàtica que trata a toda costa de reemplazar lo que proviene de nuestros interiores, y desde el que se cometen un sin fin de atroplellos y acciones nefastas contra la humanidad, al fin que sòlo se trata de ensayos dirigidos a placer y a modo, nadie siente nada cuando los aplican a la gente.

Ya casi nadie, cree en lo no tangible, en lo no medible y cuantificable, en lo invisible o no verificable, todo eso ha pasado a un tercer plano, carece de valor. El libro del Principito, ya no se le lee a los niños ni a los jòvenes, desconocen que lo esencial de la vida sòlo se ve con el corazòn. Incluso la generaciones recientes,  ni siquiera conocen que el libro exista. Lo mismo podrìamos decir acerca de Juan Salvador Gaviota. Nos hemos convertido en una civilizaciòn de mercaderes, despreciamos el pensamiento màgico y con ello , lo sustancial de nuestras existencias. Hemos reprimido nuestros impulsos irracionales y naturales en beneficio de una civilizaciòn que ya no responde satisfactoriamente a los cuestionamientos esenciales de la vida: ¿Existe el espìritu ?

Los fantasmas, no serìan posibles sin la intervenciòn del espìritu: Energìa impalpable proyectada en actos y acciones en el exterior. Nadie puede burlarse de los ecos que provienen de lo innombrable, del mundo de los misterios, de los personajes de ultratumba, de esos muetos que muchas veces llegan a tener una presencia màs poderosa que los mismos vivos. Son grandes mensajeros entre el ayer y el hoy que recorren el mundo entero y esto condiciona la realidad objetiva, introducièndonos en lo inexplicable para lo cual no tenemos coartada alguna. Los fantasmas son espìritus que existen en la medida en que son vistos y escuchados y engendran miedo, dolor y muerte. Producen ecos en nosotros, nos hacen retroceder en el tiempo hasta sus inicios: Circunstancias morbosas e incomprensibles que consideramos como locura porque son visiones ficticias de la realidad que se convierten en visualizaciones reales. Entes que definen la vida de otros. Cuanto màs vivimos en el pasado, màs nos encontramos con ellos. Cuanto màs convivimos con los muertos, màs vida descubrimos en ese vacìo que debieran de haber ocupado en algùn tiempo y que ahora ya no ocupan: Fantasmas que sòlo los conocemos por referencias indirectas y a veces negativas.

Sin darnos mucha cuenta, vivimos o creemos y de hecho queremos vivir bajo la ley de los muertos y de su sabidurìa: En vez de rehacer el ayer desde hoy, es el pasado el que inventa un presente que nos produce una extraña sensaciòn de temor y congoja, pero tambièn de ternura y placer que nos brinda consistencia vital, dando paso a buscadores àvidos de experiencias humanas màs que de cosas materiales, comprendièndo que el asombro es mucho màs maravilloso que lo medible o cuantificable y que nada sirve si en la vida diaria no existe la posibilidad y la capacidad de sombro en un  mundo donde cualquier cosa puede suceder en cualquier instante o en un abrir y cerrar los ojos.

La existencia o inexistencia de fantasmas, ya no se discute. Quièn los ve y para què los ve, esa parece es la clave del asunto. No importan tanto sus causas, sino los diferentes àngulos de visiòn que admiten su presencia: Fantasmas que simbolizan expresiones exteriores de remordimientos. Fantasmas de sì mismos que se empeñan en ver como serìa uno ahora despuès de tantos errores cometidos. Fantasmas que existen en la medida que los vemos y en la medida en que nos hacen sufrir a diario. Fantasmas de sì mismos màs horribles que todos los demàs. Fantasmas que se llevan dentro y que hay que aprender a tratarlos y a convivir con ellos y sus presencias. Conocerlos es el gran triunfo de la vida: Combate y lucha contra la sombra de nuestros propios temores que nos devuelven la bellisima libertad posible: La del espìritu...

Sin embargo, es un hecho que el  mundo de lo invisible, de lo màgico, de lo intangible, enmarcado en el entorno cientificista virtual  y el asunto de los fantasmas, derivan en la ambiguedad...


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