sábado, 4 de agosto de 2012

LOS IMPOSIBLES

En alguna ocasiòn, le preguntaron a Alejandro Magno que sì disputarìa algùn premio en los juegos olìmpicos, y contestò: "Si, en el caso de que mis rivales fueran Reyes"...

La gran pintura " El Hombre de la Medalla " del inmenso pintor renacentista Botticelli, refleja a una hermosa figura humana, alta, alargada, esbelta de buena estampa, de rostro amable,dulce, de sonrrisa pura, iluminado por una mirada llena de bondad, sutil y evocadora que contempla el mundo con ojos soñadores. Una excelsa figura la cual muestra orgullosa una presea de oro. Imagen pictòrica del renacimiento capaz  de hacer vibrar las màs ùltimas cuerdas del alma humana

Tal pareciera, que el extraordianrio pintor italiano florentino, se hubiese inspirado en la mismisima figura  de Michael Phelps, el màs grande tritòn de todos los tiempos, capaz de enfrentarse en Inglaterra, tanto a reyes como a principes o plebeyos y salir de todas formas, airoso y muy triunfador en tres juegos olìmpicos consecutivos con 22 preseas, 18 de oro, dificilicisisisimas de rebasar en cualquier futuro cercano o lejano. Què orgullo como terrìcola, haber podido ser testigo de semejante hazaña deportiva!!!

Ahora bien, ¿habria que aceptar que ante personajes de esa talla, cualquier otro mundano resultarìa ser menos que un microbio?

Para nada!!! Se trata tan sòlo de personajes que desde un inicio sus cuerpos y mentes empatan con el diseño de la disciplina a la que han decidido dedicarse...De igual manera sucediò ya con Mozart. Desde muy temprana edad, su padre lo ùbico en el estudio y la pràctica de la mùsica. Las mentes de esas personas muy sobresalientes, alcanzan la sincronìa con una gran facilidad, tal parece que todo para ellos resulta muy sencillo de lograr y ademàs lo hacen, con una gran comodidad y hasta lo disfrutan y ademàs les produce fama, reconocimiento y mucho dinero.

Todos, somos portadores de ciertas cualidades y talentos. Pero, para alcanzar resultados òptimos, en nuestras actividades, tenemos que lograr ubicar con  mucha claridad para que estamos diseñados y estructurados. Y resulta que, en la gran mayorìa de los casos, nuestros formadores, lejos de auxiliarnos a definir una ruta, nos complican sobre manera nuestras existencias, al grado de convertirnos en seres muy problemàticos, alejàndos de nuestros origenes reales y autènticos.

Shopenhauer, en uno de sus libros( El mundo como voluntad y Representaciòn ), en 1813, al referirse
a los conocimientos, dijo: " Se trata de sacar o de meter "...

En està cuesta olìmpica inglesa, estamos siendo testigos,de una gran cantidad de rompimientos de records y de verdaderas hazañas deportivas que involucran a  medallistas de muy poca edad. Esto quiere decir, que la preparaciòn no lo es todo, que el tiempo no alcanzarìa para formar a esos verdaderos fenòmenos y mucho menos capacitarlos para que pudiesen obtener tantos y tan difìciles logros. Entonces, Shopenhauer, tenìa razòn, se trata màs de sacar que de meter.

Tanta perfecciòn, no es posible adquirrirla en tan poco tiempo, se trata de gente muy joven.

¿ Còmo se logra o se alcanza esa perfecciòn?

 Hay que entender, que nuestras estructuras orgànicas, son portadoras, por decirlo de alguna manera, de un programa maestro. Ese programa, no sabe de tiempos ni de espacios. Es la conjugaciòn de todo lo que nos han heredado nuestros antecesores. Obedece y oculta una fuerza tenaz, una actividad espontànea, un deseo imperioso, y corresponde a toda nuestra energìa humana. Es anterior, incluso, al intelecto. Es nuestro gran poder interior que nos moldea y da forma. Es la fortaleza que determina nuestro anhelo de vivir. La fuerza que nos impulsa a obtener lo màximo de nuestras vidas. La que nos hace entregarnos sin condiciòn y vivir con plenitud luchando con esfuerzos vigorosos y absolutos. Porque la vida es guerra, lucha, competencia y no pide felicidad, sino oportunidad para ejercer capacidades.

En todo lo que emprendamos, hay que ir al encuentro de nuestra fuerza vital y no hacia el intelecto que representa nuestra superficie. Hay que dejar la corteza, lo exterior e ir hacia nuestro mundo interno en busca de la naturaleza ùltima de nuestros espìritus, para descubrir nuestro programa maestro. No hay que apelar a lo lògico, SINO AL INTERES DE LO QUE NOS MUEVE, A NUESTROS DESEOS!!! HAY QUE PARECERNOS MAS A UN ANIMAL ( Phelps parece un delfin), parescàmonos màs a un animal, para conectarnos con nuestra grandeza victoriosa.

Cuando compitamos, no hay que actuar por reflexiòn, eso nos equivoca. Dejèmonos atraer por lo que sentimos y por lo que nos provocan nuestros instintos. Eso es lo que nos conecta con la fuerza perfectora y modeladora, lo ùnico permanente e inmutable en nosotros.

 Esa energìa interior,  es nuestra gran fuerza que mantiene la continuidad de propòsito, la que da unidad a la conciencia y mantiene juntas todas las ideas y pensamientos acompañàndolos con armonìa continuada. Esa fuerza es el punto de aopoyo del pensamiento y esa fuente de energìa no està en el intelecto y propicia, incluso, los cambios corporales internos que daràn como resultado la unidad compleja que en verdad somos.

La acciòn de nuestros cuerpos es y se da debido a la acciòn de esa energìa que se objetiva en nuestros movimientos y cuando la fuerza energètica sutil se conjuga con un diseño corporal apto, el desarrollo del programa maestro, se alcanza casì de inmediato, obtenièndose asì, verdaderas proezas en cualquier campo y disciplina.

 El triunfo, es expresiòn visible de nuestra energìa interior. Esa energìa no se cansa (como le sucediò a los futbolistas senegaleses y no asì a los mexicanos ), porque la fatiga està en el cerebro, necesita glucosa, alimento. Nuestra energìa sutil, no requiere de descanso es determinaciòn de vivir o de morir en la acciòn misma. Esa fuerza no requiere de acumulaciòn de conocimientos, sino de proyectar contenidos nunca antes adquiridos, nunca antes entrenados, sino sòlo de proyectar nuestra verdadera màgia interna adquirida a lo largo de toda la existencia de nuestra fabulosa especie màs allà de lo que hayamos podido entrenar o capacitarnos.

Si hurgamos hasta la naturaleza ùltima de nuestros espìritus tendremos la llave del mundo exterior, porque la mayor de todas las maravillas, no es el conquistador del mundo, sino el dominador de sì mismo  que alcanza la excelencia en todos los sentidos , porque lo que el hombre hace con esa energìa divina, contribuye màs a su felicidad que lo que posee y porque  esa felicidad que recabamos de nosotros mismos, es mucho mayor que la que obtenemos de nuestro alrededor y sino, pregùntenle al inmenso Michael Phelps para el cuàl  no existen en el mundo acuàtico los imposibles... MUCHAS GRACIAS POR TODAS LAS EMOCIONES Y LAS LECCIONES AMIGO PHELPS,  HASTA SIEMPRE!!!






















































 OPERAR DESDE NUESTROS INSTINTOS

( CONTINUARA...REGRESO EN UN PAR DE HORAS )

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