martes, 24 de julio de 2012

LA TAREA

El destino del ser humano, todo apunta hacìa allà, es la pèrdida de los origenes y el camino de la simulaciòn y la fantasia.

La humanidad entera vive sin un proyecto autèntico de vida, sòlo acontecimientos sueltos por todas partes: Terrorismo, criminalidad, enfrentamientos armados, altos ìndices de corrupciòn e infinidad de virus electrònicos de los cuales hay que estarse cuidando todos los dìas...Estamos dadando la impresiòn de que lo que hacemos y vivimos no tiene planeaciòn y de que nada obedece a un plan de acciòn ordenado y sistematizado que identifique a los terricolas. El mundo entero està envuelto en una gran fragmentaciòn y desarraigo que provoca de manera radical una gran incertidumbre existencial y todo se convierte en inestable, dèbil y vulnerable ante las certidumbres de las mafias criminales y los capos internacionales, quiènes contaminan al planeta todo, a travès de nefastos planes de terrorismo planificado y de amenazas constantes de muerte a una poblaciòn civil desprotegida e indefensa.

Tal parece que carecemos de un centro, de un contexto trascendente que nos auxilie a valorar, comprender y entender tantos eventos destructivos y tan continuos que se viven a diario en todo el orbe. Nos hemos desplazado desde nuestras  màs ìntimas raices històricas, hacia lo meramente superficial y es la indiferencia misma, la apatìa y la irresponsabilidad la que se ha convertido en un hecho universal, donde sòlo obtienen ganancias, nos guste o no nos guste, aquellos que se las han ingeniado para explotar esa situaciòn - sin proyecto y antivida -, hasta el mayor grado posible: La ruina total del espìritu!!! Sì, la falta de autenticidad y la realidad simulada, resultan muy atractivas en el mundo artificial de hoy.

El ser humano actual, posee una resistencia muy fràgil y dèbil para tratar de oponerse a tantos embates y a la contaminaciòn cultural de los paises  màs poderosos. El tiempo del agotamiento y la pèrdida de valores morales y filosòficos autènticos, està llegando a su punto màs àlgido, nos hemos convertido en seres incapaces de extrapolar nuestro pasado en valores vivientes para enfrentar un presente cada vez màs incierto e impredecible. Nuestros comportamientos de aportaciòn cultural y de creatividad fraterna, han disminuìdo y nos hemos convertido en incapaces para reaccionar de manera pronta y eficaz ante los retos de la modernidad y de sus excesos: Gozamos de un gran libre albedrio, pero tambièn nos hemos convertido en muy indiferentes y distantes.

Nadie, ningùn lìder mundial actual, llega a nada con demasiada profundidad. El futuro està cancelado, la ficciòn se ha convertido en realidad, vivimos huyendo de ella, idealizàndola, dando paso a la sinrazòn, a lo leve y ligero, a la fantasìa, a la pèrdida de valores, a la indiferencia, al no compromiso, a la alteraciòn del discurso y del lenguaje, construyendo espejos de nuestra propia decadencia; en sìntesis, estamos dando paso a la muerte de nuestra propia cultura y de nuestra civilizaciòn: Las cosas materiales representan y son la felicidad misma.

Hay que hacer nuestros mejores esfuerzos para retornar, urgentemente, a sentir pena, compasiòn, a practicar la humildad, la bondad, a elevar nuestra sensibilidad y erotismo y el amor y alejarnos, conscientemente, que no con indiferencia, de un mundo que como un puñado de cristales en explosiòn, se clavan en nuestros cerebros atrofiando nuestros sentidos y alterando nuestro subconsciente creativo.

Esa es la tarea cultural universal a la que todos nos debemos de enfocar, para recuperar nuestro poderìo de autenticidad y nuestros origenes centrales y extrapolarlos al presente para combatir los caminos de la simulaciòn y de la muerte indigna, antes de que sea demasiado tarde y los peores sueños se conviertan en realidad dentro de la ruta de lo aparente y la fantasia...

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