lunes, 18 de junio de 2012

CAMILA

Entonces què debo hacer?- me preguntò.
-Nada- le respondì-. Yo me ocuparè de todo lo necesario. Ya has hecho bastante para ser tan joven. Ademàs, tù corres màs peligro que nadie. Regresa inmediatamente al auditorio y no vuelvas màs a Ciudad Universitaria. Confùndete entre la gente. Yo darè las explicaciones necesarias a las autoridades que me aborden...

No existìa otra opciòn. Aquella noche del 31 de junio tuvieron lugar cuatro asesinatos y tres muertes misteriosas en el Distrito Federal. Todas ellas relacionadas con el movimiento estudiantil. Las autoridades no daban autentica pista de los atentados. Se concretaban a especular que habìan sido ataques de grupos antagònicos a la ideologìa de izquierda y que habìan emanado de los propios recintos universitarios. Encontraron cerca de los cadaveres, libros de varios pensadores: Kristeva, Lacan, Foucault, Derrida, Barthes, Lyotard...De este ùltimo autor, dicen que habìa una nota que hablaba sobre la ilusiòn de la actividad polìtica y que la liberaciòn de la humanidad era un mito, basado en interpretaciones incapaces de ver el vacio. Daba como ejemplo el colapso del bloque soviètico, el cual debido al avance en el conocimiento cibernètico, se habìa evaporado por la historia misma...El caso se declarò irresoluto por parte de las autoridades y asì se quedò.

Nada, ni nadie, impedirìa al gobierno la dinàmica civica de las votaciones del 1 de Julio. Les urgìa imponer a su candidato a toda costa. Ningùn evento les obstaculizarìa la escenografìa de la jornada electoral de donde emanarìa el principal dirigente del paìs.

La mayorìa de las Universidades se habìan convertido en las trincheras de la lucha por el cambio.
El 1 de julio, muy temprano, acababa de prepararme unos huevos con jamòn de pavo y pan tostado, para desayunar, cuando alguien llamò a la puerta de mi departamneto. Era uno de los combatientes:
-He venido a comunicarte algo-me dijo.
Lo invitè a pasar y le ofrecì algo de comer. Devorò todo lo que le puse en su plato, lo hizo con tal rapidez que le era imposible hablar mientras engullìa de todo al mismo tiempo. Esperè hasta que hubo terminado, que no fue mucho rato.
-¿ Y bien ?-le preguntè con urgencia.
Se limpiò la boca con su manga andrajosa. Tenìan ya màs de dos meses en pie de lucha en la Universidad, los perseguìan a cada momento y nos les alcanzaba para nada, ni tenìan tiempo para asearse.
-El Juanito y Carlitos- me dijo de manera apresurada-, obtuvieron informaciòn confidencial de los Pinos y aseguran que pase lo que pase en las votaciones, van a imponer a la ¨ Señora ¨...
-¿Se sabe còmo lo haràn?-. Preguntè con desconcierto. Si esa mujer quedò muy rezagada en las encuestas. Nadie les va a creer ese cuento.

Me incorporè, asomàndome por la ventana. Un auto se alejaba de mi vista calle arriba. Le dije a mi compañero que deberìamos irnos de ahì, porque de un momento a otro podrìan localizarnos. Le preguntè si creìa que lo habìan seguido a èl. A mi me vigilaban mañana, tarde y noche. Me volvì a asomar a la ventana y me asegurè que no.
-Vienes conmigo?
-Sì
-Pues ya està...
-Pero...¿Adònde?
-¡A la frontera!!! ¿Què otra? Todo està del carajo y si como dices, que van a imponer a esa señora,y serà a la de a guevo, ¿no? Entonces todos van a ser perseguidos y se van a desperdigar apenas empiecen los madrasos.
-Pero ¿Por què hasta allà?
-Porque allì hay una gran historia. Todos van a correr para allà y ahì vamos a estar nosotros.
-Pues, entonces, juega. Tù dices y ordenas. Cuàndo salimos?- preguntò  mi compañero levantàndose.
-Despuès de unos tragos matutinos que nos vamos a echar en una cantinita del centro-le dije al tiempo que saliamos del departamento.
-Perfecto-contestò de inmediato-, ya conozco esa cantinita...

En el paìs, todo era muerte acà y allà, en los pueblos, en las veredas, en los recodos de los montes,en las carreteras, en las ciudades. Muerte por todas partes y mucha gente no querìa verla màs. Los mexicanos estaban muy espantados. La muerte se habìa convertido en baleadora, los ak 47 escupìan balas diariamente por todo el territorio patrio. Las metralletas de un sòlo gatillazo, ponìan a muchos de patas en el cementerio. Gente buena que querìa vivir en paz y no la dejaban, ni los maleantes, ni los policìas, ni el ejercito, ni la armada. Y para el colmo, eran tiempos de elecciones...

En la cantinita.
-¿Ya se enteraron?- con esa pregunta nos recibiò el cantinero.
-De què o què?- le contestè al vuelo.
Tocayo- me dijo muy emotivamente-, Mataron a la chilenita!!! ¿A ustedes no los persiguen?
Los  brazos se me colgaron, se me aflojaron las piernas. Quedè doblado al nivel de la cintura. Entendì que no deberìa de abrir la boca. Habìa mucha gente extraña a nuestro alrededor. Me imaginè intensamente pàlido y me empecè a percibir dèbil. La lengua se me atragantaba, se me pegaba al paladar. La boca estaba sin saliva. La cantina se me desdibujaba. Todo me daba vueltas. Tratè de abrir màs los ojos...
La escena de repente cambio.
 Veìa como una camioneta nos emparejaba. Yo iba al volante de un auto compacto. La camioneta frena, no veo a nadie. Me ciega un relàmpago. La camioneta da la vuelta. Otra vez el tronadero y la griteria: ¿Quièn es el muerto? ratatatatta, ¿quiènes son los muertos?...Veo un cìrculo de curiosos a nuestro alrededor y les aseguro que las manchas de mi ropa, no eran de sangre, sino de remolacha...Sentì que nos seguìan vigilando, aunque no en ese preciso momento. Nadie hubiera podido anticipar lo que nos acababa de ocurrir.
- ¿Yo que quiero? Que no vuelva a haber familias a las que  les maten a sus seres queridos...Un paìs màs justo e igualitario...Un paìs de instituciones reales y verdaderas...Un paìs en el que todos coman y tengan acceso a la vivienda y la salud...
Sonò el telèfono y al fin pude despertarme de mi pesadilla.


Faltaban varios dìas para las elecciones presidenciales en Mèxico. Todos los candidatos se decìan ganadores. La gente, toda, estaba muy confundida. Camila ya habìa retornado sana y salva a Chile para continuar enfrentàndose al sistema educativo burgues chileno, dominado por la Iglesia . Los 132 estaban en lo de su encuentro con los tres candidatos coleros y cada dìa se dividìan màs y màs.Carlotta azotò costas mexicanas con gran fuerza, dejando una gran ola de tragedias y carencias. El pueblo Sirio en la de debacle total. El G 20 sin dar paso atràs en sus cobros a los deudores y la ministra alemana empecinada en la aplicaciòn de severas y mayores restricciones para los griegos y despuès para los españoles, los italianos... Obama se estaba reuniendo en privado con varios mandatarios en la gran cumbre, dàndo señales de esperanza a todos. Reinaba la calma,  el silencio y el orden en el bunker de los Cabos. Grecia habia votado por su permanencia en la Comunidad europea, pero eso no arreglaba en nada el problema de fondo y deseaban renegociar su deuda. Y el mundo entero en espera de un poco de luz, en la vispera de la gran tormenta...
















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