miércoles, 20 de junio de 2012

EL DESPERTAR

El fin de la monarquìa absoluta en Francia, es una de las primeras señales que darà cabìda al surgimiènto de la Edad Moderna: Surgimiento y desarrollo econòmico de importantes ciudades, mayor concentraciòn del poder por parte del Estado y modificaciones al sistema econòmico de la servidumbre en el campo.Todo esto, darà un gran impulso a la creaciòn de nuevas tècnicas de producciòn y al avance de conocimientos cientìficos que impulsaràn el intercambio de mercancias en el mundo conocido. Tambièn surgen lugares donde se ejerce una mayor libertad, prevalece, en muchas ciudades, un espìritu màs libre de parte  de  sus ciudadanos, asì como una visiòn de mucha mayor amplitud perceptiva. Las distancias se acortan y los paìses lejanos dejan ver sus costumbres, lo cual hace que se amplièn los conocimientos y las realaciones interpersonales entre todos. Aparecen los gobiernos representativos, aunque la gente pobre, estàn impedidos para formar parte del mundo polìtico.

Los reyes, son las figuras poderosas de la època. Los burgueses entregan tributos a los monarcas lo que les permite mantener ejercitos y los convierte en màs poderosos que los señores feudales. Los reyes imponen su mando a todos los paìses y facilitan la producciòn y las ganancias en el comercio. Tambièn influyen en el desarrollo de nuevos inventos: Las armas de fuego. Los àrabes las introducen con mucho èxito en Europa, tomàndo como base los descubrimientos de la gran cultura china. Eso hace aùn màs poderosos a los ejercitos de algunos reyes europeos. El papel y la imprenta son descubrimientos que vendràn a facilitar la divulgaciòn de las ideas y romperan con el aislamiento espiritual de los pueblos de aquellos entonces. Sin embargo, la esclavitud continuaba prevalecièndo en todo el continente europeo y eso darìa paso a una profunda reorganizaciòn de la vida en todos los ordenes.

El ser humano, en aquellas èpocas, se convierte en el centro de  la atenciòn de todos los estudiosos del mundo. Dios pasa a un segundo plano, al igual que la vida despuès de la muerte. El hombre se subleva contra lo rìgido y lo establecido, investiga, escudriña, se atreve y  se manifiesta con valor y mucha energìa. Se convierte en el hacedor de su propio destino. Se inicia una rebeliòn ciudadana contra el orden establecido y contra el conjunto de intereses creados. Los hombres dejan de ser niños temerosos y se lanzan   a la conquista de nuevos horizontes. Es la època del Renacimiento, es la etapa en que la humanidad  sometida amplìa su visiòn y se rompe con la òptica de la gente obsoleta, conservadora, rancia y extemporànea.

Fueron los turcos, al acabar con la ciudad sagrada de Constantinopla, quienes movilizaron los cimientos de las tradiciones obsoletas y aportaron, junto con los àrabes, mongoles y sabios de oriente, infinidad de conocimientos y descubrimientos a la humanidad entera: La presencia de aquellos seres, contribuyò al estudio de los clàsicos griegos que mezclados con elementos de otros pueblos, permitieron y facilitaron una formidable sublevaciòn del ser humano para el bien de toda la humanidad.

En estos principios del milenio, estamos instalados, todos, en la antesala del estudio de la vida y de las formas y maneras de comportarse del ser humano: Estamos por enfrentar la crisis de nuestra propia indagaciòn y descubrimiento.

La crisis de nuestra propia indagaciòn, señala que en la actualidad se vive una incontenible rapidez, en la que se necesitan hacer innumerables cambios en todos los àmbitos y sentidos. Pero ademàs, y para colmo, se debe hacer frente al impresionante avance cientìfico y tecnològico que està rompièndo en forma dramàtica las estructuras del pasado, sin proporcionarnos alternativa viable alguna. Hay que pensar todo de nuevo y hay que pensarlo entre todos.

Requerimos de la destrucciòn de muchìsimas ideas tradicionales que traban el progreso del conocimiento humano e impiden las bases de la investigaciòn cientìfica de nuestro ser. Hay que concluir ya con la encarnizada resistencia a romper las eternas interpretaciones del mundo sustentadas en un orden social establecido. Hay que facilitar la liberaciòn interna de los individuos, para que la gente tenga derecho a disfrutar la vida en este mundo repleto de absurdos. Necesitamos de la elaboraciòn de una nueva filosofìa humanista que defienda la vida digna y muestre còmo luchar contra el mal, sin olvidar jamàs que el mal tambièn se encuentra en nosotros mismos.

 Debemos actualizar las lecciones de los Faros de la Humanidad y ponerlos acordes con los avances cientìficos y tecnològicos de la velosìsima modernidad que han rebasado nuestra comprensiòn y nos mantienen sin comprender los nuevos paradigmas que nos harìan màs capaces de abrir mejores puertas de acceso a un mejor y màs humano futuro:  Libertad. Justicia. Igualdad. Reconciliaciòn. Fraternidad...

Tenemos que mejorar nuestra autoestima y tratar de convertirnos en màs humanos, enfrentàndo nuestros miedos como la gran oportunidad de avance, ubicando que los miedos no son otra cosa que falsas explicaciones de la realidad, para tratar de impedirnos crecer ante situaciones dolorosas- que muchas ocasiones son inevitbles y necesarias-, pero que ubicàndolos con precisiòn, detectando como se llaman esos miedos, y corriendo riesgos calculados, es factible poder enfrentarlos, alcanzando asi, salidas dignas a nuestras vidas que redundaràn en beneficio de nuestros semejantes y hacia toda la comunidad, como lo hicieron los Renancentistas. 

Hay que atrevernos a vivir y morir con dignidad, màs allà de nuestros falsos y enfermizos miedos: Pensemos en Alejandro Magno, en Colòn, en Copèrnico...Acabemos con los reyes como lo hicieron los franceses...

No hay comentarios:

Publicar un comentario