jueves, 21 de junio de 2012

TIEMPOS DE LOCOS

Son los nuestros, tiempos de locos. Y existen locos desde la cabeza, desde lo orgànico y desde el corazòn.

Los fracasos y las derrotas, producen locuras. Se dice que en esos casos, la lògica y la razòn ya no pudieron asistir a la cabeza por màs tiempo. El dolor fue màs que suficiente y es cuando aparece la crisis nerviosa superlativa por necesidad y entonces la realidad deja de existir para dar paso asì, a una realidad alterna existente sòlo para quienes padecen de un profundo dolor existencial. Para un dolor insuperable, nada mejor que el territorio de la locura, donde todo sucede a favor y todos los escenarios son estructurados a placer.

Las alteraciones mentales desde lo orgànico, incluyen factores tanto de herencia asì como metabòlicos que pudiesen estar provocados por la apariciòn de tumores, por lesiones cerebrales asì como por carencias hormonales que propiciarìan alteraciones en diferentes estructuras del organismo por motivos heredogenèticos. Es verdad, que los trastornos mentales manifiestan a menudo una predisposiciòn constitucional en relaciòn con el temperamento del individuo, predisposiciòn que parece heredada por los padres como un estigma degenerativo y por ello se habla de familias taradas o con taras que transmiten un gen patològico a sus descendientes. Se trata de la locura genotìpica. Afortunadamente, ese tipo de locos son los menos.

Los locos desde el corazòn, aman la vida, el centro de su locura ocurre a partir del èxito de sus emociones y sentimientos. Enloquecen cuando el amor triunfa, por supuesto que se trata de una locura extraordinaria, todo les brinda color y sabor, viven instalados en una especie de calidoscopio arcoirico, pueden amar y odiar al mismo tiempo. Es tanto el funcionar desde su corazòn, que le permiten tener voz a sus contradicciones y que incluso el silencio mismo, les dice algo. Claro que un ser que se expresa desde el corazòn, en una sociedad como la nuestra, serà visto como todo un loco. Y de hecho lo es, pues se manifiesta desde un lenguaje muy diferente que el de los demàs.

En el mundo actual, mucha gente, y màs ùltimamente, està enloqueciendo. Pero no asì la mayorìa. ¿ Por què serà? Muy sencillo: LA GENTE MEDIOCRE NO ENLOQUECE!!!


Veamos:
Para enloquecer, hay que ser una persona asistida por la razòn y por la lògica. Esto conduce a percibir que la vida no està integrada ni asistida por una lògica: es sorpresiva, azarosa y hasta cuàntica. De ahì que las personas lògicas se incomoden y se vayan convirtièndo en intolerantes en su manera de convivir y el riesgo es que se puedan colapsar ante tanto absurdo y el resultado final pueda ser convertirse en locos o caer en la locura.


Los mediocres, por su parte, son lògicos a medias y usan poco su intelecto de manera razonada. Viven de acuerdo al sentido comùn, no perciben lo ilògico y por ello no se meten en locuras, porque a su cabeza no le otorgan mucha importancia.
 ¿ Pero què sucede cuando la vida se presenta con todo su ilògico proceder?


Porque hay que aclarar, que la vida es o resulta en extremo salvaje, la mayorìa de las veces, y por ende, rompe con toda lògica y puede conducir a la mente hacia el extremo de la razòn fuera de todos los lìmites.


Cuando el proceder ilògico de la vida se presenta, la razòn enmudece y el proceder lògico se detiene y cesa de operar. Se dice que los lògicos, los muy razonados, empiezan a vivir instalados en la locura. Se dan cuenta que se ven obligados a actuar de manera ilògica encontra de todos sus preceptos. Para corregir, deben de hacer un gran esfuerzo tratando de evitar asì, su paralizaciòn y su alejamiento de la vida misma, lo cual les provoca graves crisis nerviosas. Tratan de esforzarse hasta el extremo para imponer una lògica a lo que no la tiene. Porque repito, la vida simplemente es azarosa, impredecible. Es nuestra cabeza la que se desvive por tratar  de imponer orden a lo ilògico y llevar eso al extremo, en un mundo sorpresivo y cuàntico, puede volver locos a los rìgidos, disciplinados y estrictos porque se desviven por vivenciarse dentro de ciertos paràmetros, deseando imponer espacios y lìmites a todo y a todos para evitar enloquecer.


 Aùn màs, la mente de los razonados hiperlògicos, siempre tratarà de hilvanar teorìas, hipòtesis e ideas para que la realidad se ajuste a ellas, se esfuerzan en que la realidad sea una manifestaciòn de su ideologìa. Eso les funciona bien hasta cierto lìmite, porque, tratan de conseguir claridad, a costa de la vitalidad, en vez de ajustar sus ideas a la realidad y no agotarse tanto al grado de la locura. Los lògicos, asì operan y funcionan intentando lo imposible, lo que no sucede, ni puede suceder en una vida como la nuestra llena de sorpresas y de incertidumbre.


Mirar la vida a travès del corazòn, es lo ùnico que puede llenarnos de significado.
Me explico:
De nuestro corazòn, emanan los estìmulos emocionales que encenderàn la cabeza. Esos impactos emotivos, no saben de dualidades, sòlo los percibe nuestro òrgano emocional que procesa sangre y emite latidos a diferentes frecuencias, dando paso a las emociones, a los sentimientos. Nuestro corazòn no cree en divisiones, entre esto y aquello. Todo lo funde y combina, sus lìmites no son muy claros. Todo se entremezcla: el amado con la amada. No hay mucho espacio para los lìmites. Los lìmites se diluyen. Porque en la vida, las divisiones son falsas, no existe nada dividido. Lo fragmentado es cuestiòn de la cabeza, no del corazòn. Y el sentimiento màs fino del corazòn, que es cuando se entra en un mejor ritmo, es el amor. Y el amor, se parece a la vida que es intensa, salvaje y llena de luchas sorpresivas e ilògicas. El amor es ilògico, resulta irracional, es vida, contiene todas las contradicciones en su funcionalidad, da cabida a todos los opuestos en eso consiste su  grandeza, riqueza y colorido. Percibir la realidad y màs allà, es percibir con el corazòn que es en sì, instalarse en la totalidad que es màs grande que la fragmentaciòn y todos los opuestos juntos. El corazòn tiene razones que la cabeza nunca puede entender, ni entenderìa. El lenguaje amoroso, resulta muy extraño para la lògica y la razòn. La gente bañada en amor, son los ùnicos sanos, porque ya no piensan, sòlo viven. Ya no estàn divididos, son totales, ya no existe la bipolaridad, a travès de sus finos latidos ritmicos, se han unido a la vida. Han concluìdo con todos los conflictos, confìan en la vida y se llenan de fe y hacen de lado los miedos. Son la unidad.


Para la Democracia Humanista que postula que todos tenemos la oportunidad de expresarnos y actuar  sin importar credo, clase social, edad, sexo y que nos forjamos desde el interior de nuestro ser y que nuestras acciones demuestran la convicciòn de nuestro espìritu, en estos tiempos, apelamos a nuestros corazones màs que a la razòn y la lògica. Porque hemos sido testigos de que cuando el pueblo se propone razonar, todo se ha perdido, se sustituyen unos mitos por otros y los polìticos hacen presa de esas personas dèbiles que no perciben la verdad, que constituyen la mayorìa, aprovechàndose de sus errores, porque se encuentran muy ocupados en subsistir y no claman tanto por libertad y justicia sino por igualdad. El verdadero problema està en saber que cambios precisos se pueden llevar a cabo para disminuir la miserìa en que ahora viven las grandes mayorìas de mexicanos. Se piensa que en llevar a cabo grandes reformas. Pero la razòn y la lògica replican:¨ Saben bien que nosotros queremos esas cosas y  aùn màs. Pero todo eso exige tiempo, dinero, mucha reflexiòn y esfuerzo¨. 
 Los mexicanos, estamos instalados entre el intelecto y los sentimientos. Entre el mundo de la lògica y el corazòn. Hay que confiar en los sentimientos de hermandad emanados desde nuestros corazones, para reunir a los elementos sociales esparcidos debido a  los viejos, corruptos y enfermizos hàbitos. No podemos intentar reformar nada, ni cambiar las intituciones, aunque nos asista la lògica y la razòn, sin modificar primero la naturaleza de los hombres, esa naturaleza inmutada no tardarìa en resucitar a las mismas putrefactas intituciones y reventar las reformas asi emprendidas. Que no nos engañen.


Los candidatos a la Presidencia, prometen y prometen y lo hacen para crear ilusiones en los votantes, pero saben que no van a cumplir nada. Despuès de las elecciones se habràn olvidado completamente de lo prometido. Son  sòlo simples polìticos creadores de ilusiones. Hasta el momento, en nuestro hermoso paìs, no existe todavìa la claridad suficiente como para distinguir entre un loco de la cabeza y un loco del corazòn. Las encuestas, los medios de comunicaciòn, la turbulencia social, fomentan la megalomanìa y la divisiòn. De nada sirve el voto razonado, reina la confusiòn, los propagandistas han triunfado.


Recordemos, existen los locos desde la cabeza  y los locos desde el corazòn y entre ellos, se encuentran las mayorìas indecisas que perciben la verdad hasta que los errores se han cometido y consumado. 


SALVEMOS A NUESTRO PAIS DESDE EL CORAZON PORQUE SOLO UN CORAZON LLENO DE AMOR DESCUBRE LA VERDAD Y REVELA LAS TRAMPAS Y EL MISTERIO. HAY QUE CONDUCIR A LAS MAYORIAS INDECISAS A ENLOQUECER DESDE EL CORAZON...





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